Introducción. Historiografía tardoantigua y reino hispano-visigodo

Se tiene cierta tendencia a establecer una clara línea divisoria entre la historiografía del Mundo Clásico y la elaborada durante la Antigüedad Tardía, por responder la génesis de esta última a una matriz de signo netamente cristiano. Una observación más atenta de los escritos históricos tardoantiguos descubre que, más bien al contrario, el panorama no es tan contrapuesto como en principio se suele dar por sentado. Con rapidez se advierte que existe una reconocible continuidad en su tipología, algo que no es contradictorio con la incorporación de los recursos necesarios para su inserción dentro de un nuevo universo religioso, cultural y por extensión también político, articulado en torno al cristianismo, la nueva religión triunfante. Al igual que ocurría en la historiografía grecorromana, el perfil de quienes elaboran los textos históricos sigue siendo el de personajes ubicados en la primera línea de la actividad pública, protagonistas directos o indirectos de los acontecimientos más relevantes, y la finalidad de su escritura resulta del entrecruzamiento de vectores dispares, como son, entre otros, la declarada intencionalidad ejemplarizante, abiertamente teñida de contenido apologético, y una innegable dimensión política, no siempre evidente a primera vista.