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La Protoindustrializacion en Castilla la Vieja en el siglo XVIII

Published online by Cambridge University Press:  28 April 2010

Agustín Gonzalez Enciso
Affiliation:
Universidad de Murcia

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Mucho antes de que se produjera la primera revolución industrial en Inglaterra, la industria como tal se había desarrollado en muchos lugares con profusión. Se trataba de una expansión de la producción, así como de un incremento de la mano de obra industrial. Estudios tradicionales atestiguan el desarrollo de estas actividades industriales en el occidente europeo a lo largo de la Edad Moderna. Todavía no se había producido el cambio cualitativo necesario para pasar a la «industria moderna», cuya aparición caracterizaría, en frase de Hicks, el nacimiento de la revolución industrial. Este cambio cualitativo es muy complejo; pero, en última instancia, se reduce a las condiciones que hicieron posible la aplicación de la máquina a la industria.

La historiografía tradicional explicó la aparición de la mecanización como algo más o menos súbito; en cualquier caso, el primero y fundamental de los cambios cualitativos en la producción industrial. No nos parece hoy que la realidad fuera así. A lo largo de la Época Moderna hubo ya una serie de cambios cualitativos que fueron transformando la naturaleza de la producción y organización industriales y que conformaron esas condiciones necesarias para dar el último salto. Entre estos cambios hay uno que tiene singular importancia. No se trata de algo que pueda precisarse bien en el tiempo. Es más bien un fenómeno que va adquiriendo cuerpo a lo largo de los siglos modernos, en concomitancia con el desarrollo del capitalismo, y que ha venido en llamarse protoindustrialización.

Type
Segunda sesión de trabajo: Protoindustrializacion. Moderadores: J. Torras Elías y J. Maluquer de Motes
Copyright
Copyright © Instituto Figuerola de Historia y Ciencias Sociales, Universidad Carlos III de Madrid 1984

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References

1 Cfr. Mendels, F., «Protoindustrialization. The First Phase of the Industrialization Process», en Journal of Economic History, 32 (1972), p. 241.CrossRefGoogle Scholar

2 El más característico es el de Kellenbenz, H., «Les industries rurales en Occident de la fin du Moyen Age au XVIIIème siècle», en Annales ESC, XVIII (1963), pp. 833–82.Google Scholar Una bibliografía selecta en W. N. Parker, «Industry», en Companion Volume (vol. XIII de la New Cambridge Modem History), Cambridge, 1979. También en Cambridge Eco nomie History, vol. V, 1977, cap. VII.

3 Mendels, , «Protoindustrialization», p. 246.Google Scholar

4 La complejidad de las cuestiones que pueden ser tratadas en torno a la protoindustrialización ha sido expuesta con claridad por P. Deyon y F. Mendels en un texto preparatorio de la sección A.2 del Congreso de Budapest de 1982 («La protoindustrialisation. Théorie et réalité»), publicado después en Revue du Nord, 248 (1981), pp. 11–19.

5 Mendels, , «Protoindustrialization», p. 241.Google Scholar

6 Idem, «Industrialization and Population Pressure in Eighteenth-Century Flanders», en Journal of Economic History, 31 (1971), pássim.

7 Idem, «Protoindustrialization», pp. 242–47.

8 Idem, «Agriculture and Peasant Industry in Eighteenth-Century Flanders», en Parker, W. N. y Jones, E. L. (eds.), European Peasants and their Markets, Princeton, 1975, pp. 180–83.Google Scholar

9 Mendels, «Industrialization», loc. cit.; «Protoindustrialization», p. 252; «Agriculture and Peasant Industry», pp. 192 y ss.

10 Cfr. Jones, E. L., «The Agricultural Origins of Industry», en Past and Present, 40 (1968)CrossRefGoogle Scholar, pássim.

11 Fischer, W., «Rural Industrialization and Population Change», en Comparative Studies in Society and History, 15 (1973), p. 159.CrossRefGoogle Scholar

12 Deyon, P. y Mendels, F., loc. cit., pp. 1114.Google Scholar

13 Cfr. Fischer, W., art. cit., 158–59.Google Scholar

14 Véase, por ejemplo, la selección de Deyon, P. y Mendels, F., loc. cit., p. 12Google Scholar, nota 3.

15 Véase Mendels, F., «Les temps de l'industrie et les temps de l'agriculture. Logique d'une analyse régional de la proto-industrialisation», en Revue du Nord, 248 (1981), páginas 2123.CrossRefGoogle Scholar

16 Ibidem, pp. 25–26, 28.

17 Véanse Palacio Atard, V., El comercio de Castilla y el puerto de Santander en el siglo XVIII, Madrid, 1960, pp. 2122, 35–36, 43Google Scholar; Ochagavía Fernández, D., Historia textil riojana, Logroño, 1957, pp. 61 y ss.Google Scholar

18 Colmeiro, M. y Penido, , Historia de la economía política en España, ed. de Anes, G., Madrid, 1965, vol. II, p. 801Google Scholar, nota 2.

