Conviene, en primer lugar, definir lo que se entiende aquí bajo la expresión « reagrupación de familiares ».

En el presente artículo, se emplea el término en un sentido restringido. Se trata de la protectión humanitaria que garantiza, a nivel internacional, la reagrupación de los miembros de una misma familia que, independientemente de su voluntad, fueron dispersados a causa de acontecimientos exteriores —guerras internacionales, guerras civiles, disturbios o graves tensiones políticas— y están separados, a una y otra parte de fronteras que les son infranqueables. Para esas personas, lograr los permisos necesarios para irse de un país y para llegar a otro supone, con la mayor frecuencia, dificultades insuperables. De esa categoría de personas se trata aquí, y a las mismas el CICR hace lo posible por ayudar.

Francis Bacon escribió: quóen no trate a su prójimo humanamente no es un ser humano. El ideal de la Cruz Roja es más amplio que su acción propia. No se limita, pues, a socorrer y a proteger: exige también del mundo que respete a la persona humana: respeto de su vida, de su libertad, de su honor, en una palabra, de todo lo que integra la existencia. Eso debe entenderse, nauralmente, en la medida compatible con el orden público y, en tiempo de guerra, con las exigencias militares.

La Asamblea del CICR nombró, en su reunión del 1 de marzo pasado, como miembro del Consejo Ejecutivo, al doctor Athos Gallino, médico y síndico de Bellinzona; integra la Asamblea del CICR desde 1977. El CICR se congratula de que su Consejo Ejecutivo pueda beneficiarse, así, de la rica experiencia del doctor Gallino.

La Revista Internacional de la Cruz Roja anunció, en su número de septiembre-octubre de 1978, la entrada en vigor, el 7 de diciembre de 1978, de los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra de 1949, tras la ratificación de la República de Ghana y la adhesión de la Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista.

La Comisión Paritaria encargada de la distributión de las rentas del Fondo de la Emperatriz Shôken se ha reunido en Ginebra el 2 de mayo de 1979. La Cruz Roja Japonesa, en ausencia de S. E. el Embajador, Sr. M. Sawaki, estuvo representada por el Sr. S. Taniguchi de la Delegatión Permanente del Japón ante las organizaciones internacionales de Ginebra.

El CICR hizo, a comienzos de junio, un nuevo llamamiento a los Gobiernos y a las Sociedades nacionales de la Cruz Roja para que presten el necesario apoyo, material y financiero, con objeto de proseguir sus actividades humanitarias en favor de las víctimas de los conflictos en Africa. En dicho llamamiento se prevé, para el período del 1 de junio al 31 de diciembre de 1979, un presupuesto de 35,8 millones de francos suizos, lo que supone el empleo de unos 5 millones al mes. El CICR indica a los potenciales donantes que, sin un apoyo rápido, se verá obligado a reducir las actividades de sus diversas delegaciones en el continente africano, lo que tendría penosas consecuencias para las víctimas a las cuales asiste.

Al cesar, a finales de junio, en sus funciones de director del Instituto Henry-Dunant, que desempeñó durante cuatro años, el señor Jean Pictet presentó a la Asamblea del Comité Internadonal de la Cruz Roja una reseña, de la cual nos es grato publicar aquí el resumen.

El VIII Festival Internacional de Películas de la Cruz Roja y de la Salud tuvo lugar, del 9 al 18 de junío pasado, en Varna, Bulgaria. Organizado cada dos años por la Cruz Roja Búlgara, en estrecha colaboración con la Liga de Sociedades de la Cruz Roja, patrocinaban este VIII Festival la Liga, el CICR, la OMS y la UNESCO.