Published online by Cambridge University Press: 18 October 2010
Several projects carried out at Copan since 1975 provide extensive settlement data that form the basis for a simulation of Copan population history between A.D. 400–1250. Most important is a set of 2,048 obsidian hydration dates, associated with 15% of all known sites, that allows unprecedented chronological control of occupational episodes at domestic sites of all social ranks. This article summarizes the results of our simulation, and some of its implications for agricultural intensification, sociopolitical structure, and labor demand for elite construction projects.
En 1975 Gordon Willey inició una nueva fase de investigaciones arqueológicas en el sitio de Copan, en el occidente de Honduras. Tanto este proyecto como los que le sucedieron (en particular la Fase II del Proyecto Arqueológico Copan, y otros proyectos relacionados de la Universidad Estatal de Pennsylvania), se enfocaron fuertemente en la arqueología de asentamientos, incluyendo reconocimientos, sondeos extensos y excavaciones de gran escala en grupos domésticos que representan a todos los niveles sociales. Uu resultado es un conjunto de 2,048 fechas de hidratación de obsidiana, obtenidas en 208 sitios (alrededor de 15% de los conocidos). Estas fechas, junto a la informatión asociada sobre los asentamientos, proveen una base para una simulatión preliminar de la historia demográfica de Copan entre 400 y 1250 d.C, durante las fases cerámicas Acbi y Coner.
Al principio de la fase Acbi, Copan contaba con aproximadamente 3,000 personas, con fuerte concentratión en los 24 km2 de la hondonada central de Copan, y particularmente en los suelos ricos del piso del valle. Entre 400 y 750 d.C. la población aumentó rapidamente, en particular durante el siglo VI, cuando dominaba el gran rey Humo Imix. Un pico máximo de 26,000 a 27,000 personas se alcanzó entre 750 y 900 d.C; la mayor parte estaba concentrada aún en la hondonada central, y un 25–30% vivía en sitios de élite. Un descenso acelerado se hace evidente después de 900 d.C, acompañado per movimientos de la población hacia otras partes del valle. No bubo un colapso demográfico abrupto, y cerca de un tercio de la población estaba presente todavía hacia 1000–1050 d.C; 200 años después el valle estaba esencialmente despoblado.
Solo unos 55–60 km2 del valle de Copan poseen suelos de buena calidad, y para 750–800 d.C. la densidad de la población era extremadamente alta, sin duda demasiado para la capacidad productiva del valle. La evidencia de ingeniería agrícola es escasa, y se piensa que los mayas de Copan intensificaron el uso de la tierra reduciendo el tiempo de barbecho y sembrando las relativamente poco fértiles laderas de las colinas, altamente susceptibles de erósion. Para el final del siglo VIII hay evidencia pronunciada de niveles destructives de erosión. El déficit del área central debió ser afrontado poniendo en producción las zonas aledañas, y muchos sitios rurales debieron haber sido ocupados por agricultores del Valle de Copan.
Los sitios y poblaciones de élite estaban fuertemente concentrados en unos pocos kilómetres alrededor de la capital real, el Grupo Principal. Un 25–30% de la población total vivía en sitios de élite, pero muchos residentes eran de bajo status; las persoeas de alto rango conformaban probablemente menos del 10% de la población. Fuera del Grupo Principal no parece haber edificios de élite grandes y elaboradas antes de 700–750 d.C. Para esta época, la población no élite era lo suficientemente graede para que las demandas de trabajo no fuesen onerosas, y aún la demanda adicional planteada por los programas de construcción de los reyes no era quizás excesiva.