19 Fuentes: Larruga, E. y Boneta, , Memorias políticas y económicas sobre los frutos, comercio, fábricas y minas de España, vols. XXII y XXX (LARRUGA), Madrid, 17921794Google Scholar; D. Ochagavía, pássim.

20 Cfr. González Enciso, A., «La industria dispersa lanera en Castilla en el siglo XVIII», en Cuadernos de Investigación Histórica, 2 (1978), p. 278.Google Scholar

21 No me atrevería, de momento, a utilizar el término protoindustrialización, sin más matices, para Castilla, como veremos después, mientras no tengamos un conocimiento más profundo de aquella realidad. Los trabajos todavía son escasos y no se refieren exactamente al tema de la protoindustrialización. Véanse, especialmente, A. González Enciso, «La industria dispersa»; García Sanz, A., Desarrollo y crisis del Antiguo Régimen en Castilla la Vieja. Economía y sociedad en tierras de Segovia, 1500–1814, Madrid, 1977, páginas 246–57Google Scholar («La industria rural»), también pp. 70–72; Aracil, R. y García Bonafé, M., «Industria doméstica e industrialización en España», en Hacienda Pública Española, 55 (1978), pp. 113129.Google Scholar Aunque con brevedad, los autores se refieren al término «protoindustrialización» y esbozan una generalizada representación gráfica del fenómeno en España, en un período cronológico muy amplio.

22 El ejemplo de Roubaix ha sido recientemente comentado por Deyon, P., «Un modèle à l'épreuve, le développment industriel de Roubaix de 1762 à la fin du XIX siècle», en Revue du Nord, 248 (1981), pp. 5961.CrossRefGoogle Scholar

23 González Enciso, A., España y USA en el siglo XVIII. Crecimiento industrial comparado y relaciones comerciales, Valladolid, 1979, pp. 4651, 75–76.Google Scholar

24 Eso ocurrió en algunas regiones francesas. Véase Guignet, Ph., «Adaptations, muta tions et survivances proto-industrielles dans le textil du Cambrésis et du Valenciennois du XVIII siècle au début du XX siècle», en Revue du Nord, 240 (1979), pp. 39 y ss.Google Scholar

25 El caso bejarano ha sido estudiado por Lacomba, J. A., «Un núcleo industrial del siglo XIX: Béjar, el Manchester castellano», en Jover Zamora, J. M. (ed.), El siglo XIX en España: doce estudios, Barcelona, 1974, pp. 303–22.Google Scholar

26 Herrera Oria, E., La Real Fabrica de tejidos de algodón estampados de Avila y la reorganización nacional de esta industria en el siglo XVIII, Valladolid, 1922.Google Scholar

27 AGS, CSH, 358, c. 4; 389, c. 59; Madoz, P., Diccionario geográjico-estadísticohistórico de España y sus posesiones de ultramar (MADOZ), 18471849, vols. 5, p. 391Google Scholar; 7, p. 480; 11, p. 689; 13, p. 353, y 14, p. 515.

28 Lo malo, efectivamente, no es que perviviera la industria doméstica, como señalan R. Aracil y M. García Bonafé («Industria doméstica e industrialización», p. 121), sino que ésta también desapareció para dar paso a una auténtica desindustrialización total.

29 Todavía hoy funciona un taller en Ezcaray que teje mantas con varios telares que muy bien pueden datar de una fecha cercana a 1800. Su interés, lógicamente, es más fol klórico que económico.

