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Published online by Cambridge University Press: 10 April 2014
This study seeks to determine how certain social situations cannot help but influence subjectivity and family ties. The Keynesian age encouraged and promoted a relatively stable socioeconomic matrix based on a probable future and achievable promise. The installation of a family model related to protective parents who were capable of caring for and protecting their children has been observed. Adolescent subjectivity is constructed based on parameters like generational confrontation and growth, and happiness before the possibility of exercising autonomy. On the other hand, neoliberalism produces a “retraction” of social spaces, dismisses the future, and feelings of instability and insecurity are prevalent, making the family model a “structure that overwhelms parents.” Adolescent subjectivity seems incapable of executing generational confrontation, predominantly showing a desire to “protect” the family (“exacerbated messiah complex”) by means of a fantasy that acts as a “threading scene” capable of annulling the search for autonomy and growth.
Este trabajo busca puntualizar cómo determinadas situaciones sociales no pueden dejar de incidir en la subjetividad y los vínculos familiares. La modernidad keynesiana alentaba y proponía una matriz socioeconómica que era relativamente estable, con instauración de un porvenir probable y declaración de una promesa alcanzable. Se puede observar la instauración de un modelo familiar relacionable a la experiencia de padres amparadores, capaces de cuidar y proteger. Desde allí la subjetividad adolescente se construye desde parámetros como los de confrontación generacional, crecimiento y júbilo ante la posibilidad de ejercer autonomía. Por el contrario el neoliberalismo genera una “retracción” de espacios sociales, destitución del porvenir y predominio de sensaciones de inestabilidad e inseguridad que facilita la instauración de un modelo familiar que denomino “estructura de padres agobiados”. La subjetividad adolescente aparece incapaz de ejercer confrontación generacional, predominando el deseo de “proteger” a la familia (“mesianismo exacerbado”) a través de una fantasmática que actúa como “escena de enhebramiento” capaz de anular la búsqueda de autonomía y crecimiento.