– Se supone comúnmente que las reformas en el sector de la asistencia psiquiátrica han contribuido a reducir el estigma que acompaña a la enfermedad mental. Para examinar si existe una relación entre el sistema de atención psiquiátrica y la estigmatización de los pacientes, comparamos las actitudes públicas hacia los pacientes con trastorno mental en tres países en fases diferentes de progreso en la reforma psiquiátrica.

– Se realizaron encuestas de población sobre las actitudes públicas hacia los pacientes con trastorno mental en Novosibirsk (Rusia) y Bratislava (Eslovaquia). Los datos se compararon con los de una encuentra de la población que se había Ilevado a cabo hacía poco en Alemania. En las tres encuestas se utilizó el mismo procedimiento de muestreo y la misma entrevista estructurada. Se obtuvo la actitud pública hacia los pacientes con trastorno mental utilizando una Medida de la Percepción de la Devaluación y la Discriminación.

– Los pacientes psiquiátricos se enfrentan a un rechazo considerable en los tres lugares en cuestión. En conjunto, el grado de devaluación y de discriminación percibidas era similar en todos los países, con una tendencia significativa pero marginal a una devaluación más fuerte de los pacientes con trastorno mental en Alemania.

– Nuestros resultados no apoyan una relación sólida entre la reforma psiquiátrica y el estigma de la enfermedad mental.

El estudio trataba de determinar si una intervención organizada de promoción de la salud durante las consultas médicas mejora la evolución para los pacientes que cumplen los criterios de la CIE-10 para trastornos de ansiedad o depresivos.

En 2001, los médicos utilizaron la MINI para la detección selectiva de 9.743 empleados de baja por enfermedad y médicos especialistas en 21 centros médicos de una gran compañía. Se llevó a efecto una intervención de promoción de salud en ocho centros “activos”. Esta intervención tenía lugar inmediatamente después del diagnóstico y consistía en explicar los trastornos, proporcionar los resultados de la prueba y folletos basados en las recomendaciones de la OMS, y aconsejar a los pacientes que consultaran a su médico personal, psiquiatra o médico laboral, si era necesario. La eficacia de la intervención, evaluada por la gravedad de los síntomas y la evolución al año, se valoró comparando los ocho centros activos con 13 centros de control (sin intervención).

Se detectaron trastornos entre 10,6% de los sujetos, 29,4% de los cuales no tenían diagnóstico anterior de trastorno de ansiedad o depresivo. La intervención se asoció con un efecto positivo en las puntuaciones de la HAD a las 6 semanas y a los 6 meses. La ausencia total de trastornos al año se asociaba con la edad, el sexo y la intervención, entre todos los casos identificados (RV = 1,53), entre aquellos con un trastorno de ansiedad al menos (RV = 1,45) y entre aquellos con trastorno depresivo al menos (RV = 1,40).

Combinar la detección con la provisión organizada de información, incluyendo material impreso, mejora la evolución de los pacientes y las capacidades diagnósticas de los médicos.

Como el trastorno de angustia (TA) tiene un curso cronico, es importante identificar predictores que puedan estar relacionados con la ausencia de remisión. El propósito de este estudio es verificar si los antecedentes de trauma y el estilo de defensa son predictores de la respuesta al tratamiento farmacológico en los pacientes con TA.

La muestra se componía de 47 pacientes con TA según el DSM-IV que recibieron tratamiento con sertralina durante 16 semanas. Las valoraciones se realizaron por la Impresión Clínica Global (CGI), la Escala de Ansiedad de Hamilton, la Escala de Depresión de Hamilton, el Inventario de Angustia y el Cuestionario de Estilo de Defensa (DSQ-40) en la línea de base y después del tratamiento.

Se observó remisión completa en 61,7% de la muestra. Los predictores asociados significativamente con la ausencia de remisión eran: gravedad del TA (p = 0,012), edad de comienzo (p = 0,02) e inmadurez de las defensas (p = 0,032). Además, los antecedentes de trauma se asociaban con el comienzo temprano del TA (p = 0,043).

Los pacientes con trastorno de angustia tenían como predictores de peor respuesta al tratamiento farmacólogico el comienzo temprano y la gravedad de los síntomas del TA, así como el uso de defensas inmaduras en la línea de base. Este hallazgo corrobora la importancia de la evaluación de los factores que podrían afectar a la respuesta para permitir el desarrollo de un tratamiento apropiado para cada paciente.

