Book contents
- Frontmatter
- Índice
- Índice de ilustraciones
- Agradecimientos
- 1 Introducción: imagen e imágenes de Lope
- 2 Castellano portugués. El poeta enamorado
- 3 La vega llana. El poeta del pueblo
- 4 Mea grandíssima culpa. El pecador arrepentido
- 5 Autoparodia y desengaño
- 6 Conclusión: un entierro ‘de Lope’
- Obras citadas
- Índice general
6 - Conclusión: un entierro ‘de Lope’
Published online by Cambridge University Press: 05 May 2023
- Frontmatter
- Índice
- Índice de ilustraciones
- Agradecimientos
- 1 Introducción: imagen e imágenes de Lope
- 2 Castellano portugués. El poeta enamorado
- 3 La vega llana. El poeta del pueblo
- 4 Mea grandíssima culpa. El pecador arrepentido
- 5 Autoparodia y desengaño
- 6 Conclusión: un entierro ‘de Lope’
- Obras citadas
- Índice general
Summary
Y así, viendo una mujer tanta grandeza, dijo con mucho donaire: ‘Sin duda este entierro es de LOPE, pues es tan bueno’.
(Pérez de Montalbán, Fama póstuma, págs. 97–98)Uno de los mayores méritos de la Fama póstuma que escribió el gran amigo de Lope, Juan Pérez de Montalbán, es que incluye una narración detallada del impresionante entierro que los madrileños otorgaron al Fénix. El duque de Sessa, mecenas y amigo del autor, ejerció de albacea y pagó los gastos del multitudinario evento, al que asistió ‘todo el pueblo sin convidar a ninguno’ (pág. 97). De hecho, Montalbán afirma que ‘las calles estaban tan pobladas de gente que casi se embarazaba el paso al entierro, sin haber balcón ocioso, ventana desocupada ni coche vacío’ (pág. 97). La congregación de los sacerdotes de Madrid encabezó el cortejo, que avanzó hacia la iglesia de San Sebastián pasando por el convento de la Trinidad, para que sor Marcela de Jesús, hija del Fénix, pudiera rendirle el último homenaje a su padre (pág. 97). Las honras se prolongaron durante ocho días, con diversas misas cantadas y sermones de predicadores famosos, a los que siempre acudió ‘gran número de gente, hasta no caber más en la iglesia, con muchos señores’ (pág. 99). Todo Madrid participó en el sepelio, en un acontecimiento extraordinario que no mereció ningún otro literato de su tiempo. Podemos imaginar que entre el nutrido público que asistió al evento a lo largo de toda la ciudad se encontraban lectores y personajes que conocían todas y cada una de las imágenes y facetas de Lope que el autor había difundido en su extensa obra poética.
De seguro había quien recordaba que aquel cadáver que el cortejo llevaba en un ataúd pertenecía al hombre que había alterado todo Madrid con el presunto relato versificado de sus amores con Elena Osorio. Tal vez incluso presenció el entierro algún miembro de la familia de los Velázquez, o de los Granvela, que Lope había pintado en sus romances tempranos, en La Dorotea y La Gatomaquia. Probablemente muchos todavía identificaban al viejo poeta con la imagen de enamorado apasionado que el Fénix había pintado en sus romances, en las Rimas, en su poesía épica, tal y como explicamos en el capítulo segundo.
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- Chapter
- Information
- Lope Pintado por sí MismoMito e imagen del autor en la poesía de Lope de Vega Carpio, pp. 237 - 242Publisher: Boydell & BrewerPrint publication year: 2006