Me es grato tener la oportunidad de hablar ante una asamblea como ésta, en la que están reunidas eminentes personalidas a quienes preocupan las cuestiones humanitarias que se plantean en nuestra época de manera cada vez más grave.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (el CICR) está, desde hace más de ciento veinte años, al servicio de la humanidad destrozada por los conflictos.

En 1864, un año después de la fundación del CICR, se refrendó, mediante el Convenio de Ginebra para mejorar la suerte que corren los militares heridos de los ejercitos en campaña, primer acuerdo multi lateral del derecho humanitario, la base jurídica de su actión y el reconocimiento del Movimiento de la Cruz Roja por los Estados.

Cuando en tantos puntos del globo tienen lugar tantos dramas, no creo que esta Comisión se contente con un informe técnico sobre la naturaleza y las condiciones de la asistencia humanitaria. Una reseña de esa índole parecería inútil, pues quedaría fuera del contexto de una trágica realidad. Pensemos en lo que ocurre en Líbano, en los combates de gran amplitud que podrían reanudarse de un momento a otro en Planalto (Angola), o en la suerte corrida por la población de Afganistán y la de Kampuchea, por mencionar sólo estos casos.

El problema no es saber qué debe hacerse, sino cómo llegar realmente hasta las víctimas para asistirlas, alimentarlas, prestarles asistencia médica y, sobre todo, para protegerlas eficazmente.

Los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 para la protectión de las víctimas de la guerra y los Protocolos adicionales de 1977 son las fuentes escritas del derecho internacional humanitario moderno. Esta ingente labor de unos 600 artículos es una asombrosa inversión de intelecto, el resultado de arduas negociaciones políticas, de recursos financieros y de buena voluntad. El derecho internacional humanitario moderno escrito es fruto de uno de los mayores esfuerzos de sucesivas codificaciones jurídicas que se conocen. Y, por supuesto, el derecho consuetudinario complementa, en gran medida, las normas escritas.

¿ Qué depara el futuro al derecho internacional humanitario? Arriesgándome a responder, tendré en cuenta diferentes cuestiones de índole humanitaria a las que debe prestar atención el CICR para desem peñar su encargo: no sólo trabajar para que se aplique cabalmente el derecho humanitario, sino también para que se mejore y se difunda.

Figuran a continuatión, las listas cronológicas, hasta el 31 de diciembre de 1983, de los Estados que han pasado a ser Partes en los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, durante los tres últimos años, 1981, 1982 y 1983, así como de todos los Estados que han pasado a ser Partes en los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, aprobados el 8 de junio de 1977.

El nombre de los Estados está abreviado y el número que figura en la primera columna de las listas sirve sólo, por razones prácticas, para facilitar la referencia. La lista de los Estados Partes en los Convenios empieza con el número 146, pues se tienen en cuenta los 145 Estados que pasaron a ser Partes en los Convenios los años anteriores, cuya lista figura en la Revista International de la Cruz Roja, número correspondiente a julio-agosto de 1982.

La « Conventión sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados » entró en vigor el 2 de diciembre de 1983, seis meses después de que veinte Estados depositaran su instrumento de ratificatión, de aceptación, de aprobación o de adhesión. Los tres Apéndices anexos a esta Convención, el primero para prohibir el empleo de armas de efectos no localizables, el segundo para prohibir o restringir el empleo de minas, armas trampa y otros artefactos y el tercero para prohibir o restringir el empleo de armas incendiarias, entraron también en vigor esa misma fecha.

En la última reunión del año, que tuvo lugar los días 7 y 8 de diciembre de 1983, la Asamblea del Comité Internacional de la Cruz Roja se despidió de cuatro de sus miembros: los señores Hans-Peter Tschudi y Jakob Burckhardt, que se retiran por motivos de edad; los señores Marcel A. Naville, ex presidente del CICR (1969–1973), y Thomas Fleiner, que solicitaron que su mandato no fuera renovado.

La Asamblea eligió como vicepresidente del CICR al señor Maurice Aubert, que asumirá sus funciones a partir del 1 de enero de 1984; sustituye al señor Richard Pestalozzi, vicepresidente del CICR desde julio de 1979. El señor Richard Pestalozzi sigue siendo miembro de la Asamblea y del Consejo Ejecutivo del CICR.

A sus cuatro miembros y su vicepresidente salientes, la Asamblea expresó su viva gratitud por los servicios prestados al CICR y a toda la Cruz Roja. Nombró a los señores H. P. Tschudi, J. Burckhardt y M. A. Naville miembros honorarios del CICR.

La muerte, el 22 de enero de 1984, de la señora Marguerite Gautier-van Berchem, ha llenado de tristeza a cuantos han tenido el privilegio de conocerla.

Hija del célebre erudito Max van Berchem, Marguerite Gautier prosiguió la obra paterna y llevó a cabo importantes trabajos arqueológicos. Es, además, autora de una serie de publicaciones de gran valor.