30 AGS, DGR, 1.a remesa, lib. 59.

31 AGS, ibidem.

32 La economía campesina siempre se basaba en la economía familiar. En cuanto a su relación con la protoindustrialización, véanse Medick, H., «The Protoindustrial family economy: The Structural Function of Household and Family during the Transition from Peasant Society to Industrial Capitalism», en Social History, 3 (1976), pp. 291315CrossRefGoogle Scholar; Mendels, F., «La composition du ménage paysan en France au XIX siècle: une analyse économique du mode de production domestique», en Annales ESC, 4 (1978), pp. 780802.Google Scholar

33 AGS, ídem, lib. 61.

34 Algunas notas eruditas en fray García de San Lorenzo Mártir, J., «La industria en Ezcaray», en Berceo, XIV (1959), pp. 194–96.Google Scholar

35 AGS, idem, lib. 58.

36 AGS, idem, lib. 57, fols. 415–16.

37 AGS, idem, lib. 566.

38 Sobre este problema véase infra.

39 AGS, idem, lib. 64.

40 AGS, idem, lib. 590.

41 AGS, ibidem.

42 AGS, idem, lib. 599.

43 AGS, idem, lib. 603.

44 AGS, idem, lib. 61.

45 Hay que recordar que, en la mayoría de los casos estudiados, las Respuestas Genera les son mucho más explícitas y detalladas de lo que es norma general en esta fuente, lo que, pienso, las hace más dignas de crédito, pues ello habla en favor de la diligencia de los oficiales que las redactaron.

46 Mendels, , «Agriculture and Peasant Industry», pp. 180–83.Google Scholar

47 En otras zonas castellanas sí hubo una organización capitalista más parecida al verlagsystem, que en el siglo XVI se extendía por diversas zonas europeas. Véanse, por ejemplo, Carande, R., Carlos V y sus banqueros. La vida económica en Castilla (1516–56), Madrid, 1965, especialmente pp. 178–82Google Scholar; Ruiz Martín, F., «La empresa capitalista en la industria textil castellana durante los siglos XVI y XVII», en Troisième Conférence Internationale d'Histoire Economique, Munich, 1965, Paris, 1974Google Scholar, pássim; Iradiel Muru-Garren, P., Evolución de la industria textil castellana en los siglos XIII–XVI, Salamanca, 1974, pp. 104115.Google Scholar

48 Cfr. González Enciso, A., «La industria dispersa», pp. 269–74.Google Scholar

49 Este problema es estudiado con amplitud en mi Estado e industria en el siglo XVIII: la fábrica de Guadalajara, Madrid, 1980.

50 Véase Gaminde, B. F., Memoria sobre el estado actual de las lanas merinas españo las y su cotejo con las extranjeras: causa de la decadencia de las primeras y remedio para mejorarlas, Madrid, 1827Google Scholar, pássim; cfr. González Enciso, A., Estado e industria, p. 215.Google Scholar La obra de Gaminde ha sido recientemente reeditada por' García Sanz en Agricultura y Sociedad, 6 (1978), pp. 317–56.

51 Uno de estos fabricantes y ganaderos escribió un tratado poco conocido sobre tintes. Véase V. Del Saz Caballero y García, Recetario de las sustancias que se emplean en la elaboración de los tintes y maneras con que se tiñen los hilados de lana y los merinos, estameñas, paños y bayetas que se tejen en las fábricas de los pueblos de Cameros en la provincia de la Rioja, 1775; cfr. Ochagavía, D., «Notas para la industria textil riojana», en Berceo, 3 (1947), p. 206.Google Scholar

52 Larruga, XX, p. 317. Como, por otra parte, el aumento de exportación lanera fluc tuó mucho a finales del XVIII, y puede que decayera en la última década, habría que pro fundizar en esta hipótesis estudiando la estructura geográfica y social de esta exportación para detallar su incidencia local en cada caso.

53 En este pueblo de la provincia de Toledo concurrían diversos tipos de comerciantes, unos locales, otros de fuera y algunos, finalmente, que tenían algo que ver con el acabado de los paños. Véase A. González Enciso, «La industria dispersa», p. 282.

54 Tipificados por Larruga en la organización industrial de Soto de Cameros: «Otros, que daban a trabajar la lana hasta puesta en paño pagando los trabajos a cada uno [de los operarios]»; XXII, p. 19. En otros lugares se les denomina «dueños de la lana».

55 «Los [paños] que además de su fábrica compra y vende»; AGS, DGR, 1.a remesa, lib. 590, pregunta 34.

