Hace ya varios decenios que el CICR se ocupa periódicamente de la difícil tarea de reexaminar su línea de conducta en las situaciones de violencia interna. De 1872, fecha en que ofreció por primera vez sus servicios a las partes en un conflicto armado no international, a 1918, año de su primera visita a detenidos de seguridad, y desde entonces a nuestros días, el CICR ha acumulado una larga experiencia. Ha ampliado progresivamente su mandato a situaciones en que el sufrimiento humano exige una intervención de su parte que no hubiese contemplado hace algunos años.

En su libra «Recuerdo de Solferino», Henry Dunant expuso dos propuestas de acción a nivel internacional para aliviar el sufrimiento de las víctimas de la guerra: la primera era que los Gobiernos aprobasen un tratado internacional que debía respetarse en tiempo de guerra; y la segunda, que se estableciese una estructura organizativa para garantizar el cumplimiento de estas obligaciones internacionales. Dunant parecía darse cuenta de que solo podía inducir a los Gobiernos a actuar como deseaba combinando ciertas obligaciones internacionales, basadas en tratados, con una organización para aplicarlas. El resultado de sus propuestas fue, por supuesto, la aprobación del Convenio de Ginebra de 1864, por un lado, y la fundación del Movimiento de la Cruz Roja, por otro.

Introducción

Las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas han experimentado un desarrollo sin precedentes durante los últimos años y, en particular, en 1992. Entre 1945 y 1987, se llevaron a cabo trece operaciones de esta índole, mientras que, desde entonces, se han emprendido otras catorce. Durante 1992, se iniciaron tres nuevas operaciones: en Camboya, en la antigua Yugoslavia y en Somalia, y en 1993, otra más en Mozambique. A lo largo de 1992, se cuadruplicó el personal de la ONU que trabaja sobre el terreno, superándose las 50.000 personas, con un presupuesto total de unos 2,5 mil millones de dolares a finales de 1992.

El presidente del CICR, señor Cornelio Sommaruga, acompañado por el señor André Pasquier, asesor especial, participó los días 5 y 6 de marzo de 1993, en Mónaco, en la XXV reunión de la Academia de la Paz y de la Seguridad Internacional, presidida por el profesor René-Jean Dupuy.

El tema de la reunión era «La ONU y las organizaciones zonales: ¿qué tipo de cooperación ante el reto de la seguridad internacional? ¿Qué cometido específico para Europa?». Unas cien personalidades, de organizaciones internacionales, de los círculos diplomático, politíco y de los medios de comunicación, entre las que cabe destacar los señores Robert Badinter, presidente del Comité Constitucional francés y ex ministro de Justicia, Peter Schmidhuber, miembro de la Comisión de las Comunidades Europeas, y Manfred Wörner, secretario general de la OTAN, siguieron los debates y sus intervenciones versaron sobre «Europa ante la seguridad» y «La ONU y las organizaciones zonales: los límites de la cooperación».

En su Asamblea del 29 de abril de 1993, el Comité Internacional de la Cruz Roja eligió a dos nuevos miembros: la señora Lilian Uchtenhagen y el señor Georges-André Cuendet.

Lilian Uchtenhagen, nacida en 1928 y oriunda de Sissach (Basilea-Campaña), es doctora en ciencias económicas. Cursó sus primeros estudios en Olten y en Neuchâtel y los universitarios en Basilea y Londres. La señora Uchtenhagen fue miembro del Consejo Nacional suizo de 1971 a 1991.

En su reunión de los días 19 y 20 de abril de 1993, la Comisión Permanente de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja eligió como nuevo presidente al príncipe Botho zu Sayn-Wittgenstein-Hohenstein. Sucederá en el cargo al doctor Ahmad Abu Goura, que dirigió este órgano internacional durante casi 12 años y que presentó su dimisión en enero por motivos de salud.

El príncipe Botho, presidente de la Cruz Roja Alemana, era vicepresidente de la Comisión desde 1986, función que pasará a desempeñar otro miembro de la Comisión, el señor Byron Hove, presidente de la Cruz Roja de Zimbabue. De conformidad con el artículo 17.2 de los Estatutos del Movimiento, la señora Veronique Ahouanmenou, presidenta de la Cruz Roja de Benin, fue elegida como nuevo miembro de la Comisión.

