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Theory of History: Twelve Mexicans
Published online by Cambridge University Press: 11 December 2015
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The study of history is a major preoccupation for any society and every country devotes a good part of its intellectual energy in one form or another to the consideration and examination of the past. Those who make a profession of that business, the historians, are always significant weather vanes, pointing out the direction the wind blows in their own culture and indicating at times its velocity as well.
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- Copyright © Academy of American Franciscan History 1961
References
1 “Esta capacidad de asomarse a la vez al incoherente panorama del mundo y establecer estructuras objectivas … encuentra en la mente Americana un terreno fértil y abonado. Ante el Americano medio, el Europeo medio aparece siempre encerrado dentro de una muralla china, e irremediablemente, como un provinciano del espíritu.” Reyes, Alfonso, Ultima Tule (México, 1942), p. 142.Google Scholar
2 Ibid., p. 201.
3 Obregón, Luís González, Ensayos históricos y biográficos (México, 1937), pp. 242–243.Google Scholar
4 Gaos, José, “O’Gorman y la idea del descubrimiento de América,” Historia mexicana, 1 (Enero-Marzo 1952), 488–489.Google Scholar
5 “La historia es una imitación creadora; no una invención creadora como el arte, ni una síntesis abstracta como las ciencias, ni una intuición de lo universal concreto como la filosofía. El historiador revive el pasado, lo reanima, lo resucita. Su labor es, como la del artista, esencial y fundamentalmente intuición de individualidades y peculiaridades.” Caso, Antonio, El concepto de la historia universal y la filosofía de los valores (México, 1933), p. 40.Google Scholar
6 Ibid., pp. 9, 48, 63, 89, 92.
7 “ La historia … es el que se ocupa de ‘nosotros,’ de la humanidad, como factor pensante y activo en la marcha maravillosa del mundo … presentando ese cuadro anchuroso del pasado … con esa serie de eslabones … que nos traen hasta la época presente … preparado por la cadena de los siglos.” Saravia, Atanasio G., Ensayos históricos (México, 1937), pp. 208–209.Google Scholar
8 “Todo lo que existe tiene una causa que lo produce y una historia que lo explica; para entender cualquier cosa hay que conocerla por sus causas o por sus antecedentes. …” Caso, Alfonso, “Por qué deben conservarse los restos de una vieja civilización?” Cuadernos americanos, 3 (Mayo-Junio 1942), 122–133.Google Scholar
9 “… la existencia humana es capaz de conocerse a sí misma, puesto que, como ya sabemos ahora, la historia es existencia humana.
De aquí podemos anticipar … que la ciencia histórica (conocimiento teorético de la historia) solo será auténtico conocimiento de su objeto, en la medida en que no oculte, antes descubra (operación de la verdad) la estructura de la existencia humana en cuanto que es ella lo primariamente histórico de la historia.” O’Gorman, Edmundo, Crisis y porvenir de la ciencia histórica (México, 1947), pp. 10, 208.Google Scholar
10 “ La historia es … el relato de acontecimientos pretéritos relativos a la humanidad y al medio cósmico que la rodea, considerados en sí mismos y en sus mutuas relaciones.” Gamio, Manuel, “La reconstrucción histórica,” Historia mexicana, 1 (Oct.–Dic. 1951), 165–172.Google Scholar
11 “… pero si se le considera como el ser espiritual que es, desde el punto de vista en que se diferencia del animal, el hombre no será un ‘callejón sin salida,’ sino todo lo contrario, será una salida, representará una dirección. … Entonces la Historia dejará de ser algo inútil, se convertirá en un proceso de humanización.” Zea, Leopoldo, from Introduction to Max Scheler, Hombre y cultura (México, 1947), p. 9.Google Scholar
12 “… la obra histórica es siempre una operación de orden artístico, la cual toma á la ciencia, exclusivamente, los métodos de comprobación. Y la metódica, ¿á qué se reduce? ¿ Á qué se reduce la famosa técnica? La famosa técnica se reduce a no mentir a sabiendas, y eso es todo. Ni más ni menos.” Reyes, Alfonso, “Mi idea de la historia,” Memoria del primer congreso de historiadores de México y los Estados Unidos celebrado en la ciudad de Monterey, Nuevo León, México, del 4 al 9 de Septiembre en 1949 (México, 1950), pp. 286–288.Google Scholar
13 “… la historiografia, una vez admitida en la sociedad de, las ciencias, pasará de su hundo y primitivo descaro a una vida de dignidad imparcial y desinteresada. … Por supuesto una verdad de la ciencia química, la dinamita, por exemplo, era tan desinteresada como una querida; pero la hermosa ficción debía mantenerse a toda costa. … Ciego, brutal, estulto, e incomprensivo se ha instalado el terrorismo de quien sabe más habladurías; de quien tiene la capacidad de organizarlas lógicamente … de quien acumula más notas … en suma, del tipo de historiógrafo consagrado por la tradición; ese pobre hombre que hace alarde sin cesar de lo que él mismo llama pomposamente ‘su acucioso e infatigable espíritu científico de investigación.’ Terrorismo que se ejerce en nombre de una pretendida verdad histórica, que no es sino gigantesca, inacable y banal habladuría. … El hombre de la inautenticidad sólo reconoce lo histórico donde ve un cerro de casas que quedan, del modo que … sólo reconoce la muerte donde ve un cadáver.” O’Gorman, , Crisis y porvenir de la ciencia histórica, pp. 34–36, 237–238, 248.Google Scholar
