En el marco de un seminario del CICR sobre técnicas de formación e información, un instructor describió, hace unos años, la posición del delegado encargado de la difusión en una delegación del CICR y —con ello la difusión en general— de la siguiente manera:
«Con frecuencia, la oficina del encargado de la difusión del derecho internacional humanitario en una delegación del CICR está al final de un largo pasillo, al fondo del todo, entre el depósito de material de oficina y los lavabos. Sin embargo, las más de las veces, éste no se encuentra allí porque él —o ella— está dando conferencias, sea en establecimientos militares sea en universidades o en compañía de voluntarios de la Cruz Roja Nacional. Cuando por fin conseguimos ver —y solo durante unos instantes— a nuestro delegado encargado de la difusión en su oficina, lo hallamos atareado con tijeras, papel y pegamento; está intentando hacer una octavilla o un cartel, a lo mejor incluso, un pequeño folleto.