Los tratados filosófico morales del siglo XV tienen como base filosófica el naturalismo en el que se sostiene que el amor es una pasión necesaria, ajena a la razón; y se encuentran dentro del discurso naturalista medieval de influencia aristotélica; sin embargo, en muchos casos este influjo ha sido fuertemente mediado por los discursos médico y teológico.
Antecedentes
El Naturalismo es resultado de la influencia de las ideas aristotélicas en la Edad Media. Del pensamiento aristotélico se retoma la concepción del humano como un ser escindido en diversas facultades, la justificación de la sexualidad en la necesidad reproductiva y la jerarquía que se concede a la razón sobre el resto de las potencias. El estagirita plantea la división del hombre en diversas facultades: las intelectivas, las sensitivas y las nutritivas-generativas. la necesidad reproductiva corresponde a las facultades nutritivas-generativas; mientras que el amor sexual, al igual que el resto de las pasiones, se vivencia a partir de las facultades sensitivas. En virtud de que en el pensamiento aristotélico existe una jerarquía en la que se sitúa a las facultades intelectivas en la cumbre, las pasiones se consideran como ínfimas, pues son comunes a los animales y en el hombre son contrarias al libre albedrío.
De hecho, de acuerdo con la lógica aristotélica, la razón es la facultad humana por excelencia que tiene la capacidad de gobernar a las pasiones:
la virtud propia del ser humano en cuanto tal necesariamente incluye el razonamiento como punto de partida de la acción; pero como el razonamiento no sólo se rige a sí mismo, sino que también gobierna los deseos y las pasiones, el alma humana debe poseer también estas partes.
La razón dicta la virtud, que es considerada como la elección del justo medio, en oposición a los excesos de la pasión:
Hemos considerado que la virtud es ese hábito que hace capaces de las mejores acciones y que nos dispone lo mejor posible respecto a lo mejor, siendo lo mejor lo que es conforme a la recta razón, es decir, el punto medio, relativo a nosotros por exceso o defecto;