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Healing Virtue: Saludadores versus Witches in Early Modern Spain

Published online by Cambridge University Press:  16 November 2012

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Abstract

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References

1“Algunos saludadores toman un carbón o hierro encendido en la mano y lo tienen por un rato. Otros se lavan las manos en agua o azeyte hirviendo. Otros miden a pies descalços una barra de hierro ardiendo y andan sobre ella. Otros entran en un horno encendido y fuerte.” Pedro Ciruelo, Reprobación de las supersticiones y hechicerías (1st ed., 1530), Valencia, Albatros Hispanofilia, 1978, p. 101.

2“Dijo un diablo: – Para ver buena gente mirad los saludadores, que … dicen que tienen virtud. Ellos se agraviaron y dijeron que era verdad que la tienen. Y a esto respondió [otro] diablo: – ¿Cómo es posible que por ningún camino se halle virtud en gente que anda siempre soplando?” Francisco de Quevedo, ‘Las zahúrdas de Plutón’, in Desvelos soñolientos y discursos de verdades soñadas, descubridores de abusos, vicios y engaños en todos los oficios y estados del mundo, Barcelona, 1629 (Obras de Don Francisco de Quevedo y Villegas, Madrid, BAE, vol. 23, 1946, p. 318).

3To put the close relationship between medicine and religion in early modern Europe in context, see two works edited by Ole Peter Grell and Andrew Cunningham: Medicine and the reformation, London, Routledge, 1993, and Religio medici: medicine and religion in seventeenth-century England, London, Scolar Press, 1996. For early modern Spain, see Fabián Alejandro Campagne, ‘Medicina y religión en el discurso antisupersticioso español de los siglos XVI a XVIII: un combate por la hegemonía’, Dynamis, 2000, 20: 417–56.

4See Pedro Laín Entralgo, Enfermedad y pecado, Barcelona, Toray, 1961.

5For more on the role of the saludador in Europe, see Gábor Klaniczay, The uses of supernatural power: the transformation of popular religion in medieval and early-modern Europe, Cambridge, Polity Press, 1990, pp. 149–50. For Spain, see Fabián Alejandro Campagne, ‘Cultura popular y saber médico en la España de los Austrias’, in María Estela González de Fauve (ed.), Medicina y sociedad: curar y sanar en la España de los siglos XIII al XVI, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1996, pp. 195–239; Enrique Perdiguero, ‘Protomedicato y curanderismo’, Dynamis, 1996, 16: 91–108.

6See Robin Briggs, Witches and neighbours: the social and cultural context of European witchcraft, London, Harper Collins, 1996, pp. 171–95; María Tausiet, Ponzoña en los ojos: brujería y superstición en Aragón en el siglo XVI, Madrid, Turner, 2004, pp. 325–46.

7See Keith Thomas, Religion and the decline of magic: studies in popular beliefs in sixteenth- and seventeenth-century England, Harmondsworth, Penguin, 1973, pp. 237–9.

8The name comes from one of the condition’s best-known symptoms, the difficulty in swallowing, which from ancient times was interpreted as a “dread of water”.

9“A las ocho de la mañana poco más o menos, habiendo venido la hija de la dicha María Tolón llamada Petronilla … muy hermosa y con mucho contento a casa de la deposante a labrar unas viñas … vio a la dicha Petronilla le dio de repente unos grandes vómitos y grande mal, que le forzó a esta deposante a hecharla en su cama… y dentro de media ora le dio tan grande mal que … murió rabiando y con muy grandes temblores y visages de ojos y cara.” Trial of Francisca Castán and María Tolón, Peñaflor, 1609, Archivo Diocesano de Zaragoza, Saragossa, C. 5–10, fol. 164r.

10“María Tolón … embrujó un niño … de manera que vino a ladrar como si verdaderamente fuera un perro, y estando assí embrujado, y llevando al dicho lugar saludadores para sanar al dicho muchacho, públicamente se dixo que estava embruxado por dicha María Tolón.” Ibid., fol. 17.

