El sistema de clasificación tipo: variedad-modo registra observaciones concretas sobre las características físicas de fragmentos de cerámica encontrados en contextos arqueológicos, enlazándolas en una secuencia de unidades conceptuales abstractas que relacionan colecciones individuales a diferentes niveles, moviéndose del sitio a la región (Adams Reference Adams1971; Forsyth Reference Forsyth1989; J.C. Gifford Reference Gifford1976; Sabloff Reference Sabloff1975).
Uno de los objetivos de la versión original del sistema era establecer vínculos culturales y étnicos entre sitios y regiones dentro del área maya con base en conjuntos identificables de atributos compartidos en la cerámica (J.C. Gifford Reference Gifford1960). Trabajos posteriores combinaron elementos del sistema de clasificación tipo: variedad-modo con el estudio de características tecnológicas para reconstruir sistemas de producción, consumo y distribución, explorando su relación con coyunturas culturales y políticas (véase, por ejemplo, Ball Reference Ball, Sabloff and Henderson1993; Foias y Bishop Reference Foias and Bishop1997; Loya González y Stanton Reference Loya González, Stanton and Stanton2014). Esta perspectiva privilegia una interpretación económica de la distribución espaciotemporal de conjuntos de materiales cerámicos.
Empero, puede argumentarse que el establecimiento y la articulación de diferentes redes económicas e intercambios requiere la aceptación de ideologías que identifican a sus participantes como miembros de una comunidad moral (Houston et al. Reference Houston, Escobedo, Child, Golden, Muñoz and Smith2003). Ejemplos de producción y consumo de cerámicas con características formales distintivas que indexan afiliaciones e identidades colectivas particulares se han documentado etnográficamente en Guatemala (Reina y Hill Reference Reina and Hill1978) y arqueológicamente en Belice (LeCount Reference LeCount, Beyyette and LeCount2017). Así pues, la presencia de patrones de convergencia formal entre los materiales cerámicos de diferentes sitios arqueológicos puede ser considerada como el correlato arqueológico de redes de interacción basadas en nociones particulares de afiliación colectiva en las que se movilizan recursos económicos, políticos y culturales inscritos dentro de relaciones tanto de colaboración como de competencia (Schortman Reference Schortman, Beyyette and LeCount2017:270–272; Schortman y Urban Reference Schortman and Urban2012).
Sin embargo, varios autores señalan acertadamente que las categorías empleadas para construir y aplicar esquemas de clasificación no necesariamente son aquellas que materializaron referentes culturales que denotaron identidad y afiliación entre las comunidades del pasado (Adams Reference Adams1971; Chase y Chase Reference Chase, Chase and Aimers2013; Kelley y Hanen Reference Kelley and Hanen1988; Rice Reference Rice2005 [1987], Reference Rice and Aimers2013; Wylie Reference Wylie2002). Asimismo, debe recordarse que la estructura, los referentes y la ideología de formas de afiliación colectiva, así como sus manifestaciones en la cultura material, pueden cambiar significativamente a lo largo del tiempo, aun dentro de una misma región. El quid del asunto al estudiar el tema es determinar qué elementos formales particulares observados en la cerámica afirman, materializan y amplifican afiliaciones socioculturales y políticas entre personas y grupos a diferentes escalas de interacción (Friedrich Reference Friedrich1970; Rice Reference Rice2005 [1987], Reference Rice2017).
Aquí, exploramos el potencial de los conceptos de modo y sistema cerámico desarrollados dentro del sistema tipo: variedad-modo para identificar y reconstruir afiliaciones e interacciones regionales económicas, sociales y políticas entre el sitio El Tintal y otros centros en las tierras bajas mayas.
Ubicado en el área norcentral de Petén, Guatemala, en el sur de la región elevada interior de la elevación kárstica central (REI/EKC; Figura 1 ), El Tintal es un sitio arqueológico extenso (aproximadamente 25 km2) cuya ocupación se extiende desde el preclásico medio tardío (ca. 700–600 a.C.) hasta el período clásico terminal (ca. 900–1000 d.C.). Forma parte de un conjunto de sitios cuya trayectoria de desarrollo refleja un alto grado de interconexión y características compartidas, incluyendo una ocupación preclásica caracterizada por monumentalidad (en términos de tamaño y volumen) en arquitectura ritual-pública (e.g., Nakbe y El Mirador) que denota la presencia de sistemas políticos con un poder centralizado. En contraste, durante el clásico tardío el paisaje urbano se caracteriza por innumerables grupos residenciales de elite no real reflejando otro tipo de organización sociopolítica, quizás menos centralizada (Acuña Reference Acuña2022). Otra característica distintiva es la ausencia de monumentos esculpidos, así como un corpus reducido de datos epigráficos e iconográficos. Las particularidades del registro arqueológico en El Tintal obligan a recurrir a otra cultura material para determinar afiliaciones y redes de interacción.
El objetivo del presente estudio es determinar cómo las similitudes o divergencias de las constelaciones de modos (conexiones estilísticas) dentro de sistemas cerámicos a través del tiempo y espacio reflejan redes de interacción entre El Tintal y otros sitios de las tierras bajas. La significancia del estudio radica en el aporte a contextualizar la ocupación de El Tintal, un sitio recientemente investigado sistemáticamente, dentro de los estudios regionales de las tierras bajas mayas a través del tiempo.
Los conceptos de modo y sistema cerámico como correlatos arqueológicos de interacciones socioculturales
El modo es un elemento formal discreto representado por segmentos de una vasija presentes en más de una categoría tipológica como el tipo y la variedad, particularmente la silueta de una vasija, bordes y apéndices, así como diferentes clases de bases (J.C. Gifford Reference Gifford1976:11). Aquí, consideramos que atributos adicionales, tales como técnicas de tratamiento de superficie y aplicación de pintura, y elementos decorativos (e.g., aplicaciones y motivos pintados, incisos, tallados y labrados), pueden ser reconocidos como modos (véase también Smith Reference Smith1955:vol. 1, pp. 37–74, Reference Smith1971:vol. 1, pp. 33–100).
Usualmente, el modo se aplica como una unidad analítica para capturar tendencias de variabilidad formal con relevancia cronológica observables en segmentos de vasijas cerámicas (Arnauld y Forné Reference Arnauld, Forné, Arnauld, Breuil-Martínez and Alvarado2004:21; Forsyth Reference Forsyth1989; J.C. Gifford Reference Gifford1976:8; Rands y Bishop Reference Rands and Bishop2003). Empero, otros trabajos de clasificación y análisis de materiales cerámicos en sitios localizados en los estados de Chiapas y Tabasco en México son un ejemplo del potencial de líneas de estudio que establecen la distribución espacial de conjuntos de modos representados por la pasta, la forma y la decoración (así como los acabados de superficie en algunos casos) para reconstruir sistemas de interacciones económicas y sociopolíticas en el tiempo y el espacio (Jiménez Álvarez Reference Jiménez Álvarez2015).
