^{page 481 note 1} En 1923, la XI Conferencia Internacional de la Cruz Roja desechñ de un proyecto del CICR todas las disposiciones relativas a la protección de la población civil, para no conservar más que las concernientes a los prisioneros de guerra (de las que naceria el Convenio de 1929). Once años más tarde, en Tokio, la XIV Conferencia aprobo un proyecto (del CICR) de Convenio para proteger a las personas civiles, que el CICR se esforzó en hacer aprobar. La Segunda Guerra Mundial interrumpió provisionalmente sus gestiones.Google Scholar

^{page 484 note 2} Si la Cruz Roja se había ocupado prácticamente del problema muy pronto (véase su intervención ya en la tercera guerra carlista en España, los aña, los aos 1872-1876 y en Bosnia-Herzegovina el aiio 1875), sólo la IX Conferencia Internacional de la Cruz Roja )Washington, 1912( abordó la cuestión de un convenio internacional a este respecto (propuesta Clark, delegado de la Cruz Roja Norteamericana que, entonces, no fue seguida). En 1921, la X Conferencia aprobó una resolucion (Resolución 14) en la que se reconoce el derecho de intervención humanitaria de las Sociedades Nacionales «en caso de guerra civil, de disturbios sociales y revolucionarios», confiando al CICR la tarea de remediar, si es necesario, la debilidad de la Sociedad Nacional del país perturbado y de organizar la actión internacional de socorro. En la Resoluciñn 14 de la XVI Conferencia (Londres, 1938) se confirma el ámbito de intervención de la Cruz Roja enunciado en 19 1.Google Scholar

^{page 484 note 3} Refiriéndose (¡sin mencionarlo explícitamente¡) al «bloqueo sanitario» impuesto por Francia en Argelia, la XIX Conferencia Internacional de la Cruz Roja (Nueva Delhi, 1957) utilizó lo que podríamos llamar la apertura humanitaria del artículo 3 común expresando «el deseo de que una disposición nueva se añada a los Convenios de Ginebra de 1949, extendiendo el alcance del artículo 3 de esos Convenios, para que a) los heridos sean asistidos sin discriminación y para que los médicos no sean molestados de ninguna manera cuando presten la asistencia que han de prestar en esas circunstancias, b) sea respetado el sagrado principio del secreto médico, c) no se imponga a la venta y a la libre circulación de los medicamentos más restricción que la prevista en la legislación internacional, sobreentendiéndose que esos medicamentos se utilizarán exclusivamente con finalidad terapéutica, hace, además, un acuciante llamamiento a todos los Gobiernos para que comuniquen todas las medidas que sean contrarias a lapresente resolución» (Resolución 17). En la Resolución 19 de la misma conferencia se recuerda, por lo demas, la legitimidad de una intervencion asistencial de la Cruz Roja en caso de conflicto interno.

^{page 485 note 4} Óriginalidad, en especial, por lo que atañe a los «derechos humanos», esencialmente declarativos y pobres en mecanismos para garantizar un respeto efectivo sobre el terreno. En el derecho internacional se prevé que a la protection juridica acompañar á un control sobre el terreno, ejercido por las Potencias protectoras o por el CICR. El derecho internacional humanitario no garantiza que siempre sea plenamente respetado, pero da la «regla del juego» y los medios para su aplicación concreta.

^{page 486 note 5} Bugnion Francois, Le Comité International de la Croix-Rouge et la protection des victimes de la guerre, Introduction, (por publicar).

^{page 493 note 6} Véase, en especial: J. Moreillon, «La Cruz Roja: protección y asistencia», en RICR, N.° 47, septiembre-octubre de 1981, pp. 268-273 y J.-P. Hocke, «Acción humanitaria: protección y asistencia», en RICR, N.° 61, enero-febrero de 1984, pp. 11-17.

^{page 484 note 3} La «actión de socorro del CICR es inseparable de su actión de visita y de registro de datos. Se completan y se refuerzan mutuamente. Del mismo modo que una actión de socorro se dispersaráa y seria ineficaz si no se apoya en un conocimiento preciso de las necesidades, de la identidad y del número de víctimas, así la recogida de esas informaciones no lograría su objetivo si no fuese acompañada de la actión asistencial». A. Durand, Histoire du Comite international de la Croix-Rouge. 2: De Sarajevo á Hiroshima, Ginebra 1978, Instituto Henry Dunant, p. 403.El ejemplo del bloqueo aliado durante la Segunda Guerra Mundial ilustra perfectamente este punto: los envíos colectivos para los prisioneros de guerra en poder de los alemanes (socorros) sólo fueron autorizados cuando el CICR presento la prueba de que podia controlar (función esencial de la actión protectora) su distributión, es decir, teniendo acceso a los campos de concentración.