Hostname: page-component-cd9895bd7-p9bg8 Total loading time: 0 Render date: 2024-12-23T14:43:14.541Z Has data issue: false hasContentIssue false

Las desventajas de una industrialización prematura: La industria andaluza en el siglo xix

Published online by Cambridge University Press:  28 April 2010

J. Morilla Critz
Affiliation:
Universidad de Alcalá de Henares

Extract

En Andalucía, el estudio del sector industrial en el pasado comenzó con un cierto retraso con respecto a otras zonas de España, tal vez porque resultaba obvio no preocuparse del tema en una región con tan poco peso específico del sector secundario en el presente. El interés histórico, cuando se hacía económico y social, se encerraba hasta los años sesenta en los temas de la estructura agraria y los movimientos sociales a ella ligados. Sin embargo, así como Chaunu en 1960 despertó un nuevo interés por el estudio del comercio marítimo en Andalucía, J. Nadal, con sus estudios sobre la industria, dio el segundo paso en la renovación del panorama investigador en la historia social y económica de la región.

Type
Segunda sesión de trabajo: Protoindustrializacion. Moderadores: J. Torras Elías y J. Maluquer de Motes
Copyright
Copyright © Instituto Figuerola de Historia y Ciencias Sociales, Universidad Carlos III de Madrid 1984

Access options

Get access to the full version of this content by using one of the access options below. (Log in options will check for institutional or personal access. Content may require purchase if you do not have access.)

References

1 H. y Chaunu, P., Seville et l'Atlantique (1504–1650), París, 19551960.Google Scholar

2 Su primera aportación en este sentido fue «Orígenes de la industrialización en España. Málaga», España Económica, 1969.

3 Nadal, J., «Industrialización y desindustrialización en el sureste español, 1817–1913», Moneda y Crédito, núm. 120, Madrid, 1972Google Scholar (es su trabajo más específico sobre el tema). Anteriormente trató la cuestión en otro estudio sobre la industrialización española: «Los comienzos de la industrialización española (1832–1868): La industria siderúrgica», Ensayos sobre la economía española a mediados del siglo XIX, Banco de España, 1970. Finalmen te, en su libro El fracaso de la Revolución Industrial en España, 1814–1913, Barcelona, 1975.

4 García-Baquero, A., «Comercio colonial, acumulación primitiva de capital y desin dustrialización en la Baja Andalucía: el caso de Cádiz», Actas del l Congreso de Historia de Andalucía. Andalucía ntoderna (siglo XVIII), t. I, pp. 195208.Google Scholar

5 García-Baquero, A., op. cit., p. 200.Google Scholar

6 Preocupación expresada por el propio A. GARCÍA-BAQUERO en su conferencia «El Cádiz americano», dictada en Cádiz el 26 de junio de 1981.

7 No utilizo el término de «protoindustrialización» por cuanto una de las primeras cues tiones a dilucidar, en el panorama «preindustrial» de la zona, es la proporción en el sector secundario que correspondería a la «protoindustrialización» (industria rural, destino exter no de la producción de esa industria, simbiosis entre industria rural y agricultura comer- cializable —según las proposiciones previas de la Sección de Protoindustrialización de la «Eighth International Conference of Economic History»—) y otras formas de producción industrial anteriores a la «Revolución Industrial» (artesanado local; artesanado urbano li gado a la demanda de una agricultura comercializare; factorías montadas en zonas rurales con capital comercial, en las que estacionalmente trabajan campesinos, etc.). En la zona, los «trapiches» azucareros de la costa oriental, por ejemplo, con su mercado en Málaga, responderían plenamente al concepto de «protoindustrialización», y la industria textil dis persa por el interior de la actual provincia también, y, naturalmente, la elaboración de vino, aguardiente, etc., diseminada en los lagares y alambiques de los «montes» con destino a la ciudad y, de ella, a la exportación. Habría que resolver después el caso de las indus trias ciudadanas destinadas a suministrar al comercio y a los productores dispersos, o directamente al mercado exterior. En fin, es de sospechar la existencia de una gran variedad en el sector secundario, ocasionada por ser ésta una zona de comercialización de productos agrarios por excelencia, pero que llevaban incorporados una buena cantidad de trabajo «industrial».

