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Cuatro Tendencias en la Politica Latinoamericana*
Published online by Cambridge University Press: 02 January 2018
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El propósito del presente artículo es principalmente el de sugerir, en lineas generales, la naturaleza de algunos de los problemas de mayor vigencia dentro del cuadro actual de la política latinoamericana. Ante la imposibilidad de ofrecer en este espacio una visión completa de la escena política, nos hemos limitado al análisis de cuatro tendencias que, según impresiones recogidas en dos viajes recientes por nuestro continente, constituyen, en nuestra opinión, factores primordiales de la actividad política en estos países.
La primera de estas tendencias, que el extranjero percibe de inmediato, es la ola creciente de sentimiento anti-norteamericano. Aunque este factor no haya alcanzado todavía proporciones desmedidas, debe constituir motivo de seria preocupación a todos los estudiosos de la realidad latinoamericana.
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- Research Article
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- Copyright © University of Miami 1959
Footnotes
Este trabajo es una versión española del original presentado a la reunión de la Southern Political Science Association celebrada en Gatlinburg, Tennessee, el 6 de Noviembre de 1958.
References
1 Tal explicación fué sugerida por el Secretario de Estado Ayudante del EE. UU., Mr. Rubottom, en las audiencias del Comité de Asuntos ínter-Americanos del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara. “A Review on the Relations of the United States and Other American Republics,” Hearings before the Subcommittee on Inter- American Affairs of the Committee on Foreign Affairs, House of Representatives, 85th Congress, 2d Session.
2 Flora Lewis, “Why There is Anti-Americanism in Mexico,” New York Times Magazine, 6 de julio de 1952, p. 10.
3 Girard, Alan and Samuel, Raul, Situación y perspectivas de Chile en septiembre de 1957 (Santiago, Instituto de Sociología, Universidad de Chile, 1958), pp. 56–57.Google Scholar
4 José Figueres, “No se puede escupir a una política exterior,” Combate, No. 1, julio-agosto 1958, pp. 64-65.
5 Hispanic American Report, marzo de 1957, p. 36.
6 Ibid., agosto de 1957, p. 427.
7 Este punto de vista es controvertido en el caso de Méjico por José Guadalupe Juno en Nuestro Liberalismo (Guadalajara, Imp. Fénix, 1956) quien sostiene que, en general, la Iglesia ha dado apoyo o, por lo menos, no se ha opuesto a los verdaderos programas liberales de reforma política y económica. Francisco Miranda Ribadeneira, Política Cristiana (Quito, 1955) condena vigorosamente lo que el llama el “falso y protestante liberalismo” de América Latina.
8 Jorge Mañach, “Religion and Freedom in Latin America,” en Responsible Freedom in the Americas, editado por Angel del Rio (Garden City, N. Y.: Doubleday and Co., Inc., 1955), p. 357.
9 Heliodoro González, op. cit., p. 73. Véase el interesante artículo de Robert Neville, “Pope John, His Cardinals, His Character, and His Political Direction”, en Harper's Magazine, vol. 218, No. 1307, abril de 1959, especialmente págs. 28-29.
10 Fitzgibbon, Russell H., “Catholicism, Protestantism and Politics in Latin America,” Hanover Forum, Vol. II, No. 1, Invierno de 1956, pp. 13–14 Google Scholar estudia este punto.
11 Excelsior, México, D. F., 26 de junio de 1956, p. 3.
12 New York Times, 3 de agosto de 1957, p. 4 y 4 de agosto de 1957, p. 22.
13 Lebret, junto con otros especialistas franceses, hizo un razonado estudio del país a invitación del gobierno. Este último, sin embargo, suprimió la publicación por algún tiempo debido a que era muy crítica.
14 Heliodoro González, op. cit., p. 76; Hispanic American Report, febrero de 1956, pp. 76-77 y agosto de 1956, p. 386; The New York Times, 16 de agosto de 1956, p. 4.
