38 - La iglesia de Istán
Published online by Cambridge University Press: 11 January 2024
Summary
Los moros fueron fuyendo
Maldiciendo su ventura
El maestre los siguiendo
Por las puertos de Segura
E feriendo, e derribando
E prendiendo a las manos
E Santiago llamando
Escudo de los cristianos.
Argote, Nobleza de Andalucía, p. 195.1El compadre de Pablo… Mas antes conviene que mis lectores sepan de estas personas que hasta ahora no han conocido.
Istán es un lugar colocado en lo más áspero de Sierra Bermeja, y cercado por todas partes de oscuros pinares y hondísimos derrumbaderos; al tiempo de la conquista de Ronda, casi todos sus moradores tornáronse cristianos y cambiose en templo católico la mezquita; debemos creer piadosamente que estos nuevos hijos de la ley de Dios no serían muy afectos a ella, pues su cura párroco, Pedro Escalante, que con su sobrina doña Juana vivía en una casa inmediata a la iglesia, estaba siempre en perpetua alarma, temiendo se rebelasen sus díscolos y agrestes parroquianos; en tan crítica situación contaba solo con el amparo de su sacristán; en efecto, Domingo era el matón de aquellos contornos, y justamente el compadre de Pablo, y a fuer de cristiano viejo y hombre de puños; hablaba a todos con voz alta y cascarreña, y se hacía respetar aún de los más atrevidos; mantúvose así algunos años; empero el oro y la continua seducción lo cambiaron de tal manera que no solo tenía ofrecido tomar la mano en el asunto del alzamiento, sino que era el jefe conocido de los descontentos de Istán, y en su casa estuviera el ferí cuando visitó el pueblo.
El inocente no sabía nada de lo que pasaba, y proseguía dispensando su confianza a tan perverso hombre, que hueco y envanecido con ella atreviose a mirar con amorosos ojos a la linda y agraciada doña Juana, que recibió con la debida indignación las declaraciones enérgicas y poco decorosas de un hombre de la laya de Domingo; seguro el malvado de que la incauta doncella no diría nada al cura, por no apesadumbrarlo, apretaba de tal modo sus ataques, que doña Juana suplicó encarecidamente a su tío la llevase a Ronda pretextando tristeza y falta de salud.
—¡Tú enferma! —exclamó el cura asombrado— Jamás te he visto más gorda y colorada que ahora.
—Pues a pesar de eso.
—Pero mujer, ¿qué tienes? ¿Qué te duele?
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- El ferí de Benastepar, o los moros de Sierra BermejaEdición, Introducción y notas de Javier Muñoz de Morales Galiana y Daniel Muñoz Sempere, pp. 249 - 253Publisher: Boydell & BrewerPrint publication year: 2023