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Published online by Cambridge University Press: 29 January 2010
No cabe duda de que, durante el siglo que está tocando a su fin, la humanidad ha hecho progresar las ideas de paz, de solidaridad, de los derechos humanos. Por ello, se han constituido organismos que rebasan las fronteras y que promueven la conciencia de que todo hombre es ciudadano del mundo. Paradójicamente, en este siglo se han alcanzado asimismo puntos álgidos de violencia y de horror. Pero la paradoja solo es aparente, ya que ¿no es precisamente el alcance mundial que han adquirido los conflictos lo que ha originado esa conciencia?
1 Wresinski, Joseph (1917–1988)Google Scholar, sacerdote, fundó el Movimiento ATD Cuarto Mundo en 1957.
2 Wresinski, J., Ecrits et Paroles, p. 161, Ediciones Monde, Saint Paul-Quart, París, 1992.Google Scholar
3 Wresinski, J., Les Pauvres sont l'Eglise, p. 149, Ediciones Centurion, Le, París, 1983.Google Scholar
4 Ibid, p. 152.
5 Wresinski, J., Ecrits et Paroles, op. cit., p. 171Google Scholar.
6 Esta historia se narra, con todo detalle, en la revista Igloo-Quart Monde, n° 110, «Pour une politique de la responsabilité collective», Ediciones Quart Monde; (utilizamos el nombre ficticio que se da a esa familia en la susodicha revista).
7 En el informe «Grande pauvreté et précarité économique et sociale», presentado por Wresinski, J. al Consejo Económico y Social Francés, figura la siguiente definitión de la pobreza: «la precariedad es la ausencia de una o varias de las seguridades que permiten a las personas y a las familias asumir sus obligaciones profesionales, familiares y sociales, y ejercer sus derechos fundamentales. La inseguridad que se deriva de ella puede ser más o menos extensa y tener consecuencias más o menos graves o definitivas. Conduce a una gran pobreza cuando afecta a varios ámbitos de la existencia, cuando se vuelve tenaz, cuando compromete las oportunidades de volver a asumir sus responsabilidades y de reconquistar sus derechos en un futuro previsible», Cf. Journal ojficiel de la République française, del 28 de febrero de 1987, p. 6Google Scholar.
8 PNUD, , Informe sobre el desarrollo humano, 1993, p. 27.Google Scholar
9 Wresinski, J., Les pauvres sont I'Eglise, op. cit., p. 152.Google Scholar