43 - El tesoro
Published online by Cambridge University Press: 11 January 2024
Summary
Martín. Ese es otro desatino, ¿no es mejor que acá muramos? ¿Para eso solo nos vamos Tantas leguas de camino? Tú solo te puedes ir.
Don Juan. ¿Tanto un español desmaya?
Martín. ¿Has visto español que vaya De buena gana a morir?
Don Juan. ¿Tan cierto lo tienes ya?
Martín. Cuanto menos es mejor Y para incierto, señor Mejor estamos acá; Yo, punta de acero y bala, ¿fuego y flecha? Linda cosa.
Don Juan. Es muerte menos penosa.
Martín. Cualquiera muerte es muy mala.
Cada cual a su negocio, comedia de don Gerónimo de Cuéllar, jornada 1ª.—Señores —entró gritando don Sancho, sudado y fatigado—; estaba empezando a almorzar cuando me llegó el aviso, de suerte que me he acelerado tanto, que protesto que estoy a pique de tener una indigestión según lo mal que he masticado hoy.
—Nada, amigo mío, nada; como vivo tan retirado de la bulla, allá en aquel callejón junto a la Calle Real… Pero quitaos esa telaraña que tenéis en la frente… Parece que Zafra ronca a más no poder… ¡Hola! Amiguito…
—Yo no cedo a nadie mi cama —respondió este, bostezando.
—Que os haga buen provecho, pues a fe mía no es muy blanda.
—Sigamos —prosiguió Villalba—; pensando en aquello que mejor conviene para que no puedan sorprendernos la ciudad, lo primero deberá ser armar a todo el mundo, y salir a recobrar el castillo de Montejaque, que, aunque pequeño, es por su posición de la mayor importancia.
—Me parece muy bien pensado —respondió don Sancho.
—¿No pudierais vos encargaros de la empresa?
—¡Yo!
—Sí, vos; ¿es alguna locura lo que digo?
—Prueba por lo menos que no me conocéis; soy excelente para dar consejos, mas para tomar armas, no en mis días; mucho más desde que en el sitio de Almería juré no hacerlo.
—¿No se os enciende la sangre como a buen castellano?
—Sí, se me enciende muchísimo; pero luego pienso en el peligro, bebo un vaso de vino y templa mi ardor marcial.
—¡Un vaso de vino!
—Sí, señor, cada cual tiene su modo particular de atemperarse y refrescarse.
—Es cosa muy dulce morir por la patria.
—Esa dulzura se la regalo yo a cualquiera. ¿Y luego a qué salir a buscar la muerte, cuando ella, aunque nos pese, vendrá sin falta por nosotros?
—La gloria que se adquiere con las armas es eterna.
- Type
- Chapter
- Information
- El ferí de Benastepar, o los moros de Sierra BermejaEdición, Introducción y notas de Javier Muñoz de Morales Galiana y Daniel Muñoz Sempere, pp. 275 - 279Publisher: Boydell & BrewerPrint publication year: 2023