En las siguientes secciones, exploramos el potencial de modos considerados como partes de varios sistemas cerámicos para reconstruir las redes de afiliaciones de El Tintal durante su ocupación. Específicamente, el sistema cerámico es un conjunto contemporáneo de tipos cerámicos homólogos presentes en áreas geográficas relativamente bien definidas en períodos de tiempo particulares que muestran elementos formales similares, incluyendo tratamiento de superficie, decoración y formas (J.C. Gifford Reference Gifford1976:12; Henderson y Agurcia Reference Henderson, Agurcia F., Rice and Sharer1987:432). Debido a que los sistemas cerámicos reflejan el uso de convenciones tecnológicas por productores en sitios diferentes, aunque con cierta variabilidad en su aplicación, la utilidad de este concepto radica en su potencial para documentar opciones de forma, decoración y tratamiento de superficie adoptadas por productores y consumidores de cerámica (Aimers Reference Aimers and Braswell2014; Bill Reference Bill and Aimers2013).
En este sentido, el sistema cerámico también ofrece información sobre las formas en que las características formales de la cerámica indexan vínculos y referentes socioculturales, así como su extensión espacial y la constitución de sistemas de afiliación con diferentes grados de inclusión y exclusión (Dietler y Herbich Reference Dietler and Herbich1994; Gosselain Reference Gosselain2000; Hegmon y Kulow Reference Hegmon and Kulow2005; Stark Reference Stark and Stark1998).
Al mismo tiempo, las relaciones y referentes sociales que crean y son creados por sistemas cerámicos distintivos pueden cambiar o ser interrumpidas durante coyunturas socio-económicas e históricas. Éstas tienen el potencial de transformar preferencias en el consumo de la cerámica, lo que a su vez influencia significativamente el conjunto de opciones y el repertorio de formas, acabados y decoraciones empleados por productores (Arnold Reference Arnold2008:capítulo 3).
Por ejemplo, en un estudio de cerámicas del período postclásico, Aimers (Reference Aimers and Braswell2014) aplica el concepto de sistema cerámico para reconocer interacciones estilísticas durante el período postclásico en Belice, México y el Petén guatemalteco. Este autor documenta la presencia de formas y repertorios de decoración característicos de vasijas Anaranjadas Finas en cerámicas monocromas locales (grupos Vitzil, Paxcamán y Volador Opaco), lo cual sugiere un interés por adoptar, absorber y presentar en cerámicas de manufactura y consumo local parámetros estilísticos presentes en materiales de circulación pan-regional. Una de las conclusiones de este trabajo es que los motivos decorativos compartidos por cerámicas Anaranjados Finos y vasijas monocromas pudieron tener significado e importancia como marcadores de estatus y símbolos religiosos (Aimers Reference Aimers and Braswell2014:324–329).
En la siguiente sección, describiremos en breve los modos signifivativos para el presente estudio, haciendo referencia a implicaciones potenciales de las conexiones estilísticas de las cerámicas de El Tintal en términos de interacciones socioculturales, económicas y políticas. Previo a ello, precisamos lo que entendemos por “estilo” y “conexiones estilísticas”.
En la literatura sobre la arqueología de las tierras bajas, generalmente de manera más bien implícita, el término “estilo” tiene dos significados: (1) un conjunto particular de características formales que tienden a aparecer asociadas y presentan una distribución temporal y espacial específica (Sackett Reference Sackett1977:370); y (2) un conjunto de elementos formales seleccionados entre varias alternativas técnicas y estéticas disponibles a los artesanos (David et al. Reference David, Sterner and Gavua1988:365).
Aunque ambas aproximaciones a la noción de estilo lo entienden en general como “una manera de hacer las cosas” (Hegmon Reference Hegmon1992:518), la primera acepción sirve para describir y establecer relaciones espaciotemporales entre conjuntos de artefactos y no tiene valor explicativo por sí mismo a la hora de entender procesos de evolución sociocultural (Dunnell Reference Dunnell and O'Brien1996 [1978]:120; Sackett Reference Sackett1977:370, 373; véase la discusión en Hegmon Reference Hegmon1992:517–518).
El segundo sentido de estilo lo conceptualiza más bien como una propiedad activa de los artefactos que constituye el resultado directo e intencional de actividades humanas (Hegmon Reference Hegmon1992:518–519). Esta línea de pensamiento incluye la noción de estilo desarrollada por Wiessner (Reference Wiessner1983), la cual postula la existencia de dos tipos diferentes de estilo: uno emblemático (emblemic en inglés) que comunica afiliaciones culturales de naturaleza colectiva a una audiencia y otro asertivo (assertive) que resalta la identidad individual del dueño o usuario del artefacto. Estas dos clases no deben entenderse como mutuamente excluyentes, sino como extremos en un continuum de variación en los artefactos y los comportamientos que los producen.
En este trabajo, nos enfocamos en identificar aquellos elementos modales y componentes de sistemas cerámicos que representan de manera más satisfactoria las expectativas de la noción de estilo como un conjunto de elementos formales que comunica diferentes niveles de afiliación social colectiva. De acuerdo a esta perspectiva, las conexiones estilísticas son identificadas cuando una mayoría de modos de un tipo cerámico refleja la adopción por los productores de distintos sitios de convenciones tecnológicas compartidas. En este caso, nos referimos específicamente a los tratamientos de superficie, la decoración y las formas.
La secuencia cerámica de El Tintal
Los materiales que discutimos aquí provienen de programas de excavación ejecutados por el Proyecto Arqueológico El Tintal (PAET) entre 2014 y 2022. La cerámica proviene de diversos contextos primarios y secundarios, incluyendo depósitos en contextos arquitectónicos y mortuorios sellados y rellenos constructivos en plazas, patios y estructuras. Los datos derivan de la aplicación del sistema tipo: variedad-modo en el análisis de una muestra de más de 74.000 fragmentos cerámicos y varias vasijas parciales y completas. Complementado por algunas fechas de radiocarbono derivadas de diferentes contextos, el análisis permitió establecer seis fases cerámicas para El Tintal que trascienden los períodos cronológicos principales del área maya (Figura 2; Acuña y Alvarado Najarro Reference Acuña, Najarro, Acuña and Matute2022).
Las cerámicas de cada fase se describen a continuación en términos de las características modales que los distinguen. Debido a limitaciones de espacio, no presentamos aquí un listado exhaustivo de los tipos y las variedades cerámicas, aunque se hace mención de cada grupo cerámico en términos de catálogos de elementos estilísticos, así como de tipos particulares. Referimos al lector interesado en revisar el listado de tipos y variedades, con sus frecuencias y modos de El Tintal en las tablas de material suplementario, respectivamente.
Fase Bayo (800–350 a.C.)
