La Revista de Historia Económica dedicaba en su penúltimo número (V, 3, otoño de 1987, pp. 623–628) unas cuantas páginas, escritas por Sebastián Coli Martín, a la exposición «Catalunya, la fábrica d'Espanya», que tuvo lugar en Barcelona a lo largo de varios meses del año 1985, y a su catálogo. Como coautor de una cosa y de la otra no puedo menos que agradecer los elogios allí expresados, pero también me siento obligado a formular más de una puntualización y a expresar mi discrepancia con el amigo Coll en algunos puntos. El hecho de formar parte del consejo asesor de la Revista, como también Jordi Nadal, convertiría en buenas las afirmaciones equivocadas del comentarista de producirse un silencio que se tomaría lógicamente por asentimiento.