El derecho internacional humanitario y los derechos humanos tienen un objetivo común: la protección de la persona humana y el respeto de su dignidad. No obstante, esas dos ramas del derecho international público son de índole y de origen distintos y han evolucionado de diferente forma.
Sin embargo, los cambios ocurridos en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial, la irresistible escalada, estos últimos decenios, de la violencia y de la miseria y, por consecuencia, la necesidad de garantizar una mejor protección a las víctimas —cada vez más numerosas— de las violaciones de los derechos fundamentales de la persona humana han contribuido no solo al desarrollo sino también al acercamiento paulatino de ambos sistemas, «esas dos pobres muletas en las que las víctimas desarmadas deben apoyarse simultáneamente», segtún la expresión metafórica de Karel Vasak. Este experto llegó incluso a considerar, en 1984, que «el encuentro de los dos derechos… se ha convertido hoy en una verdadera interpenetración tanto en los textos… como, cada vez con más frecuencia, en su aplicación».
¿Cabe hablar de interpenetración de los dos derechos? Se trata más bien de similitudes y de influencias recíprocas. Varios acontecimientos marcaron la tendencia al acercamiento de ambos sistemas; la aprobación, en 1949, de los Convenios de Ginebra extendió, en cierto modo, los límites del derecho humanitario a los conflictos de índole no internacional.