Esta fase se estableció con base en una muestra pequeña de materiales depositados en rellenos de construcción de patios y plataformas. Está dividida en dos facetas: temprana (800–600 a.C.) y tardía (600–350 a.C.) (Acuña y Alvarado Najarro Reference Acuña, Najarro, Acuña and Matute2022). La faceta temprana se estableció con base en una muestra muy pequeña de materiales, la cual requiere ser extendida con futuras excavaciones. Por ahora, la paleta de engobes lustrosos y con buena adherencia se limita a los colores naranja y café, representados por los tipos Ainil Naranja y Boolay Café. En términos de sus características modales, estos materiales están relacionados con la región de Tikal (Culbert y Kosakowsky Reference Culbert and Kosakowsky2019:capítulo II).
La parte tardía de la Fase Bayo es mucho más visible en el registro arqueológico de El Tintal (Figura 3; Tabla Suplementaria 1). El inventario de características modales que distingue a esta unidad incluye atributos de superficie distintivos como el uso de engobes de color rojo-naranja (Grupo Joventud), negro (Grupo Chunhinta) y crema (Grupo Pital) con un acabado ceroso, así como superficies con pintura en negativo (anaranjado sobre fondo rojo, Grupo Tierra Mojada) y brochazos de pintura rojo mate sobre una superficie sin engobe (Grupo Jocote). En la cerámica monocroma, se aprecian incisiones finas realizadas antes de la aplicación del engobe, así como ejemplos de decoración achaflanada. El catálogo de formas de la faceta tardía incluye jarras, cuencos y platos (Tabla Suplementaria 7).
La Fase Bayo tardía en El Tintal constituye un ejemplo local de las llamadas cerámicas Mamom. En términos de acabados de superficie, decoración y formas de vasijas, las afinidades estilísticas más fuertes son aquellas con materiales de sitios vecinos como El Mirador y Nakbe (Forsyth Reference Forsyth1989, Reference Forsyth1993), así como con Tikal (Culbert Reference Culbert1993; Culbert y Kosakowsky Reference Culbert and Kosakowsky2019), Uaxactun (Smith Reference Smith1955; Smith y Gifford Reference Smith and Gifford1966) y la región de Holmul (Callaghan Reference Callaghan, Callaghan and de Estrada2016a) al sur y sureste. También existen conexiones estilísticas con Calakmul (Domínguez Carrasco Reference Domínguez Carrasco1994), Yaxnohcah (Walker Reference Walker, Hernández, Peuramaki-Brown and Reese-Taylor2016), Becan (Ball Reference Ball1977) y Edzna (Forsyth Reference Forsyth1983) al norte, así como Cuello al este (Kosakowsky y Pring Reference Kosakowsky, Pring and Hammond2009 [1991]).
Las cerámicas de El Tintal y sitios cercanos pueden considerarse como parte de un sistema cerámico presente en el área norcentral del Petén, posiblemente el correlato arqueológico de sistemas de interacción caracterizados por un alto grado de propincuidad sociocultural. Sin embargo, las conexiones estilísticas son más tenues con sitios alejados geográficamente. De hecho, cabe notar una variación importante entre los inventarios de tipos y variedades establecidos para cada sitio (Kosakowsky y Pring Reference Kosakowsky, Pring and Hammond2009 [1991]; Figura 4).
Fase Tantix (350 a.C.–150/250 d.C.)
La Fase Tantix está definida con base en una muestra significativamente abundante, constituida por cerámica engobada monocroma y sin engobe (Figura 5; Tabla Suplementaria 2). Dentro del primer grupo, son abundantes los materiales con engobe rojo del Grupo Sierra y en menor frecuencia se observan engobes de color naranja, café, crema y negro (grupos Baclam, Boxcay, Flor y Polvero, respectivamente). Dentro del Grupo Sierra hay una muestra pequeña que se caracteriza por la aplicación de una capa exterior de engobe rojo oscuro sobre otra con un tono más ligero. Esta técnica de doble engobe la relacionamos preliminarmente con el tipo Cabro Rojo identificado en Cerros y Yaxnohcah, en este último sitio correspondiendo al Complejo Wob (100 a.C.–200 d.C.; Walker Reference Walker, Hernández, Peuramaki-Brown and Reese-Taylor2016).
El inventario de formas característico de la Fase Tantix incluye jarras, platos y cuencos (Figura 5; Tabla Suplementaria 7). El inventario de modos comúnmente documentados en estos últimos incluye pestañas labiales, mediales y algunas basales, algunos ángulos basales en Z, así como bordes evertidos y engrosados. Asimismo, se encuentran pedestales con forma de hongo y bordes de “gancho” (es decir, bordes evertidos con una terminación vertical que a su vez se curva hacia adentro). Estos últimos, sin embargo, ocurren en frecuencias muy bajas y se limitan a ejemplares del tipo Caramba Rojo sobre Naranja.
La constelación de decoraciones documentadas en esta fase incluye incisiones y punzonado creando motivos geométricos, así como marcas redondas hechas con caña u otro instrumento redondo. Asimismo, se observa el uso de pintura dicroma positiva (tipo Mateo Rojo sobre Crema) y negativa (tipo Repasto Negro sobre Rojo) formando líneas o bandas gruesas, líneas onduladas y puntos. Un patrón de decoración adicional corresponde a superficies interiores y exteriores que alternan de color entre sí, técnica comúnmente denominada como color diferenciado.
Se aprecia una proliferación en el uso de estriaciones en la superficie exterior de cerámicas sin engobe (Grupo Zapote) aunque las superficies lisas siguen siendo comunes (Grupo Achiotes), algunos con acabado exterior burdo (Grupo Morfín). Es interesante anotar que las estrías del tipo Zapote Estriado tienden, con cierto grado de variación, a ser muy finas y suaves.
Las características modales y el listado de tipos cerámicos establecido para la Fase Tantix en El Tintal corresponden a sistemas cerámicos de la esfera Chicanel del preclásico tardío en las tierras bajas mayas (Willey et al. Reference Willey, Patrick Culbert and Adams1967:295; Figura 6). En este fenómeno cultural hay un marcado grado de consistencia en la constelación de características formales observadas en la cerámica, particularmente las superficies con texturas cerosas al tacto, así como el uso preponderante de engobes rojos, seguido por engobes negros y en menor medida crema y naranja (Willey et al. Reference Willey, Patrick Culbert and Adams1967:295–297). De hecho, las cerámicas Chicanel se caracterizan por el grado acentuado de convergencia técnica y estilística a lo largo y ancho de las tierras bajas (Forsyth Reference Forsyth1993:42–43). Sin embargo, varios autores trabajando en sitios diferentes también notan un grado de variación en inventarios de formas de vasijas, tratamiento de superficie y paletas de colores observables en los engobes (Forsyth Reference Forsyth1993:43; Muñoz Reference Muñoz2004:11; Villamil y Sherman Reference Villamil and Jason Sherman2017:445), como es de esperarse en sistemas cerámicos de amplia distribución en donde existe un número alto de productores (Bill Reference Bill and Aimers2013).
