Estudios anteriores que han examinado la prevalencia de los trastornos psiquiátricos entre los emigrantes han descrito una tasa más alta de esquizofrenia, mientras que el único estudio alemán importante encontró una tasa más baja. Considerando el cambio de compositión de los emigrantes hoy en día, se ha hecho necesaria una nueva evaluatión. Se evaluaron todos los registros de admisión de emigrantes en una clínica psiquiátrica en 1993 y 1994 con respecto al diagnóstico, los síntomas y el tratamiento. Se evaluaron 263 admisiones de emigrantes, 8,4% del total. Tuvieron un diagnóstico de trastorno esquizofrénico 41,4% de las admisiones de emigrantes, significativamente más que el resto de los pacientes de la clínica. La edad media era 33,8 años en la admisión, 28,6 en el comienzo de la enfermedad y 20,3 en el momento de la emigración. Sólo 7,9% eran enfermos mentales en la época en que emigraron. Setenta por ciento de los que tenían síntomas psicóticos y depresivos en la admisión tuvieron un diagnóstico de trastorno esquizofrénico y 78% fueron tratados con antipsicóticos. Se prescribieron antidepresivos sólo a 47% de los que tenían un diagnóstico de trastorno depresivo y sólo a 33% de los que tenían síntomas depresivos y no psicóticos. La baja representación de emigrantes muestra diferencias en el uso de los servicios psiquiátricos. La tasa más alta de esquizofrenia se puede deber a un diagnóstico erróneo, a un artefacto de la baja representatión de otros trastornos o a una tasa real más alta entre los emigrantes. La resistencia a utilizar antidepresivos subraya la necesidad de formación, para no negar opciones de tratamiento debido a barreras culturales.