Estas notas de investigación son el resultado de un proceso etnográfico accidental e involuntario realizado a lo largo de 2023 en el estado de Durango, en el norte de México. Son un análisis preliminar de la información recolectada sobre la evidente presencia del crimen organizado y sus efectos en la vida cotidiana de los ciudadanos. La mayoría de los estudios sobre violencia en México —y América Latina— tienden a tratar situaciones de violencia extrema; o se enfocan en la población pobre y marginada, que sufre distintos tipos de opresión. Estas notas retratan una situación distinta en dos sentidos. Primero, surgen del trabajo de campo realizado en un entorno de aparente tranquilidad: Durango es actualmente uno de los estados más pacíficos del país, si se mide la paz por número de homicidios. Solo un centenar de personas son asesinadas anualmente, lo que es una anomalía en un país cruento, que reporta más de treinta mil muertes violentas cada año. Segundo, las notas emergen, principalmente, del testimonio de las clases medias y altas, segmentos de la población que también sufren las consecuencias de la violencia, pero que han sido largamente ignorados por la literatura. La investigación evidencia que el crimen organizado condiciona significativamente la vida cotidiana de los ciudadanos que viven en paz, pero con miedo. Los grupos criminales perturban el trabajo y el ocio de los ciudadanos, así como su relación con el gobierno. Este estudio también reflexiona sobre cómo el crimen organizado repercute en el funcionamiento normal del Estado y la democracia liberal.