Actualmente, la discinesia tardía (DT) es un problema clínico importante. La prevalencia media se estima en un 30%. La aparición de antipsicóticos ha abierto nuevos caminos. El perfil extrapiramidal de estas moléculas es más favorable que el de los neurolépticos convencionales. Para evaluar su potencial tanto profiláctico como curativo, revisamos las publicaciones acerca de cuatro de estos antipsicóticos atípicos: clozapina, risperidona, olanzapina y amisulprida. La clozapina parece inducir menos casos de DT que los neurolépticos convencionales, y tiene un efecto terapéutico específico. Sin embargo, el riesgo de agranulocitosis reduce la posibilidad de utilización. La risperidona parece ser una terapia efectiva, pero varios autores comunican casos de DT durante el tratamiento. Además, se necesitan estudios mayores y seguimientos más largos para confirmar la eficacia de la olanzapina y la amisulprida. Se necesitan aún otros estudios y observaciones antes de extraer una conclusión para estas nuevas acciones antipsicóticas atípicas. Sin duda son prometedoras, pero no podemos ignorar la noción de riesgo-beneficio; el control regular y la escucha a la experiencia subjetiva de los pacientes deben figurar en primer lugar en la elección de la terapia.