Cabe pensar que la estatura media que se alcanza a una determinada edad o la estatura media adulta que alcanza la población es un indicador histórico de la experiencia nutritiva de los individuos que componen esa población. Este tipo de razonamiento se basa en investigaciones médicas, que han demostrado sin lugar a dudas que la ingesta nutritiva acumulada de una población influye poderosamente en su estatura media y que el entorno epidemiológico también desempeña un papel importante. Por lo tanto, la estatura física puede utilizarse como un indicador de cómo se desarrolla el organismo humano en su entorno socioeconómico. Concretamente, la situación nutritiva —y, por lo tanto, la estatura— está relacionada con el consumo de alimentos y, por consiguiente, con la renta familiar real y, por lo tanto, con los salarios y con los precios y, por lo tanto, con el nivel de vida, concebido en términos generales.