La mayor parte de las mujeres traficadas para el comercio sexual por la frontera suroeste de Estados Unidos proceden de México y Centroamérica. Esta investigación, fundamentada en una metodología cualitativa, que incluye entrevistas en profundidad con cincuenta y dos traficantes de mujeres y ochenta y seis dueños de negocios de prostitución en México, analiza los vínculos entre los diferentes actores involucrados en el tráfico de mujeres de México y Centroamérica para el comercio sexual en Estados Unidos. Concluimos que estos actores ocupan lugares estratégicos dentro de una cadena de mando que tiene el propósito de proporcionar a los patrones estadounidenses una remesa ininterrumpida de mujeres. Los traficantes reclutan y transportan mujeres, mientras que los dueños de centros nocturnos de Estados Unidos se benefician de la explotación de la prostitución. Asimismo, esta actividad depende de la participación de madrotas y padrotes mexicanos, que reclutan y dan cobijo a mujeres en tránsito al norte.