11“Tuvo tan grande mal que se baldó y estuvo tullido y en una cama por muchos días, hasta que fue saludado … por los saludadores de Çaragoça, los quales publicaron el dicho … estar ligado y hechiçado.” Ibid., fol. 13.

12“… transformar los seres y las cosas a la manera de los magos sabios de la tradición pagana”, Luis S Granjel, Aspectos médicos de la literatura antisupersticiosa española de los siglos XVI y XVII, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1953, p. 66.

13Virgil, The Aeneid, Book XI. On the symbolism of fire and its curative properties, see Ignazio E Buttitta, Il fuoco: simbolismo e pratiche rituali, Palermo, Sellerio, 2002.

14For example, according to Gaspar Navarro, “God removes the wretch from the book of life … and they give him a new name, and mark him with black marks in the shape of the foot of a cockerel, or a hare, or some other animal”. Gaspar Navarro, Tribunal de superstición ladina, Huesca, Pedro Blusón, 1632, fol. 53v.

15See François Delpech, ‘La “marque” des sorcières: logique(s) de la stigmatisation diabolique’, in Nicole Jacques-Chaquin and Maxime Préaud (eds), Le sabbat des sorciers en Europe (XVe–XVIIIe siècles), Grenoble, Jérôme Millon, 1993, pp. 347–68.

16The learned bibliophile Antonio de Torquemada said of the saludadores: “they say that they can be recognized by the wheel of St Catherine on their palate or some other part of the body”. Antonio de Torquemada, Jardín de flores curiosas (1st ed., 1570), Madrid, Castalia, 1982, p. 324.

17Benito Jerónimo Feijoo, Teatro crítico universal (1st ed., 1729), 8 vols, Madrid, Real Compañía de Impresores y Libreros, 1777, vol. 3, pp. 1–18.

18Marc Bloch, Les rois thaumaturges, Paris, Gallimard, 1983; François Delpech, ‘Du héros marqué au signe du prophète: esquisse pour l’archéologie d’un motif chevaleresque’, Bulletin Hispanique, 1990, 92: 237–57; idem, ‘Les marques de naissance: physiognomie, signature magique et charisme souverain’, in Augustin Redondo (ed.), Le corps dans la société espagnole des XVIe et XVIIe siècles, Paris, Publications de la Sorbonne, 1990, pp. 27–49.

19As Luis S Granjel notes, “The fact that Philip IV was not only king of Castile but had been born on Good Friday, gave a new boost to the belief … that the power to cure those possessed and enchanted was, as if by right, linked to the Castilian royalty.” (“El que Felipe IV uniese a su carácter de rey de Castilla el haber nacido en Viernes Santo, dio un nuevo aire a la creencia … de que a la realeza castellana se unía, como por derecho propio, el poder de curar endemoniados y hechizados.”), op. cit., note 12 above, p. 66.

20Delpech, op. cit., note 18 above, both references; Julio Caro Baroja, Historia de la fisiognómica: el rostro y el carácter, Madrid, Istmo, 1988; Jean-Jacques Courtine and Claudine Haroche, Histoire du visage; exprimer et taire ses émotions (du xvie au début du xixe siècle), Paris, Rivages, 1988.

21See Robert Ulysse, Les signes d’infamie au moyen âge, Paris, Honoré Champion, 1891, and Vincent Raymond Rivière-Chalan, La marque infâme des lépreux et des christians sous l’ancien régime, Paris, La Pensée Universelle, 1978.

22“Plus que les inquisiteurs, les grands obsédés de la marque du diable ont été les représentants des juridictions civiles et des pouvoirs municipaux.” Delpech, op. cit., note 15 above, p. 354.