La versiόn de 28 elementos del Cuestionario de Salud General (GHQ-28) desarrollada por Goldberg y Hillier en 1979 está construida a partir de un análisis de componentes principales del GHQ-60. Utilizada en una poblaciόn espanola, una traducciόn del GHQ-28 desarrollada para una poblaciόn inglesa puede llevar a valores predictivos peores.

Usamos nuestra muestra espanola para replicar el proceso entero de construcciόn del GHQ-28 administrado en un entorno de atenciόn primaria.

Se proponen dos versiones más breves: una con seis escalas y 30 elementos, y la otra con cuatro escalas y 28 elementos.

El GHQ-28 resultante fue una adaptaciόn acertada para uso en la muestra espanola. Comparada con la versiόn original, sόlo 21 elementos eran los mismos. Además, a diferencia de la versiόn inglesa, que agrupa los problemas de sueno y la ansiedad en la misma escala, se encontrό una escala con elementos relacionados exclusivamente con “Perturbaciones del sueno”.

El propósito del presente estudio era investigar las posibles diferencias sexuales en el reconocimiento de expresiones faciales de la emoción e investigar el patrón de errores de clasificación en varones y mujeres con esquizofrenia. Este enfoque proporciona una oportunidad de examinar el grado en que varones y mujeres difieren en la percepción e interpretación de las diferentes emociones que les muestran y analizar qué emociones son más susceptibles a los errores de reconocimiento.

Cincuenta y seis pacientes con esquizofrenia crónica hospitalizados (38 hombres y 18 mujeres) respondieron al Test de Reconocimiento de las Emociones de Penn (ER40), una prueba informatizada de discriminación de las emociones que presenta 40 fotografías en color de expresiones evocadas de felicidad, tristeza, ira y temor y expresiones neutrales equilibradas en cuanto al género y el origen étnico del modelo.

Encontramos una diferencia de sexo significativa en los patrones de las tasas de error en el Test de Reconocimiento de las Emociones de Penn. Los rostros neutrales se tomaban más comúnmente como enfadados en los hombres esquizofrénicos, mientras que las mujeres esquizofrénicas interpretaban erróneamente con más frecuencia los rostros neutrales como tristes. Además, los rostros femeninos se reconocían mejor en conjunto, pero el temor se reconocía mejor en las fotografías del mismo género, mientras que la ira se reconocía mejor en fotografías de género diferente.

Los hallazgos del presente estudio prestan apoyo a la noción de que las diferencias sexuales en el comportamiento agresivo se podrían relacionar con un estilo cognitivo caracterizado por atribuciones hostiles a rostros neutrales en los hombres esquizofrénicos.

– En el sector sanitario, el personal de enfermería es uno de los grupos más expuestos a la violencia en todo el mundo. Sin embargo, no es obvio que el personal de enfermería psiquiátrica (PEP) esté más expuesto a la agresión y el agotamiento laboral (burnout).

– Determinar la naturaleza y los efectos de los actos agresivos hacia el personal de enfermería en los servicios psiquiátricos y otros servicios médicos en Polonia.

– Se distribuyó diversos cuestionarios (Escala de Estrés en el Trabajo, Cuestionario de Salud General, Inventario de Agotamiento Laboral de Maslach, Escala de Satisfacción Laboral) entre miembros del personal de enfermería psiquiátrica (PEP, n = 78) y no psiquiátrica (PENP, n = 335). Se alcanzó una tasa de respuesta del 92,6%.

– Se encontraron diferencias significativas entre el PEP y el PENP con respecto a sus experiencias de violencia. El incidente comunicado con más frecuencia era el abuso verbal, seguido por las amenazas y la agresión física. Los pacientes eran los autores de manera significativamente más frecuente en las salas psiquiátricas que en las otras salas. El nivel de agresión entre el personal no variaba significativamente entre los grupos, ni tampoco el nivel de satisfacción laboral y de absentismo.

– La frecuencia de los actos violentos y el estrés relacionado con ellos señala la gran necesidad del desarrollo de programas preventivos para abordar la cuestión de la violencia en el trabajo.

