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Published online by Cambridge University Press: 28 April 2010
Sobre el concepto de «protoindustrialización»
Dentro de los temas relacionados con el estudio de la revolución industrial, el de la llamada industria rural cobra a partir de principios de los años sesenta una particular relevancia, a la que contribuye su inclusión como tema en el II Congreso Internacional de Historia Económica, celebrado en Aix-en-Provence, el año 1962. Veinte años más tarde, en el programa del VIII Congreso, tras constaar este aumento del interés sobre el tema, se hace referencia al mismo con una denominación distinta: «protoindustrialización».
1 Deuxième Conférénce Internationale d'histoire économique. Aix-en-Provence. 1962, París, 1965.
2 Deyon, P. y Mendels, F. F., «Programme de la section A2 du huitième Congrès In ternationale d'histoire économique. La proto-industrialisation: théorie et réalité. Budapest, 1982», en Revue du Nord, núm. 248, 1981.Google Scholar
3 Mendels, F. F., «Proto-industrialization: the first phase of the industrialization pro cess», Journal of Economic History, XXXII, 1972.Google Scholar
4 El propio Mendels aborda este tema en la op. cit. de la nota anterior y en «Agricul ture and peasant industry in eighteenth-century Flanders», en Parker, W. N. y Jones, E. L., European peasants and their markets, Princeton, 1975.Google Scholar
5 Entre las excepciones es obligado destacar el importante libro de Kriedte, P., Medick, H. y Schlumbohm, J., Industrialisierung vor der Industrialisierung, Göttingen, 1977Google Scholar (trad, inglesa: Industrialization before industrialization, Cambridge, 1981), así como la re seña del mismo efectuada por Jeannin, Pierre, «La proto-industrialisation: développement ou impasse?», Annales ESC, XXXV, 1, 1980.Google Scholar
6 P. Deyon y F. F. Mendels, «Programme…».
7 J. D. CHAMBERS, «The rural domestic industries during the period of transition to the Factory System, with special reference to the Midland Counties of England», Deuxième Conférence…
8 Thirsk, J., «Industry in the countryside», en Fisher, F. J. (éd.), Essays in the economic and social history of Tudor and Stuart England, in honour of R. H. Tawney, Cambridge, 1961.Google Scholar
9 A. KLÍMA, «The domestic industry and the putting-out system in the period of transition from feudalism to capitalism», Deuxième…
10 Sobre esta cuestión, que ya había formulado en trabajos anteriores, insiste en su reciente «Les temps de l'industrie et les temps de l'agriculture. Logique d'une analyse régionale de la proto-industrialisation», Revue du Nord, núm. 248.
11 Este modelo está expuesto resumidamente en «Agriculture and peasant industry…». Algunas reservas sobre él, en P. JEANNIN, art. cit.
12 E. L. JONES, «The agricultural origins of the industry», Past and Present, núm. 40, 1986 (trad, española: «Los orígenes agrícolas de la industria», en Sereni, y otros, Agricul tura y capitalismo, Madrid, 1974).Google Scholar
13 Porque, en cualquier caso, y con las limitaciones que se quieran, las regiones econó micas a las que Mendels se refiere —con la excepción de Bretaña, a la que hace una breve alusión— son regiones industriales.
14 Por ejemplo, en «Proto-industrialization: the first phase…», p. 246. Recientemente, algunos autores llegan incluso a darle la vuelta al argumento de Mendels indicando que, en ciertos contextos, el hecho de que no se diera, o de que se diera tardíamente, la in dustrialización propiamente dicha pudo ser, precisamente, una consecuencia de la existen cia previa de «protoindustrialización». Véase Schremmer, E., «Proto-industrialization: a step towards industrialization?», Journal of European Economic History, X, 3, 1981.Google Scholar
15 Por ejemplo, trabajos recientes como los de Almquist, E. L., «Pre-Famine Ireland and the theory of European Proto-industrialization: Evidence from the 1841 Census», Journal of Economic History, 39, 1979CrossRefGoogle Scholar, o Guignet, Philippe, «Adaptations, mutations et survivances proto-industrielles dans le textile du Cambrésis et du Valenciennois du XVIIIème au début du XXème siècle», Revue du Nord, núm. 240, 1979CrossRefGoogle Scholar, utilizan este con cepto más amplio. Almquist resume, además, explícitamente al comienzo de su artículo su visión del mismo.