23“Aviéndola mandado reconocer, por si estava marcada, se le ha descubierto con agua bendita tibia, un señal de mano de la figura y carácter dibujado en el processo, a forma de zarpa o garra; y para verificación Pedro de Asta, zirujano, le hincó por medio del señal una aguja muy grande de yerro, hasta la misma paleta del hueso de la espalda, y preguntándole si lo sentía, dixo que no. Que después de presa, ni hasta aora, no ha echado lágrima alguna, con verse en poder de un verdugo que le reconoció, y un zirujano que le travesó la espalda, indicios todos que la convencen de hechizera, para la pena ordinaria.” Trial of María Vizcarreta, Épila, 1651, in José de Sesé, Decisionum Sacri Senatus Regii Regni Aragonum, et Curiae domini Justitiae Aragonum, causarum civilium et criminalium, Saragossa, Joan de Larumbe, 1611–1627, fols. 111–22.

24Nicole Jacques-Chaquin, ‘Le maléfice de taciturnité. Esquisse d’une étude du mythe de la sorcière’, Cahiers de Fontenay, 1978, 9–10: 137–69.

25“Que el señal es diferente en las espaldas de cómo está en el processo, y que le echaron unas ventosas, y le quemaron y le hizieron daño. Que ha llorado después que esté en la cárcel, y que el día de la prueva de la aguja no era mucho, ni aun llorar, ni aun tener sentidos naturales.” Trial of María Vizcarreta, op. cit., note 23 above, fol. 10.

26“… probado cosa alguna, ni traído testigos, ni publicado”; “inverosímil e improbable”. Ibid., fol. 10.

27“… una señal de mano entera con uñas”. Ibid., fol. 11.

28“Vimos que la dicha Domenicha tenía en su persona muchos señales, entre los quales tenía tres señales: uno en la pierna izquierda; otro en el musglo del braço drecho, que parescía hecho a modo de rastro de pie de gato; y otro señal grande encima de la rodilla, assí mismo que parescia como rastro de pie de gato, con sus uñas bien fondo.” Trial of Dominga Ferrer, “La Coja”, Pozán de Vero (Huesca), 1534, Archivo Histórico Provincial de Huesca, Huesca, C. 31–2, fol. 40.

29“El dicho señor justicia … mandavit hazer ocular inspection si salían lágrimas de los ojos de la dicha Domenicha al tiempo que hazía como que lloraba o no, y ningunas lágrimas parescieron que le saliessen de sus ojos.” Ibid., fol. 40.

30“Havían visto a una hija de la dicha Burguesa, llamada Catalina Burgués, un señal de pie de gallo en las espaldas, como sellado a modo de marco, y que en el lugar ha oydo dezir que la dicha Burguesa algunas noches no haze sino levantar una losa del fuego y darse una palmada en las nalgas y salirse por la chimenea arriba.” Trial of Susana Dalmau, Peñarroya de Tastavins (Teruel), 1591, Archivo Diocesano de Zaragoza, Saragossa, C. 74–30, fols. 31v–32r.

31“Fue y es verdad que el notario y comisario ante quien y en cuyo poder han jurado y deposado los asertos testigos … para indagar, ver, descubrir y sacar en limpio que la hija de dicha Burguesa, llamada Catalina Burgués, tenía y tiene el sobredicho señal de pie de gallo en las espaldas, mandaron y hizieron traer ante sí dicha muchacha … y desnudar aquélla, y la reconocieron y miraron con mucha curiosidad las espaldas, indagando y inquiriendo si tenía dicho señal de pie de gallo. Y jamás le hallaron tal señal, ni vieron ni conocieron indicio ni rastro alguno dello, y assí es verdad.” Ibid., fols. 32r–v.

32“Avía hecho officio de saludador muchos años, fingiendo que tenia virtud para curar mordeduras de perros raviosos, y para curar de otras enfermedades y librar los terminos de piedra, diziendo que tenía en un braço la rueda de Santa Catalina y en otro braço una cruz, las quales se avía hecho con una aguja para engañar y dar a entender que avía nacido con ellas. Y que las enseñava a muchos para que creyesen que tenía virtud … y que asímismo dava a entender que era hijo sétimo y que tenía virtud y gracia de Dios.” Account of the trial of Gabriel Monteche, Saragossa, 1619, Archivo Histórico Nacional, Madrid, Inquisición, Libro 991, fol. 435v.