Las conexiones estilísticas más cercanas con El Tintal incluyen sitios vecinos como Nakbe y el Mirador (Forsyth Reference Forsyth1989, Reference Forsyth1993) y varios otros sitios del centro y sur de las tierras bajas (véase también Adams Reference Adams1971; Arnauld y Forné Reference Arnauld, Forné, Arnauld, Breuil-Martínez and Alvarado2004; Callaghan Reference Callaghan, Callaghan and de Estrada2016b; Culbert Reference Culbert1993; Laporte y Alvarado Reference Laporte, Alvarado, Laporte and Escobedo1999; Laporte y Fialko Reference Laporte and Fialko1995; Muñoz Reference Muñoz2004; Patiño Reference Patiño2015; Pérez Robles Reference Pérez Robles2006; Sabloff Reference Sabloff1975; Smith Reference Smith1955, Walker Reference Walker, Hernández, Peuramaki-Brown and Reese-Taylor2016). Cerámicas Chicanel también se reportan en sitios arqueológicos en el sur y centro de Quintana Roo (Villamil y Sherman Reference Villamil and Jason Sherman2017) y Belice, incluyendo Barton Ramie (Complejo Barton Creek: C.A. Gifford Reference Gifford and Gifford1976a), Cuello (Complejo Cocos; Kosakowsky y Pring Reference Kosakowsky, Pring and Hammond2009 [1991]) y Cerros (Robertson-Freidel Reference Robertson-Freidel1980), con quienes se identifican grados de afiliación mediana. Chicanel está igualmente bien representado en los dos tercios del norte de la península, como, por ejemplo, en Calakmul (Domínguez Carrasco Reference Domínguez Carrasco1994), Becan (Ball Reference Ball1977), Edzna (Forsyth Reference Forsyth1983), Coba (Robles Castellanos Reference Robles Castellanos1990), Yaxuna (Suhler et al. Reference Suhler, Ardren and Johnstone1998) y Ek Balam (Bey et al. Reference Bey, Bond, Ringle, Hanson, Houck and Lopez1998), en donde los grados de afiliación son bajos. Es, en efecto, un fenómeno casi pan-tierras bajas del período preclásico tardío.
Fase Chjonte (150–250 d.C.)
La cerámica de la Fase Chjonte es un desarrollo ulterior de la Fase Tantix, caracterizado por continuidades formales significativas en términos de inventarios de grupos cerámicos (Grupos Baclam, Boxcay, Caramba, Flor, Polvero y Sierra) y sus respectivos elementos modales, incluyendo la continuidad del uso de dos capas de engobe con acabado ceroso, así como la ocurrencia de engobes rojos, negros, crema, naranja y bicromía. Los tratamientos de superficie y los inventarios de formas de vasijas notados anteriormente para los materiales sin engobe persisten en esta unidad temporal (Figura 7; Tablas Suplementarias 3 y 7).
Al mismo tiempo, se observa una serie de innovaciones importantes. Éstas comprenden la aparición de decoración policroma (tipos Ixcanrío Naranja Policromo y Dos Arroyos Naranja Policromo), vasijas tetrápodes con soportes mamiformes vacíos y bordes con engrosamiento externo y labios puntudos o biselados, el incremento en la frecuencia de bordes en forma de “gancho”, así como el uso de engobes con tonalidades café-dorado y pintura negativa formando líneas onduladas paralelas verticales distribuidas sobre el cuerpo de las vasijas, que se llama en otros trabajos Estilo Diseño Usulután (Culbert y Kosakowsky Reference Culbert and Kosakowsky2019:125, 138). Este elemento formal merece ser discutido en detalle.
En El Tintal, dicho conjunto de composiciones incluye aquellas realizadas con pintura negra sobre un fondo anaranjado (tipo Sarteneja Usulután). Asimismo, se observa decoración pintada positiva (rojo sobre un fondo ante o anaranjado) conformando diseños de líneas verticales onduladas. Existe un grado importante de similitud estilística y técnica entre los engobes anaranjados observados en cerámicas monocromas (Iberia Naranja) y dicromas que presentan líneas negras sobre fondos naranja (Sacluc Negro sobre Naranja). Al mismo tiempo, es importante remarcar una tendencia de este segundo grupo a presentar un grado importante de variación técnica representado por el uso alternativo de pintura positiva y negativa.
La constelación de modos y tipos cerámicos característicos de la Fase Chjonte se adhiere a aquellos de la faceta temprana del “estadio Protoclásico” (a.C. 75 ± 25–150 d.C.) definida por Brady y colegas (Reference Brady, Ball, Bishop, Pring, Hammond and Housley1998:34–35, 20–24). Éste se caracteriza por un incremento en la diversidad formal de conjuntos cerámicos locales que se deriva del inventario regional relativamente homogéneo de atributos y modos presentes en las cerámicas del preclásico tardío, lo que apunta a una propensión entre comunidades particulares a experimentar con formas de vasijas y programas de decoración (Bachand Reference Bachand2007:13–18; Brady et al. Reference Brady, Ball, Bishop, Pring, Hammond and Housley1998:28; Chase y Chase Reference Chase and Chase2018). Al mismo tiempo, la presencia de vasijas Sacluc Negro sobre Naranja, Sarteneja Usulután, e Ixcanrío Naranja Policromo en diferentes sitios constituye evidencia de intercambios de información y circulación de bienes a nivel regional durante el preclásico terminal dentro de las tierras bajas mayas (Bachand Reference Bachand2007:14).
La Fase Chjonte muestra afinidades fuertes con cerámicas del Complejo Cauac en Tikal (Culbert Reference Culbert1993:4, figuras 4, 9, 10d, 11, 13c; Laporte y Fialko Reference Laporte and Fialko1995:49) y el Subcomplejo Paixbaincito en El Mirador (Forsyth Reference Forsyth1989:capítulo 4; Figura 8). Uno de los elementos formales más conspicuos compartidos por las cerámicas de El Tintal, El Mirador, Tikal y Uaxactun son las composiciones pictóricas compuestas por líneas verticales onduladas esgrafiadas o incisas que forman patrones sinuosos que evocan composiciones observadas en pintura negativa (Culbert Reference Culbert1993:figuras 12d y 13d; Forsyth Reference Forsyth1989:figuras 19Q, 19V y 19W–19EE).