16 Sobre la IRD bretona hay una bibliografía bastante escasa, entre la que se puede destacar Bordais, F. y Durand, R., «L'industrie et le commerce de la toile en Bretagne au XVIIIème siècle», en Comité des travaux historiques, section d'histoire moderne et contemporaine (1922), VII, pp. 1–48Google Scholar, y Tanguy, J., «La production et le commerce des toiles bretagnes du XVIème au XVIIIème siècle. Premiers résultats», en Extraits des actes du 91 Congrès National des Sociétés Savantes, section d'histoire moderne et contemporaine, vol. I, Rennes, 1966.Google Scholar Sobre la IRD gallega la bibliografía es todavía más parca. Quizá los dos textos contemporáneos que se puedan destacar sean Lence-Santar, E., «Los lienzos de la antigua provincia de Mondoñedo», Boletín de la Comisión Provincial de Monumen tos de Lugo, IV, 1950, pp. 205–215Google Scholar, y Lorenzo, Xaquín, «Notas etnográficas da terra de Lobeira: o liño e a lá», Arquivos do Seminario de Estudos Galegos, VI, 1933–1934, pp. 27–83.Google Scholar Una bibliografía más completa en la tesis que espero presentar próximamente.
17 Braun, R., «The rise of a rural class of industrial entrepreneurs», Journal of World History, X, 1967Google Scholar; la cita corresponde a la p. 556.
18 Gill, C., The rise of the Irish linen industry, Oxford, 1925Google Scholar, sigue siendo la obra básica. Una aportación más reciente, en tono divulgatorio, es Crawford, W. H., Domestic industry in Ireland. The experience of the linen industry, Dublín, 1972.Google Scholar
19 Mendels, , «Proto-industrialization: the first phase…», p. 246.Google Scholar
20 bis Contra lo que aquí se preveía, las intervenciones orales de F. F. Mendels en el VIII Congreso Internacional de Historia Económica, celebrado con posterioridad a la redacción de esta comunicación, estuvieron en la línea de no incluir en lo que él denominaba «teoría de la protoindustrialización» el controvertido socio-political framework, postura que fue criticada especialmente por Pat Hudson, P. Kriedte, H. Medick y J. Schlum-bohm. Jaume Torras ya había advertido anteriormente que, en la obra de Mendels, «la referencia al socio-political framework es una huida y no una explicación». J. TORRAS, «Estructura de la industria pre-capitalista. La draperia», Recerques, 11, 1981.
20 Chassagne, S., «Aspects des phénomènes d'industrialisation et désindustrialisation dans les campagnes françaises au XIXème siècle», Revue du Nord, núm. 248, 1981.CrossRefGoogle Scholar
21 Nos referimos a la línea de investigación que representan trabajos como el ya clási co Dobb, M., Studies in the development of capitalism, Londres, 1946Google Scholar (trad, española: Buenos Aires, 1971), o como el conjunto de ensayos contenidos en el volumen de Hobsbawm, E.. En torno a los orígenes de la revolución industrial, Buenos Aires, 1971Google Scholar, y, en ge neral, a lo que en el mundo anglosajón se venía conociendo como social history.
22 García-Lombardero, J., La agricultura y el estancamiento económico de Galicia en la España del Antiguo Régimen, Madrid, 1973.Google Scholar
23 Así lo califica el cónsul francés en A Coruña, Charles de Fourcroy, en su «Coup d'oeil sur la Galice», Archives du Ministère des Affaires Etrangères (París), serie Mémoirs et Documents. Espagne, núm. 211 (1777–1808), fol. 82.
24 Archivo Histórico Provincial de Lugo, Catastro de Ensenada, varios legajos.
25 Archivo Histórico del Reino de Galicia, id., id.
26 Esta cuestión está algo más ampliamente tratada en X. CARMONA, «L'industrie ru rale domestique en Galice, XVIIIème et XIXème siècles». Comunicación presentada al VIII Congreso Internacional de Historia Económica (Budapest, 1982), de próxima publi cación en Quaderni Storici.
27 Tomás López, en su Diccionario Geográfico de España, 20 vols., en Biblioteca Na cional, Manuscritos, legs. 7304 y 7297, cita varías ferias en las que se efectúa este tráfico. Labrada, También, Descripción económica del Reino de Galicia, El Ferrol, 1804.Google Scholar
28 Horner, John, The linen trade of Europe during the spinning-wheel period, Belfast, 1920Google Scholar, dedica un importante capítulo a la descripción y problemática del blanqueo en distintas zonas de Europa.
29 Sobre esta cuestión, véase el importante Cónsul Jove, F., Memoria físico-económica sobre el mejoramiento de los lienzos en Galicia, Madrid, 1794Google Scholar; también de interés, J. B. Murías y Kon, Extracto del origen, estado e importancia de la enseñanza de las manufacturas vastas de lienzo y zimas caseras que tubo principio en la fábrica de Ribadeo de orden de S. M. a consulta del Consejo, en Archivo de Campomanes, leg. 58–3.
30 Esta indicación viene en numerosas de las Respuestas Generales del Catastro, especialmente en las de la provincia de Mondoñedo.
31 Guignet, Philippe, Mines, manufactures et ouvriers du Valenciennois au XVIIIème siècle, Nueva York, 1977, p. 42.Google Scholar
32 Estas tres categorías de negociantes en lienzos están deducidas, en lo fundamental, de la información que proporciona el Catastro, así como de documentación de los Archi vos Municipales de Ribadeo, Viveiro y Padrón.
