En los últimos días de julio de 1963, el que escribe estas líneas, durante una breve visita al Perú, tuvo ocasión, una vez más, de presenciar un cabildo abierto. Por cierto que el entonces recién inaugurado, ahora ya depuesto, Presidente Belaúnde Terry, se suponía iba a asistir al acto. Pero una avería en el helicóptero que le conducía le impidió llegar más allá del Cuzco. La ocasión de aquella asamblea, verdaderamente popular, era el elegir al alcalde y regidores de la pequeña villa de Chinchero, situada en plena Sierra peruana. Reuniones semejantes se estaban celebrando aquel mismo día, último domingo de julio, en los demás pueblos, cabezas de partido. Dato interesante es que las discusiones se condujeron en la lengua quechua, única que comprendían los asistentes al acto, en su totalidad indígenas.