56 AGS, ídem, libs. 57, 59, preguntas 32 y 33.

57 AGS, ídem, libs. 61, 599, 603.

58 AGS, ídem, libs. 58, 61, 64, 566, 603.

59 D. Ochagavía, p. 276.

60 Fuentes: Larruga, XXI, XXII; D. Ochagavía, pássim.

61 Larruga, XXII, p. 17.

62 Cfr. Mendels, , «Les temps de l'industrie», pp. 3031.Google Scholar

63 Ibidem, p. 30, donde se recoge la cita de R. Dion (op. cit., infra), quien, a su vez, la toma de Clement, P., Lettres, instructions et mémoires de Colbert, t. 2, pp. 624–25.Google Scholar

64 En Borgoña, por ejemplo, la densidad de población era una de las más altas de Francia en el siglo XVIII; incluso tenía una densidad de unas características más similares a las de las regiones industriales del Noroeste que a las de las regiones agrícolas del centro. Sin embargo, la fuerza económica de Borgoña no residía en la industria, «que nunca tuvo amplitud en Borgoña», sino en la agricultura y la ganadería. Véase Markovitch, T. J., Histoire des industries françaises. Les industries lainières de Colbert à la Révolution, Paris, 1976, pp. 407–10.Google Scholar En Anjou, área vitivinícola (cfr. Tilly, Ch., The Vendée, Cambridge, Mass., 1964)Google Scholar, existía la diferenciación entre las zonas de viñedo y las zonas donde existían tejedores, unos tejedores que, por otra parte, nunca consiguieron dar un tono importante a su industria textil. Markovitch, pp. 399–400.

65 Dion, R., Le vin et la vigne en France, des origines au XIX siècle, París, 1959.Google Scholar

66 Mendels, , «AUX origines de la protoindustrialisation», en Bulletin du Centre d'Histoire Economique et Sociale de la Region Lyonnaise, 2 (1978), p. 20.Google Scholar

67 Markovitch, pp. 92–93; Mandrou, R., Francia en los siglos XVII y XVIII, Barcelona, 1973, pp. 1819Google Scholar, que recoge mapas de Goubert, P., Les Danse et les Motte de Beauvais, familles marchandes sous l'Ancien Régime, París, 1959.Google Scholar

68 Mendels, , «AUX origines», p. 20.Google Scholar

69 «Si le pourtour de la Méditerranée resta en grande partie sous-developpé et sousindustrialisé bien après l'industrialisation moderne des régions du nord-ouest europén, ce fut justement parce qu'il avait bénéficié d'un avantage comparatif dans des spécialisations, comme la viticulture commerciale, dont l'effet perturbateur pour l'équilibre écodémographique demeura faible.» Mendels, , «Les temps de l'industrie», p. 32.Google Scholar

70 Ibidem, p. 29.

71 Véase Huetz de Lemps, A., Vignobles et vins du nord-ouest de l'Espagne, Burdeos, 1967, t. I, pp. 26, 96.Google Scholar

72 Ibidem, p. 41.

73 Un mapa de la concentración de viñedos junto al Ebro en contraste con la zona montañosa, en ibidem, p. 399. En cuanto al comercio, véase mapa p. 503. También D. R. Ringrose señala alguna actividad de acarreo de vinos desde zonas riojanas o para consumo local dentro de la zona de Cameros: Los transportes y el estancamiento económico de España (1750–1850), Madrid, 1972, pp. 166–86. La documentación que recoge para esta zona es, sin embargo, escasa y no queda reflejada en el mapa de «Los transportes de vino en Castilla», en p. 96.

74 Fuentes: AGS, Respuestas Generales, Catastro de Ensenada; Huetz de Lemps, mapa t. I, p. 399 (sólo incluye al oeste del río Iregua). La acumulación de lugares no trata de ser exhaustiva.

75 Mapa citado en la nota anterior.

76 AGS, DGR, 1.a remesa, libs. cits. El máximo se refiere a la producción de las tierras de regadío de primera calidad y el mínimo a las de secano de tercera. Muchos datos aparecen en la documentación en cántaras por obrada. Se ha entendido que, según algunos ejemplos escritos, se podían considerar 5 obradas por fanega como término general, a pesar de las variaciones locales tanto en la obrada como en la fanega. Las altitudes se basan en los datos del Mapa Oficial de España. Conjuntos Provinciales, escala 1: 200.000 (hoja correspondiente a Logroño), Madrid, Instituto Geográfico y Catastral, 1979.

77 Véase nota 68.

78 Es el caso de otras regiones montañosas, poco fértiles, que aglutinaban una densa población dedicada a la industria textil. Klima, A., «Various Forms of Industrial Enter prises in Bohemia in the 18th Century», en Quatrième Conférence Internationale d'Histoire Economique, Bloomington, 1968, París, 1973, pp. 9598Google Scholar; «The Role of Rural Do mestic Industry in Bohemia in the Eighteenth Century», en Economic History Review, XXVII (1974), 48–65.