Por otra parte, las cerámicas de El Tintal muestran semejanzas en modos técnicos y estilísticos documentados en el Complejo Mount Hope de Barton Ramie en Belice, más no necesariamente en la composición cromática. La lista incluye el uso de pintura en reserva y negativa formando líneas onduladas, programas de decoración conformados por líneas rojas sobre fondos ante, así como bordes de “gancho” y engobes de color café-dorado (C.A. Gifford Reference Gifford and Gifford1976b:116–119, 126). Estas diferencias no son una sorpresa dada la separación geográfica entre El Tintal y Barton Ramie, lo cual indica a su vez que el grado de propincuidad económica y social entre sitios disminuye en intensidad conforme incrementa la distancia geográfica entre asentamientos. Aun así, la similitud en el catálogo de elementos modales entre estos sitios da pie para proponer la persistencia de aspectos culturales compartidos y de canales e instituciones que facilitaron formas de comunicación e interacción directa e indirecta entre grupos locales a larga distancia.
La distribución espacial de los bordes de “gancho”, la decoración en negativo representando líneas verticales onduladas y los soportes mamiformes también está ampliamente documentada en las tierras altas de Guatemala entre los años 300/200 a.C. y 300 d.C. (Inomata et al. Reference Inomata, Ortiz, Arroyo and Robinson2014). Este patrón apoya la idea de un escenario de participación en redes de alcance pan-regional e intersocial en las que circulan ideas y bienes a través de diferentes regiones. El establecimiento de estos sistemas pudo haber sido posible gracias a la presencia de referentes culturales compartidos, los cuales están representados en parte por conjuntos distintivos de elementos modales y cerámicas singulares movilizadas entre regiones.
Fase Bantiox (250–550 d.C.)
La Fase Bantiox se distingue de aquellas que la preceden por el predominio de acabados de superficie lustrosos y engobes anaranjados, representados por tipos cerámicos del Grupo Águila. Ciertos engobes observados tienden a tener una capa delgada, presentar tonos rojizos y no estar bien adheridos a la superficie. Una muestra pequeña con engobes anaranjados también presenta superficies estriadas (tipo Nitán Compuesto [Forsyth Reference Forsyth1989]), presentándose exclusivamente en vasijas globulares con boca restringida y cuellos cortos o medianos. Asimismo, siguen encontrándose cerámicas con engobes rojos (Grupo Dos Hermanos), negros (Grupo Balanza) y café (Grupo Pucté). A diferencia de lo observado para materiales con engobe anaranjado, este conjunto se caracteriza por la buena adherencia de sus engobes a las superficies y por su acabado lustroso (Figura 9; Tablas Suplementarias 4 y 7).
En lo que concierne a los programas de decoración pintada de la Fase Bantiox, estos se distinguen por el uso de pintura negra y roja sobre fondos anaranjados en composiciones principalmente geométricas y algunas naturalistas (e.g., guacamayas; Figura 9), correspondiendo al Grupo Dos Arroyos. Se documentan también materiales dicromos negro sobre naranja del Grupo Actuncan (tipo Boleto Negro sobre Naranja).
Los materiales sin engobe (Grupos Quintal y Triunfo) muestran una textura laminar o granular que en algunos casos puede ser quebrada fácilmente. Al mismo tiempo, la técnica de aplicación de doble engobe continúa en uso durante la Fase Bantiox, así como el tratamiento con líneas incisas sobre la superficie de algunos recipientes (grupos Águila y Pucté).
El inventario de formas en cerámicas engobadas en esta fase incluye jarras y formas abiertas con ángulo basal en Z agudos y redondeados, bases anulares y pestañas basales largas y cortas. Esta forma también se documenta en platos monocromos rojos asignados al tipo Sierra Rojo que presentan acabados ligeramente cerosos, pero tendiendo a presentar una textura más lustrosa. Algunos platos trípodes policromos tienen soportes cilíndricos huecos (Figura 9). Por su parte, el inventario de formas documentadas en las cerámicas sin engobe incluye jarras, platos y cuencos hemisféricos (Tabla Suplementaria 7).
El inventario modal y tipológico característico de la Fase Bantiox constituye un ejemplo del conjunto de cerámicas denominadas regionalmente Tzakol, presentes en las áreas centrales y septentrionales de la región del Petén Guatemalteco, el sur de Campeche en México y la región de los Tres Ríos de Guatemala y Belice entre los siglos cuarto y sexto d.C. (Patiño-Contreras Reference Patiño-Contreras2016; Figura 10).
Fase Chajbeix (550–800 d.C.)
Los materiales que conforman la Fase Chajbeix incluyen cerámicas engobadas (monocromos y policromos) con acabado lustroso y cerámicas sin engobe (grupos Cambio y Encanto). Dentro de la gama de colores observados en materiales monocromos predominan los engobes rojos (Grupo Tinaja), seguidos de cerámicas con engobes naranja, negros y cafés (grupos Azote, Infierno y Máquina; Figura 11; Tablas Suplementarias 5 y 7).
Se aprecia un conjunto particular de materiales con tonos corinto y manchas de cocción gris o plata, engobes grises y ante que producen un timbre metálico al ser golpeados. Su frecuencia y consistencia, así como su distribución amplia en el sitio instó a la creación preliminar de un nuevo Ware, denominado Tantil, para separar estos tipos particulares hasta que su clasificación pueda definirse mejor. Mientras no han sido identificados en otros sitios como tipos independientes por su baja frecuencia, observaciones personales de dos de los autores durante la inspección de cerámica de Naachtun, T'zibatnah, Ch'an'al y El Ramonal en la región noreste de Petén, confirman la presencia de ejemplares comparables.
Dentro del conjunto de materiales monocromos engobados, es común la decoración incisa formando patrones geométricos y elementos figurativos (Tabla Suplementaria 7). En otros casos, se observan impresiones de dedo o uña en serie circulando horizontalmente el exterior de la vasija. Entre las cerámicas sin engobe, las superficies con estriado son comunes. El inventario de formas documentadas incluye jarras, así como platos y cuencos con formas abiertas y siluetas compuestas. Se observan recipientes trípodes con soportes sólidos con forma de botón o hemisféricos vacíos de sonaja. También se encuentran fondos dobles con pepitas de arcilla cocida que producen el efecto de una sonaja.
Existe un grado significativo de variación y diversificación dentro del conjunto de cerámicas policromas con fondos anaranjados, crema y ante (grupos Saxche, Palmar, Zacatal y Chimbote). El catálogo de modos decorativos incluye motivos geométricos realizados con pintura positiva o negativa, textos jeroglíficos en vasijas finas y seudoglifos en la superficie externa de bordes de vasijas de servicio, así como elementos más complejos como representaciones figurativas y míticas.
Por su parte, la constelación de formas observadas dentro del conjunto de cerámicas policromas incluye vasos cilíndricos, cuencos y platos de base plana y trípodes con soportes sólidos (troncónicos o con forma de botón) o de sonaja (Figura 12; Tabla Suplementaria 7).