Describir las observaciones y percepciones de los médicos sobre los pacientes con esquizofrenia y obtener información sobre sus prácticas de prescripción de antipsicóticos.

Psiquiatras de Estados Unidos y de cinco países europeos (Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido), que prescribieron antipsicóticos a ≥ 15 pacientes con esquizofrenia en los 3 meses precedentes, proporcionaron datos sobre las características demográficas y clínicas de sus pacientes y sus prácticas de prescripción de antipsicóticos y características del fármaco que influyeron en la eleccción del mismo.

Se recogieron datos de 872 médicos sobre 6.523 pacientes (un 85% de europeos, un 15% de Estados Unidos). La mayoría de los pacientes tenía 25-44 años, el 63% eran hombres y el 66% se trataban de forma ambulatoria. Aproximadamente, el 50% de los pacientes sufrían disfunción moderada a grave; cerca del 50% estaban desempleados y el 34% y el 75% tomaban antipsicóticos convencionales o atípicos, respectivamente. Los síntomas positivos identificados con más frecuencia fueron ideas delirantes (73%), pensamiento desorganizado (59%) y alucinaciones (59%); los síntomas negativos más comunes fueron aislamiento social (54%), pobreza del pensamiento (39%) y afecto embotado (38%). Los motivos principales para la selección del antipsicóticofueron eficacia para los síntomas positivos (90%) o negativos (62%) y tolerabilidad (47%). Los síntomas negativos (71-77%) se controlaron inadecuadamente con más frecuencia que los positivos (47-60%). Algunos efectos adversos fueron sedación, aumento de peso y síntomas extrapiramidales.

En esta encuesta de gran tamaño, transversal multinacional, los médicos afirmaron que los síntomas positivos eran más comunes que los negativos. El tratamiento de los síntomas positivos fue más satisfactorio que el de los síntomas negativos, considerando los médicos que el tratamiento era inadecuado en más del 70% de los pacientes con síntomas negativos.

El propósito de este estudio era evaluar la prevalencia y los factores que influyen en la depresión en los pacientes con enfermedad de Parkinson (EP) en una muestra transversal de pacientes polacos de una clínica ambulatoria.

Se incluyó en este estudio a cien pacientes consecutivos con EP; 35 de ellos cumplían los criterios del DSMIV para depresión mayor y se evaluó su gravedad con la Escala de Evaluación de la Depresión de Montgomery-Åsberg (MADRS). Se realizó una entrevista estructurada y una exploración neurológica que incluía la Escala de Hoehn y Yahr (H-Y), la Escala de Discapacidad de Schwab-England, las partes II, III y IV de la Escala Unificada de Evaluación de la Enfermedad de Parkinson (UPDRS) y el Mini-Examen del Estado Mental (MMSE). Se analizaron los parámetros obtenidos entre los pacientes con EP con y sin depresión.

La prevalencia de la depresión en la EP en la población polaca se estableció en el nivel de 35%. Los pacientes con EP y depresión puntuaron significativamente más alto en todas las escalas de la UPDRS (excepto para la subescala de fluctuación clínica) y en la H-Y. La EP con depresión se asociaba también con una duración mayor de la EP, dosis más altas de equivalentes de L-dopa, la edad de los pacientes, el deterioro general de la vida diaria en la Escala de Discapacidad de Schwab y England, una puntuación baja en el MMSE y mayores fluctuaciones clínicas. Sin embargo, esas seis diferencias no fueron significativas.

La tasa de prevalencia de la depresión entre los pacientes con EP en una población polaca es ligeramente más baja que en la mayoría de los demás estudios publicados. Esto puede derivarse de los estrictos criterios de selección, el uso de medidas de evolución específicas y la aplicación de los criterios restringidos para la depresión que se aplicaron.

Comparar la eficacia y la seguridad de la amisulprida y la olanzapina en sujetos con esquizofrenia y depresiόn comόrbida en un ensayo doble ciego distribuido al azar.

Se distribuyό al azar a amisulprida (200-600 mg/día) u olanzapina (5-15 mg/dia) durante 8 semanas a 85 pacientes adultos que cumplían los criterios del DSM-IV para esquizofrenia y presentaban un episodio depresivo. Las variables de eficacia primaria fueron el cambio en la puntuaciόn de la Escala de Depresiόn de Calgary (CDS) y la Impresiόn Clínica Global (CGI) de cambio. La seguridad se vigilό por los informes de acontecimientos adversos y la determinaciόn de la funciόn extrapiramidal y las variables metabόlicas.