79 A. García Sanz, pp. 246–54.

80 También hubo intentos similares en Canales y Rabanera. AGS, CSH, 358, c. 4; 389, c. 59; Madoz, 5, p. 391; 7, p. 480; 11, p. 689; 13, p. 353; 14, p. 515.

81 A. García Sanz, p. 252.

82 González Enciso, A., Estado e industria, pp. 157–58Google Scholar, donde se citan y comentan algunos de estos ejemplos. La huida de la corporación gremial se realizó en Barcelona, convirtiendo las antiguas actividades al sector algodonero. Molas Ribalta, P., Los gremios barceloneses del siglo XVIII. La estructura corporativa ante el comienzo de la Revolución Industrial, Madrid, 1970, pp. 198207, 214, 407.Google Scholar

83 A. García Sanz, pp. 68–69, 247.

84 Deyon, P. y Mendels, F., «Programme de la Section A.2», Revue du Nord, 248 (1981), p. 13Google Scholar (son industrias rurales, mercados exteriores y simbiosis con el desarrollo re gional de una agricultura comercializada).

85 El propio Mendels la critica en «Aux origines», pp. 2–3, aunque acaba quitando importancia al tema. Deyon, También P., «L'Enjeu des discussions autour du concept de protoindustrialisation», Revue du Nord, 240 (1979), p. 10.Google Scholar Creo que una caracterización terminológica que concretara en cada caso la amplitud conceptual, sin llegar a un esquematismo rígido, sería clarificadora. Se podría hablar, por ejemplo, de protoindustrialización de montaña o llanura; de protoindustrialización de la lana o del lino; de protoindustrialización exclusiva o compartida (en cuanto a la dedicación de la mano de obra); de alcance regional, nacional o internacional de la actividad protoindustrial, etc. Todo ello, aparte de tratar de buscar otro término mejor, quizá, que el de protoindustrialización.

86 Ejemplos y matices regionales europeos donde se polemiza sobre el modelo de Mendels se pueden encontrar en Kriedte, P., Medick, H. y Schlumbohm, J., Industrialiserung vor des industrialiserung, Gotinga, 1977.Google Scholar

87 Deyon, P. y Mendels, F., «Programme», p. 18.Google Scholar

88 Sée, H., La France économique et sociale au XVIII siècle, París, ed. 1969, pp. 128–29.Google Scholar Apud, González Enciso, A., Estado e industria, pp. 121–22.Google Scholar También R. Aracil y M. Gar Cía Bonafé, p. 114, que citan otros trabajos de Sée.

89 Mendels, , «Protoindustrialization», p. 248.Google Scholar

90 Véase Petran, J., «A propos de la formation des régions de la production spécialisée en Europe centrale», en Deuxième Conférence Internationale d'Histoire Economique. Aix-en-Provence, 1962, París, 1965, pp. 217–22.Google Scholar

91 Es significativo el caso de los Estados Unidos. A. González Enciso, España y USA, pássim; varios ejemplos del caso francés en los números extraordinarios de la Revue du Nord, 240 (1979), especialmente los trabajos de Ph. Guignet, Ch. Engrand y P. Deyon, que tratan aspectos de la evolución industrial francesa a finales del XVIII y principios del XIX. En España, también la industria lanera catalana se mecanizó posteriormente a la algodonera, y en Castilla, sólo Béjar inicia una tibia, aunque importante, mecanización en los años veinte del siglo XIX. J. A. Lacomba, pp. 309–10.

92 Para Lombardía, Sella, D., «The Two Faces of the Lombard Economy in the Seventeenth Century», en Krantz, F. y Hohenberg, P. M., Failed transitions to Modern Industrial Societies: Renaissance Italy and Seventeenth Century Holland, Montreal, 1975, pp. 1115.Google Scholar Más reciente, Crisis and Continuity. The Economy of Spanish Lomhardy in the Seventeenth Century, Cambridge, Mass., 1979, especialmente pp. 113 y ss.

93 No por falta de ganas o porque el tema no tenga interés, sino porque la premura del tiempo me ha impedido profundizar y sólo puedo ofrecer unas indicaciones.

94 En los pueblos «abiertos» era más fácil establecer actividades industriales. Jones, E., «Agricultural Origins», p. 61.Google Scholar

95 Cfr. Mendels, , «AUX origines», pp. 1216.Google Scholar

96 Ibidem, p. 16.