8 Ortiz de la Tabla, J., «Contrastes regionales en el comercio colonial. Exportaciones de Cádiz y Málaga a Nueva España (1785–1795)», Actas I Congreso de Historia de Andalucía. Andalucía Moderna. Siglo XVIII, t. I, pp. 133142.Google Scholar

9 Según los datos de «Grupo 75», dirigido por Artola, confeccionados en base al «Catastro de Ensenada», la proporción de la renta del sector secundario en la «Renta Nacional» total de cada región de la Corona era la siguiente:

Galicia 10,9 Extremadura 9,7

León 11,1 Andalucía 14,5

Castilla la Vieja 10,7 Murcia 8,2

Castilla la Nueva 13,6 MEDIA GENERAL 12,3

La economía del Antiguo Régimen. «La Renta Nacional» de la Corona de Castilla, Universidad Autónoma de Madrid, 1977, p. 169.

10 Alcalá-Zamora, J. y Llano, Queipo De, «Progresos tecnológicos y limitaciones productivas en la nueva siderurgia andaluza en el siglo XVIII», Actas I Congreso… Siglo XVIII, t. I, pp. 1336.Google Scholar

11 Rueda Hernanz, G. y González Enciso, A., «Industria artesana e industrialización en Málaga (1780–1832)», Revista Gibralfaro, núm. 30, Málaga, 1981, pp. 5384.Google Scholar

12 Morilla Critz, J., «Andalucía a fines del siglo XIX: del capitalismo regional al ca pitalismo dependiente», Revista Gibralfaro, núm. 28, Málaga, 1976, pp. 2135.Google Scholar

13 Como orientación, éstas son las casas que, en un primer muestreo aleatorio, estoy analizando (la nota en paréntesis indica el notario y uno de los legajos del mismo en que puede ser localizado en el Archivo de Protocolos de Málaga): Pablo Aheder (Albelda, 1946); Bautista Bagner (Fco. Til, 2398); Santiago Barón, genovés (Bustamante, 2233); Juan Baptista (Diego de Arroyo, 2287); Francisco Browne y Cía. (Feo. Til, 2398); Rogers y Joyce (Hermenegildo Ruiz, 3620); Bectz Bahr y Wendorff (Hermenegildo Ruiz, 3620); Guillermo Brander (Miguel de Avila, 3717–2); Juan Brenan (Miguel de Avila, 3717–2); Carlos Brooc (Barroso, 2014); Paulos de Brun (J. J. Barbón, 2286); Hermanos Cassamayor (Hermenegildo Ruiz, 2598); Nicolás Conelli (Hermenegildo Ruiz, 2598); Roberto Canistroo (Feo. Til, 2398); Gaspar Diercks (íd., íd.); Hermanos Doyne (íd., íd.); Ignacio Harrizon (Fco. Til, 2398); Joseph Hill (Fco. Til, 2391); Joseph Hoppe y Cía. (Miguel de Avila, 3717); Nicolás Huessman (Hermenegildo Ruiz, 2598); Nicolás Joannis (Fco. Til, 2391); Juan Kirkpatrick y Cía. (Hermenegildo Ruiz, 2598); Antonio Kirman (Fco. Til, 2398); Ro berto de Linche (Hermenegildo Ruiz, 2598); Guillermo Loveloy y Cía. (Hermenegildo Ruiz, 1958); Miguel Morfi (Hermenegildo Ruiz, 2598); Matheo Quilty (Fco. Til, 2391); Guillermo Reylli (Hermenegildo Ruiz, 3620); Roland y Carlos Struppe (Fco. Til, 2391); Esteban Willaume y Cía. (Fco. Til, 2398). En 1734, los comerciantes más importantes de Málaga parece ser que eran los Hermanos Cassamayor y Cía., de origen francés, junto con otros como Agustín Vanheswiych, Juan Cornelio, Matheo Quilty y Juan Kirkpatrick, todos ellos importadores de trigo y considerados como tales grandes por la Junta creada para el abastecimiento de trigo durante la crisis de subsistencia de 1734 y 1735. Actas de esta Junta en el Archivo Municipal de Málaga, núm. 14, estante C, tabla 2.a.

