Quiero hablar de la eficacia que, en los períodos más dificiles como el actual, consolida, fortifica y embellece la acción de la Cruz Roja de Vietnam. Sea para proteger la vida humana y aliviar los sufrimientos sea para luchar contra el hambre y la enfermedad sea para promover la indulgencia y la solidaridad, encontramos siempre esa actitud, que se basa no solo en la justificación moral y la urgencia de una acción humanitaria, sino también en su oportunidad y su necesidad, lo que redunda en beneficio de todos.
Como todo el mundo sabe, Vietnam sufre, cada año, funestas devastaciones causadas por unos diez tifones procedentes del océano Pacífico, que asolan casi todas las provincias litorales de norte a sur. Además, el delta del Mekong, granero del país, resulta sin cesar afectado por desastrosas inundaciones que causan grandes perjuicios a la población. Las pérdidas, que se calculan en decenas de millones de dólares por lo que atañe a este tipo de calamidades, son las mismas cada año y son dificiles de compensar.