La integración se ha iniciado como proceso económico, y más por sectores de la economía que por la economía en general; pero tiende a convertirse en un proceso global porque la economía no es un factor aislado de la sociedad, sino que se vincula a la educación, la técnica, las estructuras políticas, el ordenamiento jurídico. La integración por la economía puede ser el primer eslabón de una cadena multidimensional; pero puede desde luego concebírsele y querérsele con un propósito restringido, en términos pura y simplemente económicos.
Cuando se pone por obra la integración económica en los tratados se ha querido a veces despolitizarla, y por eso se ha enfatizado en las negociaciones, los comunicados y los discursos que se trata de algo puramente económico y que por consiguiente se deja de lado lo político.