En este artículo se realiza una descripción y análisis de los primeros edificios monumentales, caminos, geoglifos y canales de irrigación del valle de Chincha, costa sur del Perú, como un conjunto de rasgos producto de la construcción de un paisaje ritual y político. Se plantea que los edificios monumentales del periodo Paracas tardío (400–100 a.C.) fueron puntos de llegada, encuentro y salida de grupos humanos muy bien organizados en el territorio. Para organizar y dirigir los movimientos sociales hacia esta arquitectura, las elites que dirigieron la construcción de estos rasgos en el paisaje utilizaron su conocimiento del movimiento del sol durante el año, especialmente, durante los solsticios y equinoccios.