Al estallar, en 1914, la primera guerra mundial, ofreció su benévola colaboración al CICR, que abrió la Agencia de Prisioneros de Guerra, cuya actividad daría a conocer el nombre del CICR hasta en los antípodas. Con entera abnegación, Marguerite van Berchem dedicó todo su tiempo y toda su energyía a esta tarea. Pronto se la nombró jefa del Servicio alemán, un puesto en el que pudo demostrar su capacidad.

La República Popular del Congo depositó, el 10 de noviembre de 1983, ante el Gobierno suizo, el correspondiente instrumento de adhesión a los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativos a la protección de las víctimas de conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra, el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la República Popular del Congo, el 10 de mayo de 1984, es decir, seis meses después de haberse depositado el instrumento de adhesión.

La República Árabe Siria depositó ante el Gobierno suizo, el 14 de noviembre de 1983, un instrumento de adhesión al Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I).

Según lo dispuesto en el Protocolo, esta adhesión entrará en vigor el 14 de mayo de 1984, es decir, seis meses después de haberse registrado este instrumento de adhesión.

El Gobierno de la República de Bolivia depositó, el 8 de diciembre de 1983, ante el Gobierno suizo, el correspondiente instrumento de adhesión a los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativos a la protección de las víctimas de conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra, el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la República de Bolivia, el 8 de junio de 1984.

El Gobierno de la República de Costa Rica depositó, el 15 de diciembre de 1983, ante el Gobierno suizo, el correspondiente instrumento de adhesión a los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativos a la protección de la víctimas de conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra, el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la República de Costa Rica, el 15 de junio de 1984.

Es grato al CICR comunicar a las Sociedades Nacionales que ha creado un Fondo especial en favor de los minusválidos a causa de conflictos armados.

La finalidad de este Fondo especial del CICR es favorecer la realización de programas duraderos en favor de personas minusválidas a causa de conflictos armados. El Fondo ayudará prioritariamente a los inválidos de guerra amputados y parapléjicos. Se intentará socorrer a los individuos en la medida de sus males y aliviar las penas más urgentes.

El Fondo favorecerá, en particular, la instalación, por el CICR, de talleres para la fabricación de prótesis-órtesis, la adaptación y la reeducación profesional. Se podrán beneficiar también de este Fondo proyectos de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, incluso de otros organismos humanitarios.

Los proyectos habrán de responder a las condiciones del país en el que se realicen, prever una participación de los beneficiarios y poder funcionar, en un plazo máximo de tres años, sin el apoyo del Fondo.

Del 30 de noviembre al 6 de diciembre, el señor Jean-Marc Bornet, delegado general del CICR para África, efectuó una misión en Chad, durante la cual se entrevistó, en particular, con los ministros del Interior y de Finanzas, así como con el secretario de Estado para Relaciones Exteriores.

Por lo demás, el señor Bornet estuvo, el 27 y el 28 de diciembre, en Mozambique, donde analizó con las autoridades las perspectivas de acción del CICR en el país. Con este motivo, se entrevistó con los vice ministros de Relaciones Exteriores y de Sanidad; conversó, asimismo, con los representantes de la « Cruz Roja de Mozambique ».

Se celebró en Copenhage, del 25 al 27 de agosto de 1983, una conferencia de las Sociedades nórdicas de la Cruz Roja. Tema de los debates: « La Cruz Roja y los derechos humanos ». La conferencia reunió a cuarenta y cinco participates de las Sociedades Nacionales de Finlandia, de Islandia, de Noruega, de Suecia y de la Sociedad huésped y organizadora, la Cruz Roja Danesa. También asistieron a la reunión el señor Høegh, secretario general, así como la señora Camporini, consejera para Asuntos Estatutarios de la Liga. El CICR estuvo representado por el señor Moreillon, director de Asuntos Generales, y por la señorita Lacroix, de la División de Sociedades Nacionales; representó al Instituto Henry-Dunant el señor J. Toman, director adjunto.

La conferencia de las Sociedades nórdicas sobre la Cruz Roja y los derechos humanos presentaba un especial interés, ya que se trataba de la primera reunión organizada por un grupo de Sociedades Nacionales sobre ese tema.

En 1979, la Conferencia Administrativa de Radiocomunicaciones (CAMR 79), convocada en Ginebra por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), aprobó, en el artículo 40 « Transmisiones de urgencia y de seguridad, y transportes sanitarios » del Reglamento de Radiocomunicaciones, una nueva Sección II, titulada « Transportes sanitarios ». El artículo 40 se reproduce textualmente en la Revista Internacional de la Cruz Roja, número de julio y agosto 1982; los trabajos de la CAMR 79 también se mencionan en los números de marzo - abril 1980 y noviembre-diciembre 1982 de la Revista.

La CAMR 79 examinó, por otra parte, las necesidades de los barcos y de las aeronaves de los Estados no Partes en un conflicto armado, es decir, de los barcos y de las aeronaves neutrales, en materia de identificación por radio. Una Resolución Núm 11 fue aprobada sobre ese tema; figura en el actual Reglamento de Radiocomunicaciones. En dicha Resolución se invita al Consejo de Administración de la UIT a considerar la inscripción de ese tema en el orden del día de la próxima competente Conferencia Administrativa Mundial de Radiocomunicaciones.