El CICR ha confirmado el reconocimiento de la Cruz Roja de Estonia, reconocida en 1922, y ha reconocido oficialmente a la Cruz Roja de Namibia.

Con estas decisiones, que surtieron efecto el 31 de marzo de 1993, se eleva a 155 el núero de Sociedades Nacionales miembros del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Hoy, 8 de mayo de 1993, se conmemora el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

El Movimiento Intemacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja desea aprovechar esta oportunidad para rendir homenaje a todos los que sirven a su causa humanitaria, y cuya generosa entrega permite no sólo prestar asistencia médica y ayuda a millones de personas que lo necesitan, sino también llevar un mensaje de esperanza a un mundo asolado por los desastres, la guerra y los sufrimientos.

Con el final de la guerra fría pensamos que las perspectivas de futuro serían más alentadoras. Sin embargo, los padecimientos de la población no han disminuido. Por el contrario, en muchas partes del mundo estos sufrimientos se han agudizado. El estallido de conflictos armados, la violencia étnica y las catástrofes naturales representan una amenaza constante para la vida y la dignidad de millones de hombres, mujeres y niños. Algunas enfermedades, como el SIDA y el paludismo, así como la pobreza y la malnutritión, también afectan a innumerables personas en el mundo.

El año 1983 marca un hito en la historia de Tailandia, no sólo porque en el país hizo frente con éxito a las amenazas imperialista, sino también porque es el año fundacional de la Cruz Roja Tailandesa. Al igual que la primera Cruz Roja, fundada treinta años antes por Henry Dunant en una Europa desgarrada por la guerra, la Cruz Roja Tailandesa se creó en una época en la que la nación luchaba, tanto en el frente diplomático como en el militar, por defender sus derechos territoriales contra el poderío francés. Los hombres que lucharon por el Rey y por el país en la cuenca del río Mekong recibieron una asistencia especial gracias al espíritu humanitario de Thanpuying Plien Pasakornwong, una dama de la corte real.

El 2 de abril de 1993, la República Eslovaca depositó una declaratión de sucesión a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y a sus Protocolos adicionales del 8 de junio de 1977. Dicha declaración contenía las reservas formuladas anteriormente por Checoslovaquia por lo que respecta a los Convenios.

Esta declaración de sucesión surte efectos desde el 1 de enero de 1993, fecha de la independencia de la República Eslovaca.

El Gran Ducado de Luxemburgo, mediante su declaración del 12 de mayo de 1993, reconoce la competencia de la Comisión Internacional de Encuesta.

De conformidad con el artículo 90, parrafo 2, apartado a), del Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, el Gran Ducado de Luxemburgo declara que reconoce ipso facto y sin acuerdo especial, con relatión a cualquier otra Alta Parte Contratante que acepte la misma obligación, la competencia de la Comisión Internacional de Encuesta para proceder a una investigateón de las denuncias formuladas por otra Parte.

La República de Moldova se adhirió, el 24 de mayo de 1993, a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y a sus Protocolos adicionales.

Estos instrumentos entrarán en vigor, para la República de Moldova, el 24 de noviembre de 1993.

La República de Moldova es el 179º Estado Parte en los Convenios de Ginebra, el 123º Estado Parte en el Protocolo I y el 114º en el Protocolo II.

La República de Azerbaiyán se adhirió, el 1 de junio de 1993, a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949.

Estos instrumentos entrarán en vigor, para la República de Azerbaiyán, el 1 de diciembre de 1993.

La República de Azerbaiyán es el 180º Estado Parte en los Convenios de Ginebra.

La República de Armenia se adhirió, el 7 de junio de 1993, a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y a sus Protocolos adicionales.

Estos instrumentos entrarán en vigor, para la República de Armenia, el 7 de diciembre de 1993.

La Republica de Armenia es el 181º Estado Parte en los Convenios de Ginebra, el 124º Estado Parte en el Protocoio I y el 115º en el Protocoio II.

La República de Burundi se adhirió, el 10 de junio de 1993, a los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativos a la protectión de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocoio I) y no internacionales (Protocoio II), aprobados en Ginebra el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la República de Burundi, el 10 de diciembre de 1993.