En noviembre de 1977, el Gobierno belga confió a una comisión interdepartamental el estudio de las cuestiones relativas a la ratificación de los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra, aprobados el 8 de junio de ese mismo año, antes de que fuesen abiertos para la firma el 12 de diciembre. Se trataba, en esa etapa, de determinar si Bélgica debía formular alguna declaración interpretativa, incluso reserva, en el momento de la ratificación y de preparar el proyecto de ley para aprobarla. Esto suponía una concertación, no solamente entre los diferentes departamentos ministeriales concernidos por la aplicación de los Protocolos, sino también entre el Gobierno belga y los Gobiernos de los países miembros de la alianza militar de la que Bélgica formaba parte.