Dentro del grupo de cerámicas polícromas documentadas en El Tintal, hay una muestra pequeña de Chimbote Crema Policromo y Moro Naranja Policromo (Figura 12). Éste último presenta decoración en reserva, una característica técnica que es común en el área de Piedras Negras donde este tipo en particular es frecuente durante la Fase Balché (Muñoz Reference Muñoz2004:17). Moro Naranja Polícromo también se reporta en bajas cantidades desde Becán (Ball Reference Ball1977), Edzna (Forsyth Reference Forsyth1983), Dzibichaltun (Ball y Andrews V Reference Ball, Wyllys Andrews V, Harrison and Wauchope1975) y Coba (Robles Castellanos Reference Robles Castellanos1990), entre otros. Aunque el lugar de origen de este tipo no está identificado con certeza, posiblemente sea el área de Piedras Negras, y vasijas Moro Naranja Policromo circularon hacia El Tintal a través de rutas de comercio que se extendieron sobre el eje oeste–este de las tierras bajas centrales (Volta et al. Reference Volta, Gunn, Folan, Folan, Braswell, Masson, Freidel and Demarest2020:354–356, figura 20.2), como se propone para sitios vecinos como Naachtun (Patiño Reference Patiño2015). Curiosamente, otras clases reportadas en este último sitio como Chimés Naranja Policromo no aparecen en El Tintal (Patiño Reference Patiño2015:27), sugiriendo que sistemas de distribución de ciertos materiales incluyeron algunos sitios, pero no otros, aun dentro de la misma región.
El conjunto de cerámicas polícromas anaranjadas, crema y ante (grupos Saxche, Palmar y Zacatal) más comunes muestran un grado significativo de consistencia formal con conjuntos de formas y programas de decoración documentados en el centro y el norte del Petén guatemalteco (véase Culbert Reference Culbert1993:figuras 61, 64, 78:2a, 79, 80c:3, 92a, 92b, 92h y 92i; Hansen et al. Reference Hansen, Bishop and Fahsen1991; Patiño Reference Patiño2015:27; Reents-Budet et al. Reference Reents-Budet, Boucher, Palomo C., Bishop and James Blackman2010; Smith Reference Smith1955:figuras 39, 40, 53, 55–63) y sur de Campeche (García Barrios Reference García Barrios2011). Constituye evidencia de participación en redes de prácticas de festejos y distribución de regalos dentro de las cuales se produjeron, consumieron y descartaron cerámicas policromas (Reents-Budet Reference Reents-Budet1994:capítulo 3).
Una clase particular de cerámicas policromas indica participación en economías de distribución y consumo de bienes de elite. En El Tintal hay varios ejemplares de platos, cuencos y cilindros finamente decorados con textos glíficos y seudoglíficos y escenas mitológicas (grupos Palmar y Zacatal; Figura 13; Acuña et al. Reference Acuña, Helmke, Mendoza, Acuña and Matute2023). La cerámica estilo códice, en particular, presumiblemente fue comisionada por personajes Chatahn, posiblemente bajo el mandato de Yopaat Bahlam, entre mediados del siglo séptimo y principios del octavo (García Barrios Reference García Barrios2011:68; Martin et al. Reference Martin, Houston and Zender2015). Los Chatahn se caracterizaban por un privilegiado estatus sociopolítico en la región norcentral de Petén y Calakmul, por sus cualidades artísticas y por su conocimiento de información esotérica (Velásquez García y García Barrios Reference Velásquez García and Barrios2018). Aunque la cuantificación de materiales estilo códice se encuentra en proceso, su hallazgo en contextos arqueológicos de El Tintal y la presencia de un vaso con el nombre de Yopaat Bahlam sugieren fuertes relaciones y probables afiliaciones sociales entre sus habitantes con poblaciones bajo el régimen Kanu'l. Los acabados de gran calidad, así como de la presentación de escritura y escenas mitológicas, en conjunto constituyen prácticas que promueven el distanciamiento social (McAnany Reference McAnany2010:298–302).
Finalmente, se cuenta con una muestra de cerámica Gris Fina del Grupo Chablekal, representada en El Tintal por los tipos Chicxulub Inciso y Telchak Compuesto, algunos de los cuales presentan un engobe gris oscuro aplicado sobre su superficie. El inventario de motivos observados dentro de este grupo incluye diseños de huesos cruzados, monos araña en posición sedente y diseños geométricos.
El inventario modal y tipológico presente en cerámicas monocromas, policromas y sin engobe de la Fase Chajbeix lo ubica dentro del período clásico tardío. Las características formales más comunes de las cerámicas monocromas de Chajbeix se adhieren a la constelación de elementos distintivos del Supercomplejo Petén definido por Forsyth, particularmente al conjunto de formas, colores de engobe y modos decorativos del Grupo Oriental que se encuentra a través del área de Tikal, Uaxactun y El Mirador (Forsyth Reference Forsyth, López Varela and Foias2005:8, 10, figura 1; Rice y Forsyth Reference Rice, Forsyth, Demarest, Rice and Rice2005 [2004]:32; Figura 14).
El Tintal participó en redes de afiliación con el área oeste de las tierras bajas, reflejado en una presencia limitada de Moro Naranja Polícromo, pero reforzada posteriormente con las cerámicas Grises Finas (Grupo Chablekal) que posiblemente aparecen en El Tintal alrededor de la segunda parte del siglo octavo d.C., cuando ingresan de manera general a la región (Foias y Bishop Reference Foias and Bishop1997:283). La presencia de las pastas finas indica conexiones comerciales a larga distancia con la zona de las cuencas baja y media del Río Usumacinta. El grupo también es importante en sitios a lo largo de las costas oeste y norte de la península (Ball Reference Ball1978), y está fuertemente representado en algunos centros del interior con conexiones costeras como Edzna (Forsyth Reference Forsyth1983) y Acanmul (Ball y Taschek Reference Ball and Taschek2015), ambos en Campeche y Dzibilchaltun en el extremo noroeste (Simmons Reference Simmons1980). Los resultados de análisis químicos de las pastas de algunos ejemplares de El Tintal apoyan una conexión directa con las regiones de Balancan y Jonuta (Bishop y Reents-Budet Reference Bishop, Reents-Budet, Acuña and Matute2017), pero la reducida frecuencia sugiere una participación moderada a baja en las redes de interacción de pastas finas que inició en esta etapa final del clásico tardío y continuó en la siguiente fase.
Fase Bootik (800–900/1000 d.C.)
En general, la Fase Bootik puede interpretarse como un desarrollo ulterior de la Fase Chajbeix caracterizado por la presencia de nuevos grupos de cerámicas monocromas negras representadas por el Grupo Achote; aunque predomina la continuidad de conjuntos de materiales monocromos pertenecientes a los Grupos Azote, Máquina y Tinaja, así como cerámicas sin engobe de los Grupos Cambio y Encanto (Figura 15; Tablas Suplementarias 6 y 7).