15 The New York Times, 10 de mayo de 1957, p. 1.
16 Hispanic American Report, Vol. XI, No. 3 de marzo de 1958, p. 170.
17 Ibid, p. 140.
18 González, op. cit., pp. 76-77.
19 Véase el artículo por el Reverendo Manuel Larraín en Revista Javeriana, junio de 1957. Algunos pasajes de este artículo se citan traducidos de John Hickey, “Blackmail, Mendicancy and Intervention: Latin America's Conception of the Good-Neighbor Policy?” en Inter-American Economic Affairs, Vol. XII, No. 1, Verano de 1958, pp. 43-44.
20 Ercilla de 8 de octubre de 1958, pp. 8-9.
21 The New York Times, 4 de febrero de 1956, p. 5 y 5 de febrero de 1956, p. 13.
22 Clenaente Marroquin, en La Horn, citado en el New York Times de 1 de abril de 1956, p. 5.
23 Theodore Wyckoff, “The Role of the Military in Latin American Politics,” (inédito).
24 Fitzgibbon, Russell H., “The Party Potpourri in Latin America,” The Western hlitical Quarterly, Vol. X, No. 1, marzo de 1957.Google Scholar
25 Alexander, Robert J., “The Army in Politics,” en Government and Politics in Lotin America , ed. por Davis, Harold E. (New York: The Ronald Press Company, 1958), pp. 147-16Google Scholar5, es un estudio muy sugestivo.
26 Ibid, p. 159.
27 La Razon, 16 de septiembre de 1956, p. 4.
28 The New York Times, 7 de enero de 1958, p. 13.
29 Alexander, op. cit., pp. 161-162.
30 La existencia de tal ofensiva es reconocida por el Departamenta de Estado de los Estados Unidos en la publicacion titulada, The Soviet Block Economic Offensive in Less-Developed Areas
31 The New York Times, 2 de marzo de 1958, IV, p. 6.
32 Ibid, 18 de julio de 1956, p. 10. Las actividades culturales y deportivas no han sido olvidadas. En 1956 un cuarteto checo debut6 en Brasil; un equipo de basketball sovietico y otro de futbol jugaron tambien contro equipos brasileros en el mismo año.
33 Ibid, 3 de julio de 1958, p. 33.
34 Ibid, 2 de marzo de 1958, IV, p. 6. La Uni6n Sovietica esta haciendo progresos en su penetraci6n en otros paises. Un millon de toneladas metricas de petr61eo sovietico fueron suministrados a la Argentina desde el 1 de julio de 1958. Esto alcanzaria aproximadente a un septimo de las importaciones argentinas de petr61eo. A pesar de las bajas propuestas hechas por algunos paises occidentales, los bajos costos de flete de la Union Sovietica (mas o menos la mitad del valor corriente) ganaron para ella el contrato. En Chile, el gobierno aprobo en septiembre de 1957 la venta de alambre de cobre a las naciones del bloque sovietico. Uruguay estuvo recibiendo atractivas ofertas de la Republica Popular China, Checoeslovaquia y de la Union Sovietica para el mejoramiento de sus ferrocarriles a cambio de lana. La Uni6n Sovietica facilitaria creditos a tecnicos; China Comunista el equipo liviano y los checos el equipo pesado. Uruguay fue la primera nacion del Hemisferio Occidental en reconocer a los representantes de China Comunista cuando estos establecieron una oficina comercial en Montevideo en octobre de 1957. En Mejico, cuando la Uni6n Sovietica ofreci6 el premio Stalin de Paz a Cardenas en 1956, anuncio que estaria dispuesta a atender los pedidos de papel de imprenta de los diarios mejicanos, los cuales sufrian entonces de una seria escasez de papel. La misiones comerciales de la Argentina y el Brasil han sido recibidas efusivamente por los paises comunistas.
35 Hickey, op. cit., p. 63.œ
36 The London Times, 19 de junio de 1958, p. 11.
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