14 Véase Morilla Critz, J., Introducción al estudio de los precios en Málaga, 1787–1829, Málaga, 1972.Google Scholar

15 Alcalá-Zamora, J. y Llano, Queipo De, op. cit., p. 30.Google Scholar

16 Molas Ribalta, P., «Las Juntas de Comercio de Andalucía. Siglo XVIII», Actas I Congreso de Historia de Andalucía… Siglos XIX–XX, t. I, pp. 159200.Google Scholar

17 Díaz Trac Huelo, L., «La Real Fábrica de Lonas de Granada y el suministro de los correos marítimos de América», Actas I Congreso de Historia de Andalucía… Siglo XVIII, t. I, pp. 141151.Google Scholar

18 Bejarano, F., Historia del Consulado y la Junta de Comercio de Malaga (1785–1850), CSIC, Madrid, 1947.Google Scholar

19 Huelin, R. y Blasco, Ruiz, «Apuntes para una historia de la sociedad malagueña», Revista Gibralfaro, núm. 21, Málaga, 1970, pp. 9129.Google Scholar

20 Es interesante destacar la descripción que hace HUELIN de la trayectoria seguida por uno de estos fabricantes toneleros: Diego Urraco. Art. cit., pp. 23–34.

21 Véanse contratos-tipo de éstos en los celebrados entre Joseph Hill y Cía. (que no era sólo fabricante de curtidos, como exponen Rueda y González Enciso, sino también comerciante exportador de productos agrarios), en los protocolos notariales de Francisco Til (leg. 2398), Málaga.

22 Bejarano, F., La industria de la seda en Málaga durante el siglo XVI, CSIC, Madrid, 1951.Google Scholar También, para conocer las dificultades del sector entre los siglos XVIII y XIX, del mismo autor, «Carta de Sebastián Souvirón a D. Andrés Vílchez», en nota de Historia del Consulado…, op. cit., pp. 398–402.

23 Desde mediados del siglo XVIII, los Souvirón eran fabricantes textiles: seda y paños. En 1820 eran los principales industriales en «sedas de colores» en la zona. Durante la vida de «Industria Malagueña, S. A.», sus sucesores eran directivos de la empresa.

24 Véase el citado artículo de Rueda Hernanz y González Enciso.

25 García Montoro, C., Málaga en los comienzos de la industrialización: Manuel Agus tín Heredia (1786–1846), Córdoba, 1978.Google Scholar

26 Esta idea es también la de Alcalá-Zamora para la siderurgia. Art. cit., pp. 34–35.

27 García Montoro, C., op. cit., pp. 101104.Google Scholar

28 Véase J. NADAL, El fracaso de la Revolución Industrial en España, 1814–1913, espe cialmente los caps. 5 y 6.

29 Guía del viajero en Málaga, por don Benito VILÁ, Málaga, 1861, pp. 256–266.

30 Aguado Santos, J., «Las exportaciones de pasas en Málaga durante el siglo XIX», Revista Gibralfaro, núm. 27, Málaga, 1975, pp. 2342.Google Scholar

31 Nadal Sánchez, A., «1890. La huelga de las tejedoras de la Industria Malagueña», Revista Gibralfaro, núm. 27, Málaga, 1975, pp. 43100.Google Scholar

32 Vilá, Benito, Guía de viajeros en Málaga, p. 285.Google Scholar

33 Véase J. Morilla Critz, Gran capital…, op. cit.; el capítulo «Málaga de 1700 a 1900: acumulación de capital, proletarización, industrialización y estancamiento».

