Parecerá que el título de esta conferencia es muy ambicioso o, por lo menos, que el tema es demasiado amplio. De hecho, mi intención es presentar, desordenadamente, algunas reflexiones y experiencias de un profesional del derecho humanitario, que ha tenido la insigne suerte de participar en esta fascinante labor desde el comienzo de su carrera.
Este derecho, hay que decirlo, no es totalmente como los otros. Algunos pontífices de la ciencia jurídica contemplan con condescendencia esta rama del derecho internacional público, juzgándola contaminada de elementos heterogéneos que se derivan de la moral, del ideal, por no decir de la poesía. Si es cierto que no se hace buena literatura con buenos sentimientos, ¿sería lo mismo por lo que respecta al derecho convencional?
Pienso que este derecho adquiere sus verdaderas dimensiones precisamente porque está relacionado, de tan estrecha manera, con el hombre.