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Published online by Cambridge University Press: 29 January 2010
A lo largo de la historia, las grandes civilizaciones no han podido abolir la guerra; pero, al menos, se han esforzado por establecer ciertas normas de conducta a fin de aliviar los sufrimientos que causa. Así, los griegos prohibieron el empleo de armas envenenadas y la contaminación de manantiales. Los romanos nos transmitieron el adagio Hostes dum vulnerati fratres: el enemigo, si está herido, es nuestro hermano. Del judaísmo y de la cristiandad quedan también mensajes de compasión y de misericordia. En la India, el poema épico Mahabharata nos revela que estaba prohibido ensañarse en el enemigo vencido o fuera de combate y matar a mujeres, ancianos y niños. En el Corá de la civilización islámica, se condena el ataque a los no beligerantes, así como el empleo de medidas excesivas contra el enemigo, como el fuego y la inundación.