Published online by Cambridge University Press: 11 January 2024
Algunos parientes de los presos e condenados reclamaron diciendo que
aquella inquisición y execución era rigorosa, allende de lo que debía ser e
que en la manera que se tenía de facer los procesos, y en la exención de las
sentencias, los ministros y exentores mostraban tener odio a aquellas gentes.
Crónica de los Reyes Católicos, por Hernando del Pulgar, parte 2ª, cap. 77.Hacía muy pocas horas que sabía el ferí el imprudente y mal motivado alzamiento de Istán, y entreteníanse en hablar del asunto con Mahamud, cuando llegó Pablo y le entregó una carta que decía así:
Abenamet; la persona a que salvasteis la vida en la Sierra de los Alfaques, y el honor en la ermita de Benameda, quiere hablaros al instante; buscadla en la casa de Abul-Hacem; por el Tajo… Cae una ventana baja…
—¡La casa de Abul-Hacem! ¿Allí hay un convento? —exclamó el ferí— ¡Ya! Ya caigo en el misterio; volaremos a verla. Mira —prosiguió, llamando al criado—, vuelve a la señora que te dio esta carta, y dile que esta misma noche serán exactamente obedecidos sus mandatos.
Bien comido, quitado el disfraz, y andando tanto como una mala nueva, llegó Pablo en pocas horas a Ronda, y dejó a su ama satisfecha del buen éxito de su encargo; detrás de él salieron el ferí y Mahamud, y dejando que oscureciera para acercarse a la ciudad sin peligro se escondieron en una viña de Sijuela, donde vivía un morisco amigo suyo.
—¿Por qué —dijo Mahamud— nos paramos en este sitio? Ya habrá corrido como fuego la noticia de Istán, saldrán de Ronda los cristianos a perseguir a los fugitivos, y plegue a Alá no nos encuentren; si así sucediese con nuestra muerte se acababa para siempre la esperanza de libertad que cual sagrado depósito se conserva en nuestros corazones.
—Dices bien, sin nosotros, que somos los primeros que nos lanzaremos a la lid, ¿qué harían nuestros infelices compatricios?
—¿Pues entonces por qué nos detenemos aquí, expuestos a perecer sin gloria?
—Este es un secreto, Mahamud, que por ahora me conviene no revelarte.
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