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Published online by Cambridge University Press: 29 January 2010
Deseo darles a todos la bienvenida a esta importante reunión, en la que consideraremos las implicaciones del eventual uso, en el futuro, de un nuevo tipo de armas y de un nuevo méetodo de guerra.
El Comité Internacional de la Cruz Roja tiene, entre otros, el cometido de velar por la fiel aplicación del derecho humanitario y promover su desarrollo. Su finalidad es, y ha sido siempre, intentar paliar, en la medida de lo posible, los sufrimientos de la guerra, tanto en lo referente a los métodos de guerra como a la protección y la asistencia que deben prestarse a las víctimas. El CICR se ha preocupado siempre por los efectos de las armas. Voy a referirme ahora, en particular, a los esfuerzos que ha hecho por prohibir el uso de armas químicas. En febrero de 1918 publicó un llamamiento en el cual protestaba enérgicamente contra el uso de gas venenoso y hacía especial referenda a los terribles sufrimientos que causaba a los soldados. El CICR apeló a los sentimientos humanitarios de los Gobiernos de la época y posteriormente envió sendas cartas a la Liga de Naciones y a los Gobiernos, instándolos a concertar un acuerdo prohibiendo el uso de armas químicas, lo cual llevó finalmente a la firma del Protocolo de 1925. Desde entonces, el CICR ha organizado dos reuniones de expertos, en la década de 1970, para estudiar diversas armas modernas.