El cambio medio desde la línea de base de la puntuaciόn de la CDS fue -6,84 en el grupo de amisulprida y -7,36 en el grupo de olanzapina. Se consideraron “mucho” o “muchisimo” mejor, respectivamente, 65,9% y 61,5% de los sujetos. No se observaron diferencias intergrupo significativas en el tamaño del efecto. La frecuencia de acontecimientos adversos fue baja y no se vio apariciόn de síntomas extrapiramidales. Cuatro pacientes en el grupo de olanzapina desarrollaron concentraciones anormales de triglicéridos. El aumento medio de peso fue 1,45 y 0,5 kg, respectivamente, en los grupos de olanzapina y amisulprida.

La amisulprida y la olanzapina son efectivas en los pacientes con esquizofrenia y depresiόn comόrbida. La tolerancia de ambos fármacos fue aceptable, aunque el uso de olanzapina se asociaba con una tendencia a efectos secundarios metabόlicos mayores [19].

Se analizό las relaciones entre el psicotropo (PSP), el estado clínicos, la calidad de vida (CdV), el cumplimiento del tratamiento y el tipo de antipsicόtico para ver si la satisfaccion del paciente (SP) con el PSP se podía utilizar como variable de evoluciόn orientada al paciente en la evaluaciόn de los medicamentos PSP en los estudios epidemiolόgicos clinicos. Se evaluaron también elementos de validaciόn de los PSP.

En un estudio prospectivo de 6 meses, se seleccionó a 933 pacientes ambulatorios esquizofrénicos que iniciaron un tratamiento antipsicόtico o lo cambiaron. Los psiquiatras cumplimentaron un cuestionario con las cinco escalas de la CGI-SCH (positiva, negativa, cognitiva, depresiva y global) e informacion sobre la hospitalizaciόn, el cumplimiento y variables de la prescripciόn. Los pacientes respondieron a un cuestionario con informaciόn de PSP, escalas de EuroCdV, la funciόn sexual y variables de cumplimiento.

Se obtuvo un modelo de ecuaciones estructurales satisfactorio que mostraba relaciones significativas de PSP/cumplimiento (coef. = 0,16), CdV/PSP (coef. = 0,37), estado clinico/CdV (coef. = 0,61), estado cliníco/cumplimiento (coef. = 0,09). Los pacientes que recibieron olanzapina estaban más satisfechos que los que recibieron otros antipsicόticos atípicos (coef. = 0,12) y tenían un estado clínico mejor que los pacientes tratados con antipsicόticos típicos (coef. = 0,08). La evoluciόn del PSP se relacionaba con el estado clínico, la CdV y la continuaciόn del tratamiento (todas las P < 0,001). La sensibilidad al cambio del PSP era moderada (tamano del efecto = 0,2).

Los PSP produjeron resultados uniformes en relaciόn con los criterios de valoraciόn validados. Sin embargo, una medida de un elemento individual no era lo suficientemente sensible al cambio. Se necesitan cuestionarios multi-elemento que evalύen dimensiones diferentes.

Realizamos un estudio observacional naturalista multicéntrico no distribuido al azar de 24 horas que describía por primera vez la efectividad y la seguridad de la olanzapina intramuscular (IM) para controlar la agitación y la agresión en pacientes del “mundo real” con psicosis. Se comprobó los datos obtenidos así con los comunicados a partir de ensayos clínicos doble ciego distribuidos al azar.

Se seleccionó a 92 pacientes que asistían a entornos de urgencias psiquiátricas. Los sujetos del estudio fueron 44 pacientes varones y 48 mujeres con una edad media de 36,5 ± 12 años y diagnósticos del DSM-IV-TR de esquizofrenia (48,9%), trastorno psicótico no especificado (23,9%) o trastorno bipolar (27,2%). Se administró 10 mg de olanzapina IM a todos los pacientes. Se permitía una segunda inyección opcional a las 2 horas o más de acuerdo con la política del hospital. Se realizaron evaluaciones (PANSS-EC y CGI-S) en la línea de base y 2 y 24 horas después de la inyección IM.

