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Published online by Cambridge University Press: 02 December 2020
The recurrent euphoria of the lyric speaker who addresses the mysterious beloved in La voz a ti debida establishes love as the keynote of the work. The poet strives for and falls in love with love itself. Reacting against a tangible world which has no meaning for him, he seeks instead the mysterious and the ineffable, musing on his beloved's reality, searching for that reality, and struggling against a void. This conception of love is manifest in the theme, structure, and images of each poem. In the first verse, “Cuando tu me eligiste” the three moments–before (chaos and confusion), now (vital plenitude and enthusiasm) and after (deception and return to gray uniformity) –are distinguished by varying images and poetic tones. Joy is dominant in the second offering, “Qué alegría vivir / sintiendose vivido!” and is thematically justified because the lyricist's amorous fulfillment prevents the anguish of nothingness and the threat of death, and affirms love's power. The poem's structure is parallelistic, based on the two types of existence. His is unreal and banal; hers is real and meaningful. The movement of the poem leads to the joining together of the lover and the beloved and culminates in their mystic union at the poem's center. The images are ethereal and provide an example of a “poetics of verticality.” (In Spanish)
1 Acerca del tema del amor en Salinas véase: Julieta Gomez P., “El amor en la poesia de Pedro Salinas,” Buenos Aires Literaria, num. 13 (1953), pp. 55–68; Helcio Martins, Pedro Salinas: Ensaio sobre sua poesia amorosa (Rio de Janeiro, 1956). Para el estudio de La voz a ti debida, véase Carlos Féal Deibe, La poesia de Pedro Salinas (Madrid: Gredos, 1965), pp. 73–218.
2 Julian Palley, La lui no usada. La poesia de Pedro Salinas (Mexico: Ediciones Andrea, 1966), p. 75. Concha Zardoya ha observado también el “existencialismo” de Salinas: “Dotado de una finisima perceptibilidad y de un agudo intelecto, nuestro poeta traspasa los limites de la realidad aparente, en aspiracion de otra que no acabe, que sea para siempre. Por un lado, esto es un ansia de inmortalidad que nos recuerda a Spinoza, el cual creia que las cosas tienden a perseverar en el ser, a continuât siendo lo que son, es decir, a eternizarse, a inmortalizarse” (Poesia espanola contemporânea, Madrid: Guadarrama, 1961, p. 244).
3 Leo Spitzer, “El conceptismo interior de Pedro Salinas,” Pedro Salinas. Vida y obra. Bibliografia. Antologia (New York: Hispanic Institute, 1942), p. 73.
4 Acerca de este tema en Niebla, véase Friedrich Schiirr, “El amor: problema existencial en la obra de Unamuno,” Cuadernos del Idioma, a So I, num. 1 (1965), pp. 63–93, y mi ensayo “Niebla: una ruta para autentificar la existencia,” Spanish Thought and Letters in the Twentieth Century (Nashville, Tenn.: Vanderbilt Univ. Press, 1966), pp. 573–584.
6 Pedro Salinas, Poesias complétas (Madrid: Aguilar, 1955), pp. 195–196.
6 Julian Palley examina muy bien la presencia del tema de la nada en la obra ya citada. Senala, por ejemplo: “Aunque la nota caracteristica de La voz a ti debiia es positiva, afirmativa, la nada esta présente en sus multiples disfraces” (p. 69).
7 Citado en Gerardo Diego, Poesia espanola contempordnea. Antologia (Madrid: Taurus, 1962), p. 303.
8 Es interesante hacer notar que Salinas corresponderia a lo que Bachelard llama poêla de la verticalidad. Con frecuencia el hablante manifiesta el anhelo de aproximarse a las mâs altas cumbres en las que se encuentra la maravillosa amada. Una ligera proyecciôn de la poética de la verticalidad de G. Bachelard révéla varias significativas recurrencias de imâgenes. En el poema que ahora comentamos obsérvese: “nunca era y ? mâs alto que las sierras del mundo,” “mâs alto ya que estrellas / ? corales anduve.” A su vez, el final del texto se caracteriza por frases taies como “retornaré” y “vuelto,” que, sin mencionar explicitamente las ideas de caida ? descenso, las involucran. Sin referirse a Bachelard, Leo Spitzer notô esta tertdencia de la poesia de Salinas en La voz a ti debida: “el poeta prefiere la vertical espiritualista a la horizontal materialista, su corazon se éleva mâs gustoso hacia aquello que esta exento de la ley de la gravedad” (p. 56).
9 Spitzer comenta estos versos desde otra perspectiva: “Un detalle de estilo constante es la figura que los gramâticos del sânscrito llaman yathasamkya, muy usada por los poetas del Renacimiento para manifestar la riqueza inmensa del mundo. Implica un arreglo de las cosas del mundo en un desorden claro, ? mejor dicho, un orden que parece desorden” (P-49).
10 Un hermoso e iluminante anâlisis de este poema de Fray Luis es el de Amado Alonso en “El ideal clâsico de la forma poética,” Materia y forma en poesia (Madrid: Credos, 1955), pp. 46–57.
11 Gaston Bachelard, El aire y los suenos (Mexico: Fondo de Cultura Economica, 1958), p. 225.
12 A este propôsito Bachelard indica: “La luz suave y brillante de las estrellas provoca también uno de los ensuefios mâs constantes, mâs regulares: el ensuefio de la mirada. Pueden resumirse todos sus aspectos en una sola ley: en el reino de la imaginacion todo lo que brilla es una mirada” (p. 229).
13 Bachelard, p. 81.
14 Spitzer, p. 58.
15 Concha Zardoya, p. 264.