33“Se ponía un gusano en la voca, y dava a entender a algunos que estavan tocados de perros raviosos, y que él era saludador y que se lo quitaría. Y que hacía que un cirujano le rompiesse el pellejo, sacándole un poco de sangre, y que él llegava, chupava aquella sangre, y después la hechava en una escudilla de agua y, revuelta con ella, hechava el gusano que tenía en la voca y, como salia mezclado en la sangre que avía chupado, entendían y creýan que lo avía sacado del cuerpo del hombre, y le davan dinero y tenían por saludador, y que por gracia de Dios hacía aquellas curas.” Ibid., fol. 433v.

34“Era falso para estafar y sacar dineros, y que todos los que andavan saludando haçían lo mismo, engañando y fingiendo que tienen graçia particular de Dios. Y declaró que también entrava en un orno caliente, y que entrava muy deprissa, tapada la cara, entrando bestido y de rodillas y de codos, y luego se salía, y assí no se quemava y sólo se calentava el bestido, sin ofenderle el fuego, y dava a entender que era milagro y lo hacía como saludador.” Ibid., fol. 436v.

35“Podría ser que algunos hombres fuesen así complexionados que tuviesen virtud natural oculta en el aliento y en la saliva, y aun en el tacto, por razón del temperamento de las cualidades complexionales. E así podrían los cuatro humores, que son cólera y sangre, fleuma y melancolía, estar en algún cuerpo humano en tal temperamento y armonía que de allí resultase una virtud oculta natural … De donde parece que no son de condenar los que tales virtudes naturales muestran … y así parece que los que tienen estas virtudes naturales que no se hallan comunmente en los hombres, salvo en pocos casos particulares, se pueden llamar saludadores.” See Martín de Castañega, Tratado de las supersticiones y hechicerias (1st ed., 1529), Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1946, pp. 62–4.

36“Embaydores de la simple gente”, “malditos engañadores del mundo”, “borrachones viciosos que andan por el mundo en nombre de saludadores”, Pedro Ciruelo, ‘Capitulo seteno: en que se disputa contra los comunes saludadores’, in op. cit., note 1 above, pp. 100–7.

37“Está ya probado que toda sanidad que se procura de hazer con solas palabras es pecado de superstición, y aun pecado de tentar a Dios en las enfermedades que se pueden curar por medicinas naturales. Excepto cuando esto hazen hombres santos, siervos de Dios, y no de los borrachones viciosos que andan por el mundo en nombre de saludadores, y destos se entiende todo lo que en este capítulo hemos escrito contra los comunes saludadores, no de otros hombres simples y buenos que por ventura tienen alguna gracia especial de Dios para sanar con su buena devoción, poniendo la mano y rezando buenas oraciones. Mas destos ay muy pocos en el mundo. Y, por esso, los prelados y los juezes suyos los deven bien examinar para ver quáles son de los unos, y quáles de los otros.” Ibid., p. 103.

38One notable example is known in Valencia, where, during the sixteenth and part of the seventeenth centuries there existed the post of “examinador de saludadores”. As María Luz López Terrada notes, this was held for some years by a certain Domingo Moreno, a needle-maker, and himself a saludador. María Luz López Terrada, ‘Las prácticas médicas extraacadémicas en la ciudad de Valencia durante los siglos XVI y XVII’, Dynamis, 2002, 22: 85–120, pp. 118–19; José Rodrigo Pertegás, ‘Los “saludadors” valencianos en el siglo XVII’, Revista Valenciana de Ciencias Médicas, 1906, 8: 219–20.

39“Mandamos a los curas y sus regentes que no permitan en sus parroquias saludadores, si no es con expressa licencia nuestra en escrito, en que conste pueden exercitar dicho oficio, pena de cinquenta reales cada vez, y mandamos a los jurados y juezes ordinarios no lo consientan, so la misma pena.” Constituciones Sinodales del Arzobispado de Zaragoza de Antonio Ibañez de la Riva, Saragossa, Pascual Bueno, 1698, fols. 471–2.

