Published online by Cambridge University Press: 28 April 2010
Hoy día es suficientemente conocido el papel dominante que durante la Edad Moderna mantuvo la Iglesia en el desarrollo del sistema crediticio de la sociedad tardofeudal.
El censo consignativo pasa por ser la principal figura crediticia de la época. Nobleza, concejos, campesinos… acudían a él para hacer frente a sus necesidades y constituían los principales demandantes de capital, mientras que las instituciones eclesiásticas, especialmente monasterios y conventos, llegaron a convertirse en los principales prestamistas y, por tanto, principales beneficiarios de esta forma de detracción de excedente. En el siglo XVIII la proporción del capital censal y sus réditos que aparecía dominada por la Iglesia era considerable: las estimaciones realizadas por M. Artola indican que en Castilla el 73 por 100 de las rentas censales estaban en manos del clero, mientras que en Aragón la evaluación realizada por G. Pérez Sarrión, para el caso zaragozano, asciende al 82,3 por 100.