Coetáneo del Convenio de 1864 —del que constituye una de las innovaciones más notables— el emblema de la cruz roja no ha dejado de suscitar, desde entonces, discusiones, debates, incluso controversias en cuanto a su naturaleza, sus objetivos y sus destinatarios, así como con respecto a las condiciones que debe reunir su uso.
El emblema de la cruz roja, como el de la media luna roja, adquirió rápidamente un cometido crucial en la aplicación y en la práctica de las normas del derecho internacional humanitario (DIH). Actualmente, se puede afirmar que paredes enteras del edificio constituido por el derecho de los conflictos armados estriban en el respeto del emblema y en las condiciones de utilización de éste.
«Víctima» de su éxito, el emblema, que había sido creado sólo como signo distintivo de los servicios sanitarios de las fuerzas armadas y de sus tropas auxiliares, vio ampliarse considerablemente, en el transcurso de los años, el círculo de sus usuarios.