40“… el ofiçio de saludador, y con occassión del ofiçio de saludador había andado por los lugares del Reyno de Aragón. Y que se puso a hazer este ofiçio porque le dijeron los saludadores que tenía virtud para saludar y curar de rabia, y que tenía la rueda de Santa Catalina devaxo la lengua, porque les había dicho era hijo seteno varón de su madre.” Account of the trial of Andrés Mascarón, Archivo Histórico Nacional, Madrid, Inquisición, Libro 991, fol. 574r.

41“Los saludó a todos, y dava a besar un Christo, y los soplaba. Y dixo a la justicia y jurados que a la persona a quien diese mayor soplo, aquél era bruxo o bruxa, y que el notario las asentasse por tales, asegurándoles que las que señalava, sin escrúpulo las podían castigar por bruxas, y prendieron a algunas sólo por su dicho.” Ibid., fol. 574r.

42“Señaló treçe bruxas, de las quales nombró çinco, y fueron presas y ahorcadas las quatro, y la otra desterrada… y que, preguntándole el testigo cómo conocía las bruxas, dixo que en viendo la que era bruxa se le encendían las carnes, y más quanto más antigua lo era, y que la villa de Bielsa le pagó el trabajo de saludar … y le dieron cien reales.” Ibid., fol. 574v.

43For a comparison with the “witch-finders” of England, see James Sharpe, Instruments of darkness: witchcraft in England, 1550–1750, London, Hamish Hamilton, 1996; Malcolm Gaskill, Witchfinders: a seventeenth-century English tragedy, London, John Murray, 2005.

44“Estando un hombre del dicho pueblo sin calentura ni otra enfermedad … se tuvo sospecha en el pueblo que dicha Bárbara Blanc le havía atado … y traxeron un hombre de fuera, el qual era fama conozía brujas, y en el tiempo que aquel hombre estuvo en Peñarroya, esta respondiente no parezía ni entrava en la casa donde estava el enfermo, teniendo de costumbre entrar en la dicha casa.” Trial of Bárbara Blanc, Peñarroya de Tastavins, 1591, Archivo Diocesano de Zaragoza, Saragossa, C. 1–34, fol. 24.

45“Viniendo a visitar la tierra los señores inquisidores, como se publicó en Herrera que los inquisidores traían consigo un bruxo para conocer las bruxas, la dicha Pascuala se fue del lugar de Herrera al lugar de Azuara, donde estubo hasta que los inquisidores se fueron de por esta tierra.” Trial of Pascuala García, Herrera de los Navarros, 1572, Archivo Diocesano de Zaragoza, Saragossa, C. 2–12, fol. 8.

46“Quando hombres de buena vida, santos y amigos de Dios, de quien se cree que tienen gracia especial de Dios para saludar, saludan y curan y professan vida de santidad, y dizen oraciones santas, en éstos bien se puede confiar.” Navarro, op. cit., note 14 above, fol. 95.

47“Pregúntase: Padre, acúsome que en otra ocasión me mordió un perro rabioso y yo llamé a un saludador, que con el aliento y hazer la señal de la cruz, me dio salud. Contesta: Y este saludador, ¿era persona virtuosa y de buenas costumbres? Pregúntase: Padre, sí era persona honesta y por tal reputada. Contesta: Lo cierto es que aunque el vulgo dize que los saludadores tienen virtud, no dexa de ser materia muy sospechosa … Lo que dizen los doctores en este punto es que si la persona que cura es pía y virtuosa, y no se halla en su modo de curar alguna vana circunstancia, se puede permitir.” Jaime de Corella, Practica de el confessionario, Madrid, 1690, fols. 13–14.

48“Saying he knew how to heal all ailments, they took him to a girl who was sick, and he gave her something to drink, and soon afterwards she died.” Account of the trial of Andrés Mascarón, Archivo Histórico Nacional, Madrid, Inquisición, Libro. 991, fol. 574r.