14 Caso, Alfonso, “Por qué deben conservarse los restos de una vieja civilización?,” pp. 123–124.Google Scholar
15 Caso, Antonio, El concepto de la historia universal y la filosofía de los valores, p. 53.Google Scholar
16 Reyes, , “Mi idea de la historia,” p. 288.Google Scholar
17 Zabre, Alfonso Teja, Dinámica de la historia y frontera interamericana (México, 1947), pp. 66–68, 183–185, 188.Google Scholar
18 “… día por día ir acrecentando el campo de los conocimientos en nuestra historia y acopiando materiales que nos permitan … ir descifrando la significación de los sucesos, para obtener del pasado la explicación y fundamento del presente y la preparación del porvenir, llegando así la ciencia de la historia a ser, no sólo un estudio curioso de eruditos, sino la buena maestra que nos enseñe el por qué de la actividades humanas, las leyes que han regido los movimientos políticos y sociales del mundo, y nos permita, si sus enseñanzas se interpretan con acierto, saber lo que mañana resultará de las actividades de hoy.” Saravia, , Ensayos históricos, pp. 207–209.Google Scholar
19 “ Efectivamente, no es posible explicar los fenómenos históricos sin conocer a fondo las condiciones económicas de cada época y de cada país, es decir, sin conocerlas en el tiempo y en el espacio. … Sólo puede comprenderse con claridad y descubrir el enlace lógico de acontecimientos aparentemente obscuros o contradictorios, a la luz del materialismo histórico. … Esto es cierto, pero a juicio nuestro también es verdad que no es ésa la única luz ni es éste el único microscopio.” Herzog, Jesús Silva, Meditaciones sobre México; Ensayos y notas (México, 1948), pp. 161, 164, 168.Google Scholar
20 Reyes, , “Mi idea de la historia,” p. 288.Google Scholar “… si en otros tiempos se concibió la Historia como arte que podía ser ciencia y en los nuestros se la concibe como ciencia, hay que añadir: que debe ser arte—en la definitiva plentitud de su composición.” Gaos, José, “O’Gorman y la idea del descubrimiento de América,” Historia mexicana, 1 (1952), 479.Google Scholar
21 “ Las ciencias, que proceden por acumulación, por construcción sucesiva, son esencialmente progresivas. Pero el arte no puede serlo. … El artista … en lo que hay de arte verdadero en sus obras, no se equivoca nunca. Tiene la misma infalibilidad del instinto. … La histórica es intuición de lo individual-concreto-real; estudia lo que ha sido sólo una vez en el tiempo y el espacio. El arte trata de lo individual-concretoposible.” Caso, Antonio, El concepto de la historia universal y la filosofía de los valores, pp. 28, 139.Google Scholar
22 “ Lo que importa no son las concepciones filosóficas por sí mismas, sino el por qué de estas concepciones filosóficas. Este ‘por que’ se encuentra en la historia. … La filosofía alcanza su comprensión situada en un horizonte histórico.” Zea, Leopoldo, El positivismo en México (México, 1943), pp. 19–24.Google Scholar
23 “Suponiendo que el progreso existiera objetivamente, lo que es inadmisible, el concepto mismo de filosofía de la historia resulta contradictorio en sí, independientemente de la evolución progresiva de la humanidad … la filosofía tiene por fin la concepción sintética del mundo como totalidad. … La historia … se propone la descripción o la intuición de cosas, seres, situaciones contingentes, irreductibles, únicas en su individualidad. … La historia es una imitación creadora; no una invención creadora como el arte, ni una síntesis abstracta como las ciencias, ni una intuición de lo universal concreto como la filosofía.” Caso, Antonio, El concepto de la historia universal y la filosofía de los valores, pp. 39–47, 84–92.Google Scholar
24 “… al declararse que lo contemporáneo no es susceptible de ser historiado se está afirmando en realidad que ' uno no es todavía ' histórico, que es exactamente lo mismo que … piensa el hombre de la vida cotidiana acerca de la muerte. …” O’Gorman, , Crisis y provenir de la ciencia histórica, p. 248.Google Scholar
25 Villegas, Daniel Cosío, Extremos de América (México, 1949), pp. 118–120.Google Scholar
26 Gaos, , “La Profesía en Ortega,” p. 71.Google Scholar
27 Reyes, Alfonso, The Position of America and Other Essays (New York, 1950), pp. 34–38.Google Scholar
28 Kierkegaard, sometimes regarded as the “father” of existentialism, is credited with the view that to study history to understand life is unauthentic since only one's own life gives the basis for judging the authentic and unauthentic. The existing individual can by thought only light up the next step, not the end and whole. Only from a point outside existence would it be possible to survey the totality of existence. Martin Heidegger, one of the major existentialists, has declared that personal existence as a temporal process is historical and makes history. The future sends one back to the present and to the past and existence is concerned to select from tradition what is repeatable (possible). The business of the historian is to disentangle from the actual (existence) what is universal, repeatable, possible. The historian can only do this if he is himself dispersed in the unauthentic existence of everyday life and is actively living in the present while re-living the past. History thus is objective only in being subjective; it is the specific product of a man oriented toward the future. Blockham, J. J., Six Existentialist Thinkers (London, 1951), pp. 20, 101.Google Scholar These views seem to be basic existentialist views and are the major criteria used in constructing this section.
