Aunque suele plantearse que la relación migración-desarrollo es un fenómeno complejo y multifacético, al final de cuentas el debate ha estado hegemonizado por la visión que los países receptores y organismos internacionales tienen de ella. Según esta perspectiva, la migración adquiere un sentido y significado político diferente según se trate de los países emisores o receptores de migrantes. En el primer caso, la migración es vista como una oportunidad para potenciar sus procesos de desarrollo económico y social. En el caso de los países de destino, en cambio, se habla más bien de una cuestión migratoria, enfocándose el análisis en los problemas sociales, económicos o políticos que plantea la inmigración masiva, máxime cuando se considera la alta proporción de migrantes indocumentados. En este contexto, nos interesa aportar elementos analíticos e información empírica que contribuyan a visibilizar diversos aspectos de la relación migración-desarrollo que han sido invisibilizados en este debate. Para ello, nos centraremos en el análisis de la inmigración latinoamericana a los Estados Unidos en las últimas décadas. En concreto, presentamos datos estadísticos en torno a tres aspectos que nos parecen de particular relevancia. Por un lado, en cuanto a las causas y factores desencadenantes de la migración internacional; por otro lado, en relación a las contribuciones de la inmigración latinoamericana a la economía y demografía de los Estados Unidos; y finalmente, sobre los costos e impactos de la emigración en los países de origen en América Latina.