49Santa Orosia, the least-known name in this list, was the patron saint of Jaca (Huesca), famous, among other things, for curing those possessed by the devil who, from at least the thirteenth century onwards, would flock to the city on 25 June each year to be healed. See Enrique Satué Oliván, Las romerías de Santa Orosia, Saragossa, Diputación General de Aragón, 1988; Ricardo Mur Saura, Con o palo y o ropón. Cuatro estampas inéditas sobre el culto a Santa Orosia, Jaca, R Mur, 1995.

50Account of the trial of Andrés Mascarón, Archivo Histórico Nacional, Madrid, Inquisición, Libro 991, fol. 575v.

51Account of the trial of Francisco Casabona, Archivo Histórico Nacional, Madrid, Inquisición, Libro 991, fol. 639v.

52“Siendo de ocho años, estando en la ciudad de Çaragoça, se puso a servir a un soldado llamado Morales, cabo de esquadra de un capitán llamado Felipe de Vera, y que anduvo con el año y medio por Castilla, y se fueron a embarcar a Cartagena, adonde se quedó.” Ibid., fol. 637v.

53“… se despidió del dicho Morales y començó a hacer el oficio de saludador valiéndose de las dichas letras y patente del Santo Oficio. Y ansí le daban en los lugares lo que avía menester de comida y dinero. Y andubo por el reyno de Valencia, Aragón, Navarra y Cataluña como saludador, saludando hombres y mugeres, y los ganados, y que se pasó a Francia, y Italia, y Sicilia, y en todos los lugares presentaba las dichas letras y saludaba y le daban lo neçessario.” Ibid., fols. 637v–638r.

54“Por el mes de mayo de 1623 fue este reo al dicho lugar del Pueyo y se presentó ante ellos … y les dixo que era saludador y les presentó unas letras y patente diciendo que eran concedidas por los inquisidores de Aragón … y les requirió le diesen favor y ayuda para exercitar el oficio de saludador y le diesen de comer y cabalgadura para yr a otro lugar. Y creiendo los testigos que las dichas letras eran verdaderas, las obedecieron y juntaron público concejo. Y que estando junto el concejo, entró este reo y allí públicamente presentó dichas letras, diciendo que si los jurados y el concejo no hacían lo contenido en ellas incurrirían en indignación de los inquisidores y caerían en penas y censuras a ellos reservadas.” Ibid., fol. 633r.

55“… aunque le parecía que dichas letras no eran verdaderas, le hiço dar posada y lo que hubo menester … Y que saludó a hombres y mugeres y ganados del dicho lugar. Y porque no le dio cavalgadura para pasar a otro lugar, amenaçándole con el Santo Oficio, le dixo que pues rehusaba de darle cavalgadura y no cumplía las letras que le avía presentado, le avía de haçer yr a la Inquisiçión. Y que se fue muy colérico y enojado.” Ibid., fol. 635v.

56“… le diese nómina por escrito de todas las mugeres del lugar para señalar a las que eran brujas, y el testigo no se la quiso dar.” Ibid., fol. 635r.

57“… un catálogo y papel donde estaban escritas treinta y seis mugeres del dicho lugar de Panticosa, y le dixo se guardasse de aquellas, porque todas eran brujas, dando a entender que las conocía con el arte de saludador.” Ibid., fol. 635r.

58“… que quería dar buelta por todos los lugares de aquellas montañas para saber qué mugeres eran brujas, y que le embiaría memoria de las que lo fuesen para que las castigase conforme los estatutos.” Ibid., fol. 636v.

59See Manuel Gómez de Valenzuela, ‘El Estatuto de Desaforamiento del Valle de Tena de 1525 por delitos de brujería y hechicería’, Boletín del Colegio de Abogados de Aragón, 1989, 115: 89–109.

60“… avían dado en algunos lugares de la Montaña de Jaca … porque le decían en aquellos lugares que tenían sospecha de brujas las mugeres en ellos contenidas.” Account of the trial of Francisco Casabona, Archivo Histórico Nacional, Madrid, Inquisición, Libro 991, fol. 639r–v.

