Se presentan los resultados de un estudio transversal sobre 212 pacientes ancianos internos y externos, incluyendo datos sociodemográficos, resultados físicos, exploración de TAC y EEG, así como tests psicológicos para el rendimiento cognitivo y síntomas afectivos. Cuarenta y uno por ciento de los pacientes mostraron déficit cognitivo leve y 13%, grave. Se diagnosticó depresión en el 23% de los pacientes con deterioro cognitivo grave y en el 16% de los pacientes con deterioro leve o sin deterioro. El análisis estadístico reveló que el aumento de la edad, el sexo femenino y el bajo nivel intelectual premórbido estaban significativamente asociados con la pérdida de función cognitiva. La demencia y la depresión no estaban asociadas significativamente entre sí. El único factor de riesgo para la depresión era una historia de enfermedad afectiva, pero no los déficit cognitivos o la situación social. La exploración de TAC y el EEG fueron anómalos en el 50% de los pacientes; sin embargo, esto no se correlacionaba con el deterioro cognitivo o la presencia de depresión. A partir de este estudio, se concluye que la depresión y la demencia coinciden con frecuencia en los pacientes ancianos, pero que están asociadas con factores de riesgo diferentes. Se propone que la demencia y la depresión se traten como dos entidades patológicas distintas.