Published online by Cambridge University Press: 06 December 2018
Until at least the 1980s, scholarship on Caribbean carnivals tended to overemphasize European roots because of the celebration's ties to the Christian calendar. Meanwhile, scholarship on Caribbean music has long been embroiled in nationalistic paradigms that have hindered a view of the Caribbean as a cultural region with more commonalities than differences among the music cultures of the various nations (see Bilby 1985). In this paper, I combat these paradigms with the concept of convergence, an alternative to the problematic “syncretism.” It is complementary to current notions of creolization and hybridity, but unlike those concepts, it serves to emphasize the construction of cultural meaning over biological notions of race or ethnicity.
El concepto de “cojear” está muy extendido en diversos géneros de música y de baile en la región norteña de la República Dominicana denominada el Cibao. Se dice que el “cojo” caracteriza la forma en que el acordeón y los instrumentos de percusión interpretan los ritmos del merengue típico, y algunos lo consideran una característica que distingue el estilo típico cibaeño del merengue de los merengues de otras regiones el país. El merengue típico tradicional también se bailaba “cojeando.” Por otra parte, los personajes típicos del carnaval cibaeño en las ciudades de Santiago y La Vega también avanzan, según se dice, con un “cojo.” Músicos, bailarines, y carnavaleros dan varias explicaciones verbales sobre la historia y la importancia del cojo, y muchas se lo atan a historias sobre diablos y otros personajes amorales.
Sin embargo, el cojo no es solamente una característica estilística local, sino una que conecta la cultura cibaeña con otras expresiones del “cojo” en toda la región caribeña, desde los ritmos blues hasta el baile del zydeco y el “pimp walk.” El tejido conectivo entre todas estas diversas expresiones culturales podría ser Esu, Eleguá, o Papa Legba, el dios de las encrucijadas que cojea, que a veces se sincretiza con el diablo cristiano, y a quien se invoca al comienzo y al final de las ceremonias de vudú y de la santería. El presente artículo utiliza los datos recogidos a través de entrevistas con músicos y bailarines del merengue típico, cuatro años de participación en el carnaval santiaguero, y las teorías de Henry Louis Gates y Paul Gilroy para explorar las expresiones del Atlántico Negro en un contexto dominicano, mientras explique las conexiones entre la danza y la música desde una perspectiva cibaeña.