61“Deçía y se alababa que conoçía las brujas y savía quién lo eran y dónde se juntaban, declarando que en tal lugar havía tantas y en tal, tantas más o menos … y que preguntándole cómo las conoçía, respondía que era muy fáçil y que qualquiera que supiera lo que él, las conocería.” Account of the trial of Jacinto Vargas, Archivo Histórico Nacional, Madrid, Inquisición, Libro 992, fol. 251r.

62“Con cierto medicamento que él pusiese en la pila de el agua bendita de la iglesia, haría que si las brujas llegaban a tomarla no pudiesen, y se quedarían con los dedos en el ayre, meneándolos como quien toca un monocordio.” Ibid., fol. 251v. (The monochord was a musical instrument mainly used for tuning purposes. It had a single string stretched across two movable bridges.)

63“Confessó que en muchas ocasiones havía dicho que conoçía las brujas.” Ibid., fol. 252r.

64“Fue mandado reprehender y advertir y que se fuesse libre.” Ibid., fol. 252v.

65It is worth remembering that, after being denounced, Jacinto was called to appear before the Saragossa tribunal, whereupon he fled to France and “was absent for a period of five months”. After this, however, he returned “of his own volition”, which was viewed in a positive light by the inquisitors. Ibid., fols. 252r–v.

66On age and its relationship with inquisitorial jurisdiction, see Henry Charles Lea, A history of the Inquisition of Spain, New York, Macmillan, 1906–7, vol. 2, pp. 3–4; Haim Beinart, ‘El niño como testigo de cargo en el Tribunal de la Inquisición’, in José Antonio Escudero (ed.), Perfiles jurídicos de la Inquisición española, Madrid, Universidad Complutense, 1989, pp. 391–400.

67“Que en adelante no cure por ensalmo ni stanque sangre ni se jacte tiene gracia para curar ni adivinar ni ver los difunctos ni otras cosas debajo de tierra ni que conoce las brujas y hechiceras, so pena de dosçientos açotes por las calles públicas, y otras a arbitrio del tribunal, y que no quebrante la assistencia en dicho convento.” Account of the trial of Juan de Mateba, Saragossa, 1658, Archivo Histórico Nacional, Madrid, Inquisición, Libro 998, fol. 94r.

68“Que dezía entraría en un orno cuando estuviera más encendido y mediría una barra de yerro encendida con las manos o con los pies descalzos.” Account of the trial of Juan José de Venegas, Saragossa, 1685, Archivo Histórico Nacional, Madrid, Inquisición, Libro 998, fol. 279r.

69“… descubierto a una muger por bruja y había dado razón dello a la Inquisición. Y que era tan cierto ser otra muger bruja como él cristiano. Y que había querido saludar a una muger espiritada diciendo era bruja y que la había de llevar a la Inquisición, pues tenía autoridad para ello.Y que había saludado a una muchacha espiritada y que había hecho bajar a los demonios al tobillo del pie y los había atado allí, y que tenía gracia y potestad sobre los demonios.” Ibid.

70“Estaba baptizado y confirmado en la iglesia de San Pedro de Toledo por el arzobispo de aquella ciudad”; “… confesava y comulgaba de quince a quince días, y la última vez en la iglesia del Pilar de Zaragoza.” Ibid., fol. 278v.

71“… un supersticioso, y más siendo recién convertido, y que era embustero y sospechoso de tener pacto expresso con el demonio”. Ibid., fol. 279r.

72See Luis S Granjel, El ejercicio de la medicina en la sociedad española del siglo xvii, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1971, pp. 14–16; Miguel Eugenio Muñoz, Recopilación de las leyes, pragmáticas reales, decretos y acuerdos del Real Protomedicato, Valencia, Imprenta de la Viuda de Antonio Bordazar, 1751.

73See María Tausiet, ‘Religión, ciencia y superstición en Pedro Ciruelo y Martín de Castañega’, Revista de Historia Jerónimo Zurita, 1992, 65–66: 139–48.

74“… un hombre que cura con exalmos, santiguaciones y se haze adevino, y con éstas y otras muchas cosas lleba engañadas a muchas gentes, y les lleba dineros y otras dádivas.” Trial of Jaime Royo, La Peña del Cid (Teruel), 1598, Archivo Diocesano de Zaragoza, Saragossa, C. 76–23, fol. 8v.