Dos horas después de la administración de olanzapina IM, se registró una disminución media de -9,6 en la PANSS-EC desde una puntuación de línea de base de 26,5. En el criterio de valoración a las 24 horas, se observó una reducción significativa estadística y clínicamente en las puntuaciones de la PANSS-EC (11,6 ± 5,3) comparado con los valores en la incorporación al estudio (26,5 ± 5,9) y en el criterio de valoración a las 2 horas (16,9 ± 9,3), lo que representa una disminución media de -14,9 y -5,3, respectivamente.

El presente estudio naturalista proporciona datos naturalistas sobre la efectividad de la olanzapina IM en el tratamiento de la agitación aguda en pacientes con esquizofrenia o manía bipolar que están de acuerdo con los datos obtenidos en los ensayos clínicos doble ciego distribuidos al azar.

– Describir la utilización, las variaciones geográficas y la adaptación de la TEC en el contexto español.

– Un estudio transversal que supuso proporcionar un cuestionario a todos los hospitales con Unidad de Psiquiatría (UP) en España incluidos en el Catálogo de Hospitales Nacionales (n = 233). Se hizo un análisis descriptivo de las respuestas a las diferentes preguntas, utilizando un denominador adecuado en cada caso: todas las UP (n = 233), las unidades que prescriben y aplican TEC (n = 174) o solo los que aplican esa técnica (n = 108).

– Todas las UP rellenaron el cuestionario. Cincuenta y nueve unidades (25,3%) no prescribían ni aplicaban la TEC, mientras que 108 (46,4%) la prescribían y aplicaban, y 66 UP (28,3%) sólo la prescribían. Las unidades con responsabilidades de formación para residentes en psiquiatría o estudiantes no graduados y las que tenían un número mayor de camas se inclinaban más por aplicar la TEC. El número estimado de aplicaciones de la TEC en los 12 meses anteriores totalizó 2.435 aplicaciones, con una tasa anual por 10.000 habitantes de 0,61 y un intervalo por Comunidad Autónoma Española de 0,28-16,59.

– Conocemos ahora una tasa fiable y las características del uso de la TEC en España, y las actitudes y la opinión de los psiquiatras españoles de las UP sobre ella. Encontramos una variabilidad muy importante en las tasas de aplicación de la TEC entre las Comunidades Autónomas.

El objetivo de este estudio fue determinar la prevalencia de disfunción sexual en pacientes con esquizofrenia tratados con antipsicóticos e investigar el efecto de varios parámetros sobre la disfunción sexual.

Se seleccionaron para el estudio 827 pacientes estabilizados que estaban siendo tratados de forma ambulatoria y que cumplieron los criterios de esquizofrenia del DSM-IV. Se aplicaron la Escala de Experiencias Sexuales de Arizona (ASEX) y la subescala de función sexual de la Escala de Puntuación de Efectos Secundarios UKU en una sola entrevista.

En total, el 52,6% de los pacientes tenía disfunción sexual, el 54,2% refirió poco deseo sexual y el 41,7%, dificultad para experimentar un orgasmo. Tenían disfunción eréctil y problemas de eyaculación el 48,1% y el 64,2% de los hombres, respectivamente; el 24,9% de las mujeres tenía amenorrea. Se encontró una correlación entre la puntuación ASEX y la gravedad de la enfermedad (p = 0,02). Los pacientes que fumaban tenían puntuaciones ASEX más altas (p = 0,01). Los hombres que recibían monoterapia atípica tuvieron unas puntuaciones ASEX más bajas que los que recibían una combinación de antipsicóticos atípicos y convencionales (p = 0,017). Los pacientes que recibían tratamiento combinado tenían más problemas de eyaculación que el grupo que recibía fármacos atípicos (p = 0,001). El deseo sexual bajo era más frecuente en mujeres que tomaban fármacos convencionales que en los que tomaban fármacos atípicos (p = 0,004). En los análisis de regresión lineal, ASEX varió significativamente y de forma independiente por la gravedad de la enfermedad sólo en hombres (p = 0,005).

Nuestros resultados demuestran que en pacientes con esquizofrenia que toman antipsicóticos es muy frecuente la disfunción sexual. 2007 Elsevier Masson SAS. Reservados todos los derechos.