Otras innovaciones observadas durante la Fase Bootik se reflejan en la presencia de bordes con curvatura bien pronunciada orientadas hacia el interior de la boca del recipiente, así como el uso de decoración incisa sobre el fondo de la superficie interior de vasijas de servicio. Se aprecia también una tendencia en cerámicas engobadas a presentar paredes delgadas y acabados más lustrosos y brillantes que sus contrapartes de la fase anterior. Estas particularidades parecen ser una manifestación de procesos de incremento de regionalización de conjuntos cerámicos en las tierras bajas mayas (Rice y Forsyth Reference Forsyth, López Varela and Foias2005 [2004]).
Por otra parte, otros componentes de la Fase Bootik indican la presencia de conexiones directas e indirectas con poblaciones hacia el oeste (Figura 16). Esta tendencia está representada por la presencia de cerámica Anaranjada Fina, la cual plausiblemente corresponde a materiales importados de la región del Usumacinta (Bishop y Reents-Budet Reference Bishop, Reents-Budet, Acuña and Matute2017; Bishop et al. Reference Bishop, Sears and Blackman2005), aunque también existen varios ejemplares cuya pasta no es tan fina y representan imitaciones posiblemente de manufactura local. Estos se encuentran representados por vasijas hemisféricas, platos y cilindros con decoración incisa, pintada y labrada. Algunos ejemplares presentan pintura de hemetita especular aplicada en el borde y en términos generales los acabados de estos materiales conservan sus engobes.
Finalmente, se documenta un pequeño conjunto de cuerpos de cerámica Gris Fina del Grupo Tres Naciones. Por el momento, su origen debe ser determinado y la muestra disponible no nos permite establecer inventarios de formas, aunque cabe notar que las pastas se caracterizan por presentar una textura marcadamente arenosa.
Discusión
Los patrones de variación formal observados en tratamientos de superficie, decoración y formas de vasijas en la cerámica de El Tintal indican participación en sistemas cerámicos de diferente composición y extensión geográfica a lo largo del tiempo. Por una parte, se aprecia una fuerte convergencia formal en términos de tratamiento de superficie, decoración y formas entre las cerámicas de El Tintal y otras esferas cerámicas documentadas en las tierras bajas durante los períodos preclásico medio (faceta tardía) y tardío, así como durante el clásico temprano y tardío. Por otro lado, se ve una tendencia a acentuar una gran variación estilística a nivel local durante los períodos preclásico terminal y clásico terminal. Empero, estos derivan de antecedentes presentes durante épocas de marcada cohesión estilística. En este caso, la distribución espacial de estilos emblemáticos se reduce considerablemente a la vez que se observa una tendencia al desarrollo de inventarios de elementos formales muy idiosincráticos en áreas particulares. Aunque este patrón no corresponde a las expectativas de un escenario de estilo asertivo, sí señala la presencia de un ambiente social en el que se reducen los incentivos para crear y reproducir estilos emblemáticos a escala regional como resultado de la disolución de las estructuras de integración sociocultural y económica presentes en épocas precedentes. Al mismo tiempo, se usan parámetros formales y estilísticos compartidos para denotar diferencias entre grupos.
En el caso del preclásico tardío, la notable uniformidad de la cerámica a nivel regional puede ser explicada en parte como el correlato material de una red de compromisos y afiliaciones directas e indirectas entre poblaciones distintas que involucró intercambios económicos recíprocos, así como la transferencia extendida de ideas, bienes y servicios (Acuña Reference Acuña, Kathryn Brown and Bey2018:296; Reese-Taylor y Walker Reference Reese-Taylor, Walker, Masson and Freidel2002). Durante esta época, El Tintal experimentó crecimiento económico, social y político como lo indica el grado extensivo de actividad constructiva e inversión en arquitectura monumental (Acuña Reference Acuña2022; Acuña y Chiriboga Reference Acuña and Chiriboga2019). En este contexto, la producción, el consumo y la promoción de un conjunto de cerámicas relativamente uniforme posiblemente representó una forma de señalización social que promovió la cooperación y la propincuidad social a niveles de interacción locales y regionales (Roscoe Reference Roscoe2009:102).
Similarmente, durante el clásico tardío las cerámicas de El Tintal se adhieren a estándares formales y estéticos presentes en las regiones oeste, central y norte del Petén guatemalteco. Este patrón se adhiere a las expectativas de un estilo emblemático indicativo de instituciones culturales y económicas que promovieron estructuras de integración entre diferentes centros, incluyendo El Tintal.
Estos patrones sugieren un escenario de redes de comunicación, interacción socioeconómica e interdependencia acentuado entre los habitantes de El Tintal y aquellos en regiones y centros en el Petén central y norte, y el sur de Campeche (Forsyth Reference Forsyth, López Varela and Foias2005; Scarborough y Valdez Reference Scarborough, Valdez, Scarborough, Valdez and Dunning2003).
Al mismo tiempo, elementos como vasijas policromas con combinaciones de textos jeroglíficos y referencias a narrativas sobre el mundo sobrenatural indican la ocurrencia de interacciones de naturaleza excluyente y restringida entre grupos de élite. Este caso representa una instancia de objetos cuyo estilo tiende a ser marcadamente asertivo en contexto donde se promueven cerámicas con estilos emblemáticos. En El Tintal, estos grupos de élite pudieron tener afinidad social con o incluso identificarse como personas Chatahn, quienes habitaban la región norcentral de Petén y sur de Campeche, y que se relacionaban políticamente con el régimen Kanu'l. En este caso, el alto grado de interconectividad entre diferentes comunidades permitió la extracción y el movimiento de recursos, lo cual se evidencia en parte por el incremento en actividad constructiva, expansión de asentamientos y presumiblemente crecimiento de población durante el período clásico tardío en El Tintal (Acuña Reference Acuña2022; Acuña y Chiriboga Reference Acuña and Chiriboga2019:150, 154). De hecho, es plausible que intercambios en mercados programados y realizados con regularidad fueran un componente de dichos sistemas junto con otros mecanismos de distribución como la redistribución o la entrega de regalos (Masson y Freidel Reference Masson, Freidel, Hirth and Pillsbury2013).
Por último, cabe señalar el caso de las cerámicas de la Fase Bantiox. En general, el inventario modal de esta unidad se adhiere a los parámetros formales característicos de la cerámica Tzakol (Patiño-Contreras Reference Patiño-Contreras2016). Sin embargo, la muestra aún es reducida por lo que esta caracterización requiere ser revisada en investigaciones futuras en El Tintal.
Como se mencionó antes, la cerámica del preclásico terminal y el clásico terminal se caracteriza por la presencia de sistemas cerámicos de naturaleza muy idiosincrática con una distribución espacial restringida, casi limitada a lo local. Al mismo tiempo, una tendencia interesante durante estas épocas la constituye la circulación y marcada visibilidad de cerámicas con elementos que pueden ser reconocidos como “exógenos” o “cosmopolitas”. En el preclásico terminal, este es el caso de los bordes de “gancho”, la decoración pintada “Usulután” y los soportes mamiformes huecos. El consumo de cerámica Anaranjada Fina ilustra esta tendencia en el clásico terminal.