34 Tortella, G., Los orígenes del capitalismo en España, Madrid, 1973.Google Scholar

35 He desarrollado este tema en la conferencia, en proceso de publicación, «La banca de emisión en Andalucía (1842–1874)», Málaga, 1981, Cámara de Comercio.

36 La bibliografía más específica del tema está representada por Titos Martínez, M. «El sector financiero en Andalucía. Una aproximación bibliográfica», Revista de Estudio: Regionales, núm. 3, Málaga, 1979.Google Scholar También, del mismo autor, son de interés orientativc «Panorama general de la Banca en Andalucía en el siglo XIX», Actas del I Congreso dt Historia de Andalucía. Siglos XIX–XX, t. II, pp. 195–208, y «Conexiones entre el sistemí financiero e industrialización», Anuario de Historia Moderna y Contemporánea, núms. 4–5 Universidad de Granada, 1977–78. Ruiz-Vélez Frías, F., Los bancos de emisión de Cádlz en el siglo XIX, Instituto de Historia de Andalucía, Madrid, 1977Google Scholar; Castejón Montijano, R., «La banca de Pedro López y la crisis de 1866», Actas I Congreso… Siglos XIX–XX t. I, pp. 233242.Google Scholar También, como fuente documental publicada, Cuenca Toribic, J. M. y Rodríguez Sánchez De Alva, A., Lecturas de Historia Económica de Andalucía (si glo XIX), Sevilla, 1977.Google Scholar

37 Véase Morilla Critz, J., Gran capital…, op. cit., pp. 109129.Google Scholar

38 Nadal Farreras, J., Comercio exterior con Gran Bretaña (1777–1914), Madrid, 1978.Google Scholar

39 Prados De La Escosura, L., Comercio exterior y crecimiento económico en España, 1826–1913 (tesis doctoral, en prensa), Servicio de Estudios del Banco de España, 1981Google Scholar

40 Aguado Santos, J., «Málaga en el siglo XIX. Comercio e industrialización», Reviste Gibralfaro, núm. 26, Málaga, 1974, pp. 3367.Google Scholar De esta autora también, «Las exportaciones de pasas en Málaga durante el siglo XIX», op. cit., y El comercio marítimo malagueño et, el siglo XIX (1833–1870). Una etapa de expansión, trabajo mecanografiado presentade como Memoria de Licenciatura en la Facultad de Ciencias Económicas de Málaga, 1973 A él he tenido acceso por gentileza de su autora.

41 Nadal Farreras, J., op. cit., pp. 272273.Google Scholar

42 L. Prados y G. Tortella, «Long-Term trends in Spanish Foreing Trade, 1714–1913», comunicación presentada al Congreso Internacional de Historia Económica de Budapest, 1982.

43 En este sentido, es interesante la actividad reivindicativa de los obreros de la zona en los años revolucionarios de 1868–69, que dio lugar a importantes subidas salariales en las industrias de Málaga.

44 Su cálculo se basa en que, según se expresa en los informes anuales de la Junta Directiva, en los mejores años de la trayectoria del Banco, los dividendos (10,5–11 por 100) nunca se estimaron satisfactorios; considerando, no obstante, que eran siempre los excesivos gastos de compra de numerario (más grandes cuantos más pagos había que hacer por las compras al «interior» de Andalucía) los que echaban por tierra el objetivo de alcanzar el 18–20 por 100 de rendimiento neto, con el que se llenarían plenamente las esperanzas iniciales.

45 Memorias del Banco de Málaga y de la Cía. del Ferrocarril Córdoba-Málaga y Granada-Málaga.