75“Este rebelante es casado … con Catalina López y que, teniendo sospecha de si era bruxa, porque de su madre della se dezía que lo era, para saberlo, estando en Blesa y diziéndole algunas gentes que un hombre de La Peña del Cid que se llama Jaime Royo era adivino, fue allá y le contó su intento. Y él le dixo que se fuese y que dentro de tres días soñaría si lo era o no, y vería señales.” Ibid., fol. 26r.

76“Aquella noche durmió a una legua de allí con un frayle gerónimo, y no soñó nada. Y la segunda noche durmió en Blesa, y soñó que era bruxa, y se entristeció mucho, y vio un aclaror en el aposento y un bulto blanco redondo del tamaño de un sombrero.” Ibid., fols. 26r–v.

77“Volvió de allí a tres meses … al mesmo Jayme Royo y le dixo lo que le había sucedido. Y Royo le dixo que él lo sabía, y que fuese a su muger y que ya no le podría hazer cossa que él no la sintiesse.” Ibid., fol. 26v.

78“Y assí, fue. Y la primera noche que durmió con ella, a media ora … sintió que como con una barrena le andaban al derredor en la barba, y después en la mollera, en los ojos y en los hoydos. Y que, por estar ascuras, no le bio la mano a ella, pero bien hechó de ber que estaba en la cama y que se remezía, haunque a la mañana se lo negó, diziendo que era el diablo quien le engañaba, que era con quien él habría hablado.” Ibid., fol. 26v.

79“El rebelante se vino—en março hizo un año—por no matarla. Y volvió a La Peña del Cid y habló con el mesmo Jayme Royo.” Ibid., fol. 26v.

80“Jaime Royo … le dixo que era un nezio en habérsele descubierto, pero que no se le diese nada y que, si quería volber segunda vez a la tierra, que se escondiese y lo vería todo.” Ibid., fol. 26v.

81“… que no santiguasse … ni hiziesse officio de adevino”. Ibid., fol. 26v.

82See James S Amelang, ‘Durmiendo con el enemigo: el diablo en los sueños’, in María Tausiet and James S Amelang, El diablo en la edad moderna, Madrid, Marcial Pons, 2004, pp. 327–56.

83See Ole Peter Grell and Andrew Cunningham (eds), Medicine and religion in Enlightenment Europe, Aldershot, Ashgate, 2007; Owen Davies and Willem de Blécourt (eds), Beyond the witch trials: witchcraft and magic in Enlightenment Europe, Manchester, Manchester University Press, 2004.

84“No hay más probabilidad en la existencia de los Duendes, que en la virtud de los Saludadores.” Feijoo, op. cit., note 17 above, p. 18.

85See Enrique Perdiguero and Josep Maria Comelles (eds), Medicina y cultura: estudios entre la antropología y la medicina, Barcelona, Bellaterra, 2000; Enrique Perdiguero, ‘Aproximación al pluralismo médico en la España de finales del siglo xix: el uso de elementos mágicos’, Medicina e Historia: Revista de estudios históricos de las ciencias médicas, 2005, 4: 1–15.

86See Montserrat Cabré i Pairet and Fernando Salmón Muñiz, ‘Poder académico versus autoridad femenina: la Facultad de Medicina de París contra Jacoba Felicié (1322)’, Dynamis, 1999, 19: 55–78. This article is part of the section ‘Mujeres y salud: prácticas y saberes’, edited by Montserrat Cabré i Pairet and Teresa Ortiz Gómez (pp. 17–400).

87See María Tausiet, ‘Comadronas-brujas en Aragón en la edad moderna: mito y realidad’, Manuscrits, 1997, 15: 377–92; Teresa Ortiz, ‘From hegemony to subordination: midwives in early modern Spain’, in Hilary Marland (ed.), The art of midwifery: early modern midwives in Europe, London, Routledge, 1993, pp. 95–114.