33 De hecho, los pocos compradores de lienzos en cantidades importantes lo eran, la mayoría de las veces, a comisión. El caso más conocido era el del Gremio de Especiería, Droguería y Mercería de Madrid, que mantuvo un comisionado dedicado a tal menester en Mondoñedo durante casi todo el siglo (véanse Lence-Santar, E., Del Obispado de Mondoñedo, Mondoñedo, 1915, 3 vols., vol. 1, p. 98Google Scholar; así como Capella, M. y Matilla, A., Los cinco gremios mayores de Madrid, Madrid, 1957, p. 29Google Scholar ); pero «comisionistas» de lienzos los había también en Santiago en la época del Catastro (AHRG, Catastro, legajo 2532). Igualmente, en la mayoría de las respuestas de la antigua provincia de Tui a un interrogatorio de la Junta de Comercio y Moneda del año 1763 se cita un muy peque ño número de casas comerciales de Madrid, que son las que allí venden por mayor los lienzos procedentes de aquella provincia (véase Archivo Histórico Provincial de Ponteve dra, Ciudad de Tuy. Libro de Acuerdos y Cartas-Ordenes del año 1763, fols. 52–69).
34 S. CHASSAGNE, art. cit.
35 Hacemos esta matización porque, como ya dijimos, buena parte de las extracciones se hacían sin ningún tipo de control por parte de ningún tipo de comerciantes.
36 L. M. Pereira, Memoria sobre la utilidad o perjuicios de la introducción de linos y cáñamos en Galicia (1788?), reproducida en El Eco de Galicia, núms. 28 y ss. (1851).
37 El cálculo procede de la adición parroquia por parroquia, para la primera de las fechas. Para la segunda, de LENCE-SANTAR, «Los lienzos…», que toma los datos de un legajo que debió existir en el Archivo Municipal de Mondoñedo.
38 La muestra incluye zonas costeras y de interior, y fue escogida en función de la documentación de que se dispone, ya que si bien para la primera de las fechas existen cifras parroquia por parroquia para toda Galicia, para la segunda son muy pocas las zonas que cuentan con una tal información y, además, procedentes de fuentes diferentes. Para mayor dificultad, mientras que el Catastro proporciona el número de tejedores, las otras fuentes dan el de telares, cuestión ésta que resta validez a la comparación sólo relativamente, porque en Galicia eran muy raros los tejedores rurales que tenían más de un telar.
39 GARCÍA-LOMBARDERO, op. cit.
40 Por ejemplo, en Escocia o Finlandia, Durie, A., The Scottish linen industry in the 18th century, Edinburgo, 1979Google Scholar, y Virrankoski, P., «Replacement of flax by cotton in the domestic textile industry of South-West Finland», Scandinavian Economic History Review, XI, 1963.Google Scholar
41 Referencias a estos intentos en LABRADA, op. cit.
42 Esfuerzos de carácter más testimonial que práctico, como los efectuados por el Real Consulado de La Coruña, la Real Sociedad Económica de Amigos del País, de Santiago, y la Academia de Agricultura, sobre los que se puede encontrar información amplia en Archivo General de Simancas, Consejo Supremo de Hacienda, legs. 215 y ss.; Archivo de la RSEAP, de Santiago, leg. 1, y AHRG, Papeles Cornide.
43 La extensión del putting-out fue muy limitada en Galicia durante el siglo XVIII, siendo practicado sólo por la fábrica de mantelería de A Coruña, por algunas fábricas que, sin éxito a medio plazo, se instalaron a finales de siglo y por algunos comerciantes aislados.
44 Esta pasividad del capital comercial respecto a la posible transformación de la in dustria rural de tejidos de lino no fue, en absoluto, característica de Galicia, tal como puede verse en Sabbe, E., Histoire de l'industrie linièee en Belgique, Bruselas, 1945Google Scholar, pá ginas 39–40, o en Kisch, H., «The textile industries in Silesia and the Rhineland. A comparative study in industrialization», Journal of Economic History, XIX, 1956Google Scholar (reproducido con un post-scriptum en KRIEDTE, MEDICK y SCHLUMBOHM, op. cit.).
45 Algunas estimaciones de la época asignan a éstas el consumo de aproximadamente el 15 por 100 de la producción comercializada.
46 Según Nadal, la industria algodonera catalana recupera los niveles de producción de la década de 1790 hacia 1819–20. Nadal, J., El fracaso de la revolución industrial en España, 1814–1913, Barcelona, 1975, pp. 194–5.Google Scholar En realidad, ya antes de la guerra de la Independencia se podía notar una presencia creciente de los tejidos catalanes en Galicia. Cornide estimaba, hacia 1788, que «en indianas, medias, pañuelos y otros efectos de Ca taluña por mano de comerciantes de aquel país establecidos en éste» se gastaban 4 millo nes de reales. Véase José CORNIDE, Observaciones sobre la población, agricultura, industria y comercio del Reino de Galicia, Biblioteca de la Real Academia de la Historia, ms. E-102, Varios Papeles sobre Galicia, fol. 89.