Es plausible que esta tendencia indique un interés por aseverar de manera más pronunciada identidades locales, aunque esto tiene lugar al tiempo que se mantienen contactos externos. Esto podría estar conectado con el incremento de conflictos entre unidades políticas y comunidades, la transformación de sistemas de gobierno, la competencia por dominio en rutas de comercio y los bienes circulando en éstas, los movimientos de población y degradación de sistemas ecológicos, por mencionar algunos (Ebert et al. Reference Ebert, Prufer, Macri, Winterhalder and Kennett2014; Hansen et al. Reference Hansen, Bozarth, Jacob, Wahl and Schreiner2002; Rice et al. Reference Rice, Demarest, Rice, Demarest, Rice and Rice2005 [2004]; Sharer y Traxler Reference Sharer, Traxler, Traxler and Sharer2016:31). Durante el clásico terminal, en particular, se observa un patrón de creciente competencia política y económica entre centros que acontece al desaparecer la hegemonía de Calakmul al final del siglo séptimo (Volta et al. Reference Volta, Gunn, Folan, Folan, Braswell, Masson, Freidel and Demarest2020:363–364).
Los detalles sobre las circunstancias específicas de El Tintal en épocas de crisis, desorden y reajuste todavía deben ser estudiados en más detalle. Sin embargo, es posible ofrecer una serie de observaciones para el preclásico terminal. Aquí, hay evidencia de un período de sequía alrededor del 200 d.C. (1750 a.P.) que coincide con una disminución significativa de actividad sociocultural en El Tintal (Acuña y Chiriboga Reference Acuña and Chiriboga2019:150; Wahl et al. Reference Wahl, Byrne and Anderson2014:23). Otra evidencia arqueológica que alude a la inestabilidad sociopolítica del momento se encuentra en la Fosa Perimetral, con características que le atribuyen una función defensiva. La existencia de rasgos análogos y contemporáneos en otros sitios alude a una probable crisis a nivel regional (Webster y Ball Reference Webster and Ball2021), pero esto también requiere de mayor investigación.
Conclusión
Para finalizar, la cerámica documentada para cada fase en El Tintal, así como sus conjuntos distintivos de modos, sugieren la presencia de un “aparejo” de sistemas coetáneos de interacciones y afiliaciones socioculturales, políticas y económicas (Feinman Reference Feinman, Englehardt and Carrasco2019). Durante los períodos preclásico tardío, y clásico temprano y tardío, El Tintal como centro social, político y económico hizo parte de redes extensas y relativamente inclusivas de intercambios de información estilística en las tierras bajas mayas, lo que sugiere a su vez interacciones y colaboraciones económicas y sociales abiertas entre sitios (Martin Reference Martin2020:387–389). De hecho, se observa una tendencia hacia una convergencia estilística significativa entre El Tintal y otros sitios, ya que solamente un conjunto pequeño de elementos que pueden considerarse “foráneos” es visible en el registro arqueológico.
Durante los períodos preclásico terminal y clásico terminal, por el contrario, se ve una tendencia a la producción y consumo más bien idiosincrática muy local. Ello sugiere una transición hacia redes de interacción más bien difusas, caracterizadas por un alto grado de autarquía en términos de identidad y afiliación política en cada centro (Martin Reference Martin2020:392). En estos casos, conjuntos de modos y vasijas “foráneas” se hacen marcadamente más visibles, indicando potencialmente un interés por adoptar símbolos y conceptos foráneos. No queda claro si esta variabilidad estilística refleja simplemente mayor diversidad o bien está marcando distinciones sociales internas (Hegmon Reference Hegmon1992:525–526). Es plausible que esta tendencia sea el resultado de esfuerzos de la población de El Tintal por sobrevivir en condiciones adversas. Alternativamente, este patrón puede ser una expresión de rivalidades y competencia con otros centros basada en parte en conflictos por acceso a rutas de comercio, símbolos de prestigio y primacía política a nivel local.
Supplementary Material
To view supplementary material for this article, please visit https://doi.org/10.1017/S0956536123000305.
Tabla Suplementaria 1. Tipos y variedades de la Fase Bayo (800-350 a.C.) y sus frecuencias.
Tabla Suplementaria 2. Tipos y variedades de la Fase Tantix (350 a.C.-150 d.C.) y sus frecuencias.
Tabla Suplementaria 3. Tipos y variedades de la Fase Chjonte (150-250 d.C.) y sus frecuencias.
Tabla Suplementaria 4. Tipos y variedades de la Fase Bantiox (250-550 d.C.) y sus frecuencias.
Tabla Suplementaria 5. Tipos y variedades de la Fase Chajbeix (550-800 d.C.) y sus frecuencias.
Tabla Suplementaria 6. Tipos y variedades de la Fase Bootik (800-900/1,000 d.C.) y sus frecuencias.
Tabla Suplementaria 7. Listado de Modos por Fase Cerámica de El Tintal.
Agradecimientos
La realización del trabajo arqueológico en El Tintal fue posible gracias a la autorización del Instituto de Antropología e Historia de Guatemala (IDAEH) bajo convenios suscritos con el Ministerio de Cultura y Deportes, y el apoyo invaluable al proyecto por parte de la Cooperativa Integral Carmelita R.L. y la comunidad de Carmelita en general. Los datos LiDAR utilizados para crear mapas se obtuvieron cortesía de la Iniciativa LiDAR de Pacunam (PLI) y fueron generados por el National Center for Airborne Laser Mapping (NCALM).
Declaración de conflicto de intereses
Los autores declaran que no existe ningún conflicto de intereses.
Declaración de disponibilidad de datos
Los datos utilizados en este trabajo se derivan del contenido de informes de gabinete y observaciones recopiladas por los autores de colecciones a partir del estudio de materiales cerámicos recuperados durante excavaciones científicas en El Tintal. Los informes se encuentran disponibles en línea en www.mesoweb.com. Los artefactos con los cuales se realizó este trabajo fueron entregados al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala y al Museo Nacional de Arqueología y Etnología al finalizar el análisis y la recolección de datos. Los datos recolectados utilizados en este estudio se encuentran resguardados digitalmente por el Proyecto Arqueológico El Tintal y pueden ser solicitados a Mary Jane Acuña.
Declaración de financiamiento
Este estudio se llevó a cabo como parte de las investigaciones generales del Proyecto Arqueológico El Tintal entre 2014 y 2022 cuyo financiamiento derivó de donaciones por parte del Hitz Foundation y becas de investigación a Mary Jane Acuña por parte del Alphawood Foundation, Chicago.