28 “La realización del hombre es una obra colectiva de consecución individual. … El progreso no es colectivo sino individual. No es el triunfo de todos, sino de algunos. … Culturas, naciones y ciudades; valores económicos, estéticos, éticos, etc., son relaciones de los hombres entre sí. A través de estas relaciones, Dios crea, en la creación individual. La historia no tiene sentido ni valor. Lo único valioso y pleno de sentido es la vida personal. … Sólo el ser individual es real, pero no está aislado; sin otro como él no habría podido modelarse como ha venido modelándose en el curso de los siglos. Y toda esta marcha de la historia, toda esta sucesión de sociedades, Estados, naciones, religiones, filosofías, técnicas, artes, letras y ciencias, por todos elaborada, cobra sentido únicamente, en la integración de individuos humanos superiores.” Caso, Antonio, El concepto de la historia universal y la filosofía de los valores, pp. 111–117, 119–125.Google Scholar
30 Zea, Leopoldo, Dos etapas del pensamiento en Hispano-américa, pp. 15–29 Google Scholar; “La historia de la cultura … es la historia de esta lucha del hombre para situarse ante los otros y para situar a éstos ante sí mismo. … El hombre es el único ente que da sentido a lo que le rodea. … Cada una de las cosas que le rodean es convertida en algo sólido y seguro mediante el sentido de que las dota. … Pero dentro de ese mundo que le rodea se encuentran unos entes que no sólo se niegan a ser cosas sin más, sino que a su vez le amenazan con cosificarlo. Por su seguridad, para afirmar su existencia, como antes la ha afirmado frente a la naturaleza, se opone a estos entes que, a semejanza suya, se enfrentan a él.” Zea, Leopoldo, “Dialéctica de la conciencia en México,” Cuadernos americanos, 57 (Mayo-Junio, 1951), 87–88, 102.Google Scholar
31 “… la sucesión temporal de los hechos se alinea en un desarollo continuo en el que la situación actual añade siempre un elemento nuevo al pasado, de manera que ésta nunca se repite igual en el presente.” Ramos, Samuel, El perfil del hombre y la cultura en México (México, 1938), pp. 17–18.Google Scholar
32 Zabre, Teja, Dinámica de la historia y frontera interamericana, pp. 1, 24–25.Google Scholar
33 Gamio, Manuel, “La reconstrucción histórica,” Historia mexicana, 1 (Oct.-Dic. 1951), 170–172.Google Scholar
34 “…la ciencia histórica debe mostrar las condiciones que determinan el ejercicio libre de la capacidad de engendrar historia de las existencias que fueron. … El hombre de la inautenticidad sólo reconoce lo histórico donde ve un cerro de cosas que quedan, del modo que … sólo reconoce la muerte donde ve un cadáver. Pero como, en efecto, los cadáveres ya no pueden hacernos nada, … en perfecta correspondencia con aquel sentimiento elevado por Ranke a postulado fundamental de la ciencia histórica, el hombre entregado a la inautenticidad de su existencia puede vivir en la ilusión de que, también la muerte, es algo que ‘no tiene ni puede tener influencia sobre su vida’. … El hombre se entrega al trabajo afanoso para procurarse a sí mismo el comfort de concebirse como cosa, a fin de no afrontar su verdadera condición y las responsibildades que su existencia bien interpretada le revelaría.” O’Gorman, Edmundo, Crisis y porvenir de la ciencia historica, pp. 213, 248, 301–302, 330–331.Google Scholar
35 José Gaos had translated Heidegger into Spanish and was teaching a course at the Universidad Nacional de México in Heidegger by 1946. Gaos, José, “La profesía en Ortega,” Cuadernos americanos, 29 (Sept.-Oct. 1946), 71–99 Google Scholar; XXX (Nov.-Dic. 1946), 83